Finalmente, y después de casi tres meses, llegó el día en que daban de alta a Dajana, de modo que los Zazvic no podían estar más felices. El personal de la Unidad y si bien estaba muy contento, también algo tristes porque la pequeñita se marchaba, y más que por eso, pues se suponía que ese era el objetivo final y por el que trabajaban, porque iban echar mucho de menos la irreverente alegría de Jesse, la mordaz conversación de Jeff y la amabilidad de Al. Si bien Dèjan no había tenido un buen inicio con el personal de la Unidad, finalmente les expresó su agradecimiento por la dedicación con la que habían cuidado a su hija. Y más bien en breve, el hospital recibiría una generosísima donación de parte de CZ, para la ampliación y adquisición de nuevos equipos para la Unidad de Neonatología.
Apenas salieron al aparcamiento, Jesse se detuvo y miró a su hija sonriendo.
Aunque Dèjan había protestado mucho por aquella grosera forma de desbaratar el nombre de su hija, desde que Víctor y los demás niños habían sido llevados a conocerla, el pequeño la había llamado así y de Jesse para abajo, todo el mundo comenzaría a hacerlo, con excepción de Al que la llamaba Nicole igual que lo hacía Nick. Sin embargo, en aquel momento Dèjan estaba lidiando con dos sentimientos igualmente intensos; uno era el de la felicidad de poder llevarlas a casa, y el otro, el del dolor al recordar lo que le había contado Jesse acerca de su deseo de ver el sol, el cielo y todo aquello de lo que hablaba Mihailo mientras ella estuvo en la enfermería de Tillbroke, el tiempo que le tomó poder hacerlo, y la alegría que representó para ella cuando finalmente abandonó aquel lugar de tortura.
Jeff había puesto pocos reparos a su larga hospitalización, porque estaba consciente de que su situación no era la mejor, pero al enterarse de que en breve darían de alta a Dajana, comenzó una tenaz campaña para que a él también lo dejasen salir, al final, Demian no estaba para nada seguro que la decisión hubiese obedecido a que el médico estuviera de acuerdo en que había adelantado lo suficiente como para darle el alta, o a simple hartazgo, porque sin duda aquel chico era mucho peor que un dolor de muelas. Como su obligación, entre otras muchas, era enviar informes periódicos a Andrija, hasta ese momento no había habido mucho que informar, pero cuando notificó la inminente salida de Jeff, recibió una llamada de Andrija.
Cuando llegaron a casa, prácticamente toda la familia estaba allí. Estaban Zara, Mirjana, Tarik y Katrina, Ivar y Milinka, los gemelos y hasta el antipático Drasko que quiso ir con su esposa. Giovanni, Marco, Donatello y Justine. Por descontado Zora al completo con niños grandes y pequeños incluidos. Los Mitchell, por supuesto, y hasta los chicos de Nick.
Aunque como sabemos, Jeff había ido avanzando a pasos agigantados en su terapia, todavía debía trasladarse en la silla de ruedas, pues el médico había dicho que aún no podía permanecer mucho tiempo de pie, pero como eso nunca había sido un impedimento para la inquietud de aquel individuo, andaba de un lado para otro incordiando a todo el mundo.
Malik, que también había ido, estaba conversando con Dèjan cuando lo vio juntar las cejas, siguió la dirección de su mirada y sonrió.