Cap. 45 Estreno
En el tiempo que llevaba Ann en Los Ángeles, y si bien al inicio se había peleado con Jack casi a diario, él no había cedido ni ante el pleito, las lágrimas, la ira o el razonamiento, de manera que Ann se encerró en la habitación negándose a hablar con él y Adriano decidió que había llegado la hora de ponerle un alto a aquello, pero no sabía cómo.
Era verdad que en todo el tiempo que llevaba conociendo a Jack, en ningún momento lo había visto tan feliz, ni siquiera cuando iban a Londres y se iba por ahí de farra con sus amigos, porque si bien era obvio para Adriano, que aquellos eran los momentos más felices y que servían para que Jack siguiese a flote durante los meses que estaba lejos de todos, eran solo eso, momentos, mientras que desde que Ann estaba en L.A., y con independencia de si estaba riñéndolo, sonriente o furiosa, Jack parecía igualmente dichoso.
En una ocasión en la que Lena había estado en Los Ángeles con motivo de una entrevista con un famoso actor que quería que ella escribiese su biografía, y después de declinar amablemente, algo que había pensado hacer desde un inicio y solo fue porque John se lo pidió para sacarse a aquel individuo de encima, cenó con la pareja y con Adriano, pero una vez en casa y de que Ann se pelease con Jack y lo enviase a la cama como si fuese un escolar, Lena se sentó frente a Adriano que estaba con una copa en las manos y expresión preocupada.
- ¿Andy?
- ¡Lena! – dijo poniéndose rápidamente de pie – Disculpa, pensé que te habías ido a dormir también
- ¿Y tú por qué no?
- Porque tengo la impresión de estar sentado sobre un barril de pólvora a punto de explotar – dijo y Lena sonrió
- No creo que tu insomnio lo vaya a evitar
- Es que no lo entiendo – dijo más para sí mismo que para ella
- Andy, no creo que precisamente tú, que te pasas la vida a su lado, en verdad no lo sepas
Aunque ciertamente Adriano lo sabía, o al menos creía saberlo, porque con Jack nunca nada era seguro, no era lo que había dicho, pero prestó atención a lo decía la chica.
- Es obvio que Jarko ama a Ann
- Lo que dije fue que no lo entendía, no que no lo supiera, aunque en realidad uno nunca puede estar seguro de lo que hay en esa cabeza
- ¿Y qué es exactamente lo que no entiendes?
- ¿Por qué no se lo dice?
- Me decepcionas Andy – dijo ella en tono de reproche – No puede decirle algo que él no sabe, y aun suponiendo que lo supiera, lo que no estaría dispuesto sería a aceptarlo. Piensa un poco, Andy, lo primero que Jarko aprendió, fue que la mujer que lo había traído al mundo, ni lo quería, ni lo cuidaba, ni se interesaba en él de ninguna manera, y lamentablemente después de esa experiencia, todas somos culpables independientemente de qué. Más adelante, y venciendo su temor, se enamoró de Isabella, y aunque personalmente y por lo que me contaron, eso solo podría haber sido solo un enamoramiento, pero repito que no puedo asegurarlo porque yo no estaba ahí, el asunto no pudo terminar peor, lo que solo vino a reforzar el trauma que lleva encima. Después de todo eso ¿crees que podría mostrase siquiera inclinado a creer en el amor de ninguna mujer? Y más allá de eso, a permitirse sentirlo él
Si bien Adriano estaba lejos de ser un psicólogo, y en realidad Lena tampoco, entendió el análisis que había hecho ella, pero eso no los ponía más cerca de una solución para un problema que, en su opinión, era muy serio.
- ¿Y qué podemos hacer? – preguntó, aunque no era que se lo estuviese preguntando a ella sino a sí a sí mismo
- Nada, porque es algo que solo tiene dos salidas. Una es que Jarko se someta a terapia, pero para ello, primero tendría que aceptar que tiene un problema y sabemos que no lo hará. Y la segunda, confiar en lo que dicen las abuelas, ya sabes, eso de que el amor lo puede todo – finalizó con una sonrisa
- Eso no nos ahorrará los problemas y ciertamente nos arrastrará a todos en los mismos
Lena se puso de pie, le sonrió y colocó una mano sobre su hombro
- Entiendo tu preocupación, pero nada ganas con agotarte de esta manera, porque lo que deba suceder, sucederá sin duda alguna. Ve a descansar, Andy
Adriano decidió que al menos ese día, en verdad no iba a resolver nada, así que fue a dormir.
Al día siguiente Lena se marchó con cierto pesar, porque Ann quería irse con ella y Jarko desoyó por completo a la chica. Adriano, arriesgando mucho el cuello, esa noche en la que Ann se había encerrado en la habitación y ni siquiera le contestaba a Jack, hizo un primer intento por hacerlo razonar.
- Jarko
- ¿Qué?
- ¿Te das cuenta que lo que estás haciendo no solo es odioso, sino criminal?
- No tienes idea de lo que es un crimen si piensas…
- Un secuestro lo es, y siento decirte que lo que estás haciendo califica en ese renglón
- Por supuesto que no
- ¿Ah no? Dime entonces ¿Ann puede regresar a su casa?
- ¡Esta es su casa!
- ¿Puede ir alguna parte, sola?
- ¿A dónde iría?
- ¡Ah pues no lo sé! A pasear, por ejemplo
- Lo hacemos juntos
- ¿Tiene su identificación en su poder?
- ¡No la necesita!