Acordes del Corazón (libro 9. ОдЈеци Душе)

Cap. 52 Previamente

 

Giuliana finalmente, y más por obstinación que porque tuviese tiempo, o lo considerase necesario, siendo que no se trataba del lanzamiento de una estrella, una tarde se había acercado a St. Mary para ocuparse de la muy discutida imagen de Nathan. Si bien ya llevaba tiempo conociéndolo, como él no era como Jeff, en quien había que fijarse sí o sí, no le había prestado mucha atención, así que una vez que llegó, Ian suspendió el ensayo de la orquesta y todos prestaron atención, para incomodidad del chico.

  • Veamos Nathan – dijo sacando sus implementos de trabajo – Apártate el cabello de la cara

Nathan obedeció y Giuliana lo miró por un largo minuto que lo hizo sentir muy incómodo. Como se dijo, ella no se había fijado en los detalles del aspecto del chico, así que ahora notó que tenía unos bonitos ojos azul inmensidad, pero lo curioso, era que sus pestañas no parecían reales, así que sintió el impulso de tocarlas, pero él se hizo hacia atrás.

  • Cálmate, no voy a atacarte
  • Eso es discutible – dijo Kerim en tono burlón
  • Cállate, necio
  • Giu, lo que sucede es casi le sacas un ojo – informó Dàmir, ya que ella tenía el stylus [1] en la mano
  • Lo siento – se disculpó – pero es que esas pestañas no parecen reales

Aquel comentario desataría la hilaridad de los chicos y la ira de Nathan.

  • ¿Qué te sucede? – preguntó él
  • A mí nada, pero supongo que no tienes idea de cuánto pagan las chicas por tener unas pestañas tan largas y rizadas como las tuyas

Nathan expresó su disgusto retirando la mano de su cabello que volvió a caerle en la cara, lo que explicaba, al menos para Giuliana, que no se hubiese fijado mucho en el rostro del chico con anterioridad, pues apenas si se le veía.

  • ¡Ey! No he terminado
  • ¿Y qué tanto tienes que verme?
  • Ella tiene una curiosidad sin límites, Nat – dijo Kerim – Y ahora querrá verte desnudo

Nathan compuso expresión de horror y Giuliana quería darle un puñetazo a Kerim. Después de eso, logró que Nathan se retirase nuevamente el cabello, y después de mirarlo de frente y de perfil, le pidió que se quitase la chaqueta y la camisa.

  • Te lo dije – dijo el incordio y Giuliana ahora le lanzó la botella de agua que naturalmente acertó de lleno en su frente

Como Nathan normalmente iba con una chaqueta que parecía no quitarse ni para dormir, los chicos se sorprendieron mucho al ver la cantidad de tatuajes que tenía, pero especialmente el que tenía en la espalda con el símbolo de Zora y que era casi idéntico al de Dàmir. Todos comenzaron a hablar al mismo tiempo, mientras que Nathan recordaba lo mucho que lo había reñido Ann cada vez que llegaba con un nuevo tatuaje.

  • Silencio todo el mundo – ordenó Giuliana y luego se dirigió a Nathan – ¿Quién es tu tatuador?
  • Phil, aunque Jeff es quien hace los dibujos – contestó, y al menos lo segundo no extrañó a nadie
  • ¿Phil qué?
  • Morgan, creo – pero como Giuliana lo miró en forma severa, agregó – Es uno de los chicos de la banda y lo hace como pasatiempo, así que no es nadie famoso ni nada de eso

Ahora fue el turno de Giuliana de sorprenderse, y en realidad todos lo estaban, porque aquello sin duda era más que un pasatiempo, y era evidente que el sujeto tenía talento.

  • Bien, pero le harías un pobre favor a ese individuo escondiendo todo eso, de manera que olvídate de la chaqueta para el momento de la presentación, cuando mucho, una remera sin mangas y, por otra parte, tenemos que hacer algo con tu cabello
  • Olvídalo
  • Escucha niño, aquí la que sabe soy yo, así que harás exactamente lo que…
  • Giu – la interrumpió Dàmir y miró a Nathan que ya tenía expresión peligrosa – No creo que esté pensando en que te lo cortes ¿bueno? Sino en hacer algo para despejar un poco tu rostro ¿no es así, Giu?
  • Sí y no, porque para lograr eso, siempre habrá que emparejar un poco y convendría…
  • Señorita Romanelli – intervino una de las chicas de la orquesta y ella la miró – ¿Y no serviría si solo lo recogiera un poco como lo hace Dàmir? – dijo señalándolo a él

Dàmir ahora tenía el cabello mucho más largo de como lo había tenido al inicio de su carrera, pero efectivamente en ocasiones, se recogía un poco la parte delantera y se la ataba con una goma por detrás de la cabeza, más que todo cuando iba a leer o a escribir.

  • Mmm… podría ser eso, o una bandana también serviría

Nathan no había nada que le gustase menos que tener cualquier cosa en la cabeza, y eso incluía los gorros de invierno, de manera que generalmente se contentaba con la capucha de su chaqueta. No obstante, con tal de salir de aquello, no discutió el asunto.

Mientras hablaban, Giuliana no había dejado de escribir en su Tablet, o al menos eso creía Nathan, pero cuando terminó, la volteó para que tanto él, como los que la habían estado atormentando, mirasen.

  • Me parece genial – dijo Ian
  • ¿Genial? – replicó Ajle – ¿Tenis? ¿En serio?
  • Escucha, Ervenik…
  • ¿Ese soy yo? – preguntó el más interesado y ella lo miró como si le hubiese salido otra cabeza
  • ¿Y quién más podría ser?




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