Giuliana finalmente, y más por obstinación que porque tuviese tiempo, o lo considerase necesario, siendo que no se trataba del lanzamiento de una estrella, una tarde se había acercado a St. Mary para ocuparse de la muy discutida imagen de Nathan. Si bien ya llevaba tiempo conociéndolo, como él no era como Jeff, en quien había que fijarse sí o sí, no le había prestado mucha atención, así que una vez que llegó, Ian suspendió el ensayo de la orquesta y todos prestaron atención, para incomodidad del chico.
Nathan obedeció y Giuliana lo miró por un largo minuto que lo hizo sentir muy incómodo. Como se dijo, ella no se había fijado en los detalles del aspecto del chico, así que ahora notó que tenía unos bonitos ojos azul inmensidad, pero lo curioso, era que sus pestañas no parecían reales, así que sintió el impulso de tocarlas, pero él se hizo hacia atrás.
Aquel comentario desataría la hilaridad de los chicos y la ira de Nathan.
Nathan expresó su disgusto retirando la mano de su cabello que volvió a caerle en la cara, lo que explicaba, al menos para Giuliana, que no se hubiese fijado mucho en el rostro del chico con anterioridad, pues apenas si se le veía.
Nathan compuso expresión de horror y Giuliana quería darle un puñetazo a Kerim. Después de eso, logró que Nathan se retirase nuevamente el cabello, y después de mirarlo de frente y de perfil, le pidió que se quitase la chaqueta y la camisa.
Como Nathan normalmente iba con una chaqueta que parecía no quitarse ni para dormir, los chicos se sorprendieron mucho al ver la cantidad de tatuajes que tenía, pero especialmente el que tenía en la espalda con el símbolo de Zora y que era casi idéntico al de Dàmir. Todos comenzaron a hablar al mismo tiempo, mientras que Nathan recordaba lo mucho que lo había reñido Ann cada vez que llegaba con un nuevo tatuaje.
Ahora fue el turno de Giuliana de sorprenderse, y en realidad todos lo estaban, porque aquello sin duda era más que un pasatiempo, y era evidente que el sujeto tenía talento.
Dàmir ahora tenía el cabello mucho más largo de como lo había tenido al inicio de su carrera, pero efectivamente en ocasiones, se recogía un poco la parte delantera y se la ataba con una goma por detrás de la cabeza, más que todo cuando iba a leer o a escribir.
Nathan no había nada que le gustase menos que tener cualquier cosa en la cabeza, y eso incluía los gorros de invierno, de manera que generalmente se contentaba con la capucha de su chaqueta. No obstante, con tal de salir de aquello, no discutió el asunto.
Mientras hablaban, Giuliana no había dejado de escribir en su Tablet, o al menos eso creía Nathan, pero cuando terminó, la volteó para que tanto él, como los que la habían estado atormentando, mirasen.