El último año había iniciado sumamente mal, porque, a pesar de que el anterior había finalizado con alegría debido al embarazo de Jesse que hasta el momento iba bien, el compromiso formal entre Ivy y Dàmir, y la inmejorable noticia de que Victoria avanzaba en su tratamiento, el nuevo año trajo consigo un trágico atentado que daría como resultado la dolorosa muerte de Frankie, la posibilidad de que Jeff no volviese caminar, el prematuro nacimiento de Dajana que casi le costó la vida a Jesse, el colapso emocional de Nick, y la aterradora posibilidad de que Lisa no lograse sobrevivir.
Sin embargo, a pesar de las terribles horas vividas con el parto, Jesse lo había superado, y su pequeña hija había demostrado ser tan terca como su madre, pues también había superado el periodo crítico. Jeff había demostrado su decisión y avanzaba en su rehabilitación con la esperanza de ni siquiera necesitar la cirugía para estabilizar su columna. Con la ayuda adecuada, Nick había superado su crisis emocional e incluso el pleito que había tenido con David y que había sembrado un doloroso distanciamiento entre ellos.
Dàmir los había sorprendido con un apresurado matrimonio, pero que los había hecho felices a todos, así como con la más inesperada noticia del embarazo de Ivy.
Giovanni había demostrado el amor a su hijo, estando dispuesto, aun a riesgo de perder la vida, a servir de donante para la cadena de trasplantes que podía salvar la de Lisa; y Donatello había expresado su intención de deponer su actitud e intentar darle una oportunidad a su padre de serlo, al menos con él.
La trágica situación de Lisa, hizo que Nick reconociese su amor por ella, y aunque pensó que ya nunca tendría ocasión de decírselo siquiera, el trasplante había sido un éxito y no solo había podido expresarle su amor, sino que se dio la mayor de las prisas en contraer matrimonio aun antes de que ella pudiese abandonar el hospital.
Por todo lo que había estado sucediendo, Zora suspendió temporalmente sus actividades, pero no estando acostumbrados a la inactividad, pronto se embarcaron primero, en un concierto que nada tenía que ver con los suyos, pues se trató de uno que impulsaría la carrera de dos nuevos integrantes de su círculo, Ian y Mark, así como de darle visibilidad a la recién nacida orquesta del centro cultural del St. Mary.
Adicional a ello, decidieron impulsar también a Nathan, y finalmente él, no solo había conseguido la atención de Victoria, sino que se encaminaba de manera firme hacia un futuro prometedor en lo que había sido su pasión desde siempre. La música.
Todo lo anterior, había traído también a una nueva persona a aquel grupo tan especial, pues Amanda Lee, la doctora que se había ocupado de organizar y coordinar la cadena de donación, parecía haberse instalado firmemente en las vidas y corazones de todos.
El dolor por la muerte de Frankie no se iría nunca, el trauma por todo lo vivido, todavía estaba en proceso de ser superado, pero al menos de momento, todo parecía indicar que aun tenían la posibilidad de ser felices.