Acróstico

Cap 6: Lo odio?

—¿Qué? —lo miré—. ¿Cómo que Vicent no tiene hermanas? —no dejé de mirarlo fijo.

—Sí, nena, no tiene hermanas —me dijo como si fuera obvio.

—Capaz tiene y tú no sabés, hijo —dijo mi mamá.

—Ya está, no me importa lo que diga ese —dije, para luego agarrar la bolsa y subir a mi habitación.

Dios, lo odio. Siempre molestándome, ¿qué gana con mentirme sobre tener una hermana? Ushh, no lo soporto. Solo espero terminar ya este trabajo de lengua, así no lo veo más.

Mientras hablaba sola de mi enojo contra Vicent, sentí cómo me llegaba un mensaje. Agarré mi teléfono y era un mensaje de Emma.

Chat con Emma

"Phoebe, no te olvides de desayunar mañana."

"Sí, mamá."

Como siempre dije, ella es muy mamá, siempre pendiente de que Oli y yo estemos bien y tengamos todas las tareas para clase, aunque Oli no lleve algunas. Por eso la amo, siempre pendiente de nosotras. Pero eso no significa que ella se descuide, aunque a veces sí se olvida un poco de ella, y con Oli se lo recordamos.

Decidí meterme a la ducha y, como siempre, me llevé mi parlante para hacer un concierto mientras me baño. Después de 40 minutos, o mejor dicho, después de 14 canciones, salí. Como me gustaba bañarme de noche, podía tardar lo que quisiera, no lo mismo en la mañana.

Me puse mi pijama y preparé todo lo necesario para mañana. Me acosté en la cama, vi un rato el teléfono y luego me puse a ver mi serie favorita, que es Strong Woman Do Bong Soon. Luego de ver un poco, decidí que ya era hora de dormir. Antes que nada, me fijé de haber puesto la alarma. Ya me aseguré de que la alarma estaba puesta, puedo dormir tranquila.

Una vez que me levanté, me reuní con Alan como habíamos acordado, y partimos rumbo a la escuela. Mientras caminábamos, fui contándole lo contundente que había sido mi desayuno: mi mamá me preparó tostadas con palta y huevo. Él me contó que su desayuno no fue nada raro, solo un té con galletas. Íbamos hablando de cosas triviales, y en eso me preguntó sobre mi admirador secreto.

—Pheebs, ¿qué sabés de tu admirador? —me miró.

—Hasta ahora nada —reí—. No hay una sola pista de quién fue —desanimada.

—Uhh, qué feo —me dio palmadas en la espalda—. Pensé que con las chicas ya habían descubierto algo —me miró.

—Lamentablemente no —negué con la cabeza.

—Hablando de chicas, ahí vienen —dijo, saludando a las chicas.

—Hola, Alan —lo miró—. Hola, Pheebs —me abrazó Oli.

—Hola chicos —dijo Emma.

—¿Entramos? —dijo Alan.

—Sí —dijo Oli y nos agarró de los brazos a Emma y a mí.

Entramos y nos dirigimos al salón de Biología. Cuando llegamos, Alan se despidió de nosotras.

—Alan, ¿por qué te vas? —le dijo Oli.

—Él tiene Biología en otro curso —respondí—. Adiós, Alan —lo saludé y Emma repitió mi gesto.

—No sabía nada —dijo Oli—. Adiós, Alan —entró con nosotras.

—Adiós, chicas —nos saludó y se fue.

Me acomodé en el curso. La clase empezó y Vicent no apareció. Hoy iba a ser un día tranquilo, eso es bueno. La clase transcurrió normalmente. Participé en algunas ocasiones y la profe dio un trabajo que, con las chicas, terminamos rápido y se lo entregamos.

Faltaba un rato para que toque el timbre, así que con Emma nos pusimos a jugar un juego que vimos en internet de telepatía, mientras Oli seguía en su teléfono y no nos dio bola en ese ratito. Oli era de las que se hablan con alguien y luego los ghostean porque se aburre. Nunca estuve de acuerdo en eso que hacía, pero cada que le decía que estaba haciendo las cosas mal, solo se enojaba, me gritaba y me ignoraba por el resto del día. Por eso ya no le digo nada.

Tocó el timbre y salimos directamente al buffet. Quedamos con Alan de encontrarnos ahí. Cuando llegamos, lo vi a él sentado ahí con su grupo de amigos, tan tranquilo, y me acordé de que tenía que darle la bolsa con la ropa. Me acerqué a una mesa, saqué la bolsa y fui donde él.

—Vicent —lo miré.

—Hola, nerd. ¿Qué querés? —se dio media vuelta.

—Tomá —le di la bolsa—. No te la di antes porque no te vi en clase de Biología, pensé que no habías venido, pero bueno, aquí estás —él agarró la bolsa.

—Tan pendiente de mí, nerd —rió con los amigos.

—No es eso, es que tenía que darte la bolsa, tonto. Ya quisieras que esté pendiente —revoleé los ojos.

—Claro, y por eso te olvidaste que yo no estoy contigo en clase de Biología —dijo, para luego mirar la bolsa—. Nerd, lavaste la ropa. Menos mal mi hermana no se enterará que la usaste —me miró.

Me hizo acordar que ayer me mintió diciendo que tenía una hermana. Dios, me acuerdo y quiero pegarle.

—¿Por qué me dijiste que tenías una hermana? Seguro el pantalón es de tu novia —dije, enojada.

—¿Qué? ¿Quién te dijo que no tengo hermana y que tengo novia? —me preguntó con un semblante serio.




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