Acróstico

Cap 17: BINGO!!

Mi emoción por la canción decayó un poco cuando vi a Emma bostezar y volver a dormirse. La habitación volvió al mismo silencio que hacía 5 minutos.

Agarré el teléfono, vi la hora y era plena madrugada; todos dormían, menos yo, que era la única que estaba despierta y feliz por recordar una canción en un sueño. Agarré el teléfono, la busqué y la reproduje, necesitaba volver a escucharla, me generaba demasiada serotonina.

Me acosté con los audífonos puestos; la canción estaba en loop, se reproducía una y otra vez. Mientras la escuchaba pensaba en lo que Emma me había dicho antes de volver a dormir: ¿quién era ese alguien que tarareaba la canción? y ¿por qué no puedo verlo en sueños? ¿Lo conozco? ¿Es el mismo que en el otro sueño?

Volví a abrir los ojos, eran alrededor de las 10.30. Me había vuelto a dormir, pero no había soñado, mi mente estaba en blanco. Anoche no logré recordar nada, el único dato que tenía era sobre que tenía un tatuaje en el abdomen. El problema es que existen infinidades de tatuajes, ¿CÓMO DEMONIOS IBA A SABER QUÉ DECÍA O QUÉ ERA? No era como que iba a ir diciéndole a cada chico: "Hey, si tienes un tatuaje en el abdomen, ¿me lo puedes mostrar?". Reí sarcástica.

—¿A quién piensas verle el abdomen? —entró Emma al cuarto.

No puedo creer que había dicho eso en voz alta y encima me había escuchado Emma.

—No, nada importante, no me hagas caso —me senté en la cama—. ¿Cuándo te levantaste? —quise desviar la conversación.

—La pregunta acá es... ¿a qué hora te dormiste anoche? —se sentó en el colchón.

—No lo sé, estaba escuchando la canción en bucle y no recuerdo a qué hora me volví a dormir —bostecé.

—¿La canción por la que anoche estabas tan emocionada? —yo asentí con la cabeza—. ¿Por la que me despertaste? ¿Y la que me dijiste que alguien la tarareaba?

—Sí Emma, esa —solté un quejido.

—¿Qué pasa? —su cara era de que no seguía lo que yo decía.

—Anoche me quedé dormida pensando en quién podía ser ese alguien que la tarareaba, y por eso ahora me escuchaste decir que iría viendo los abdominales de chicos, porque recuerdo de otro sueño que ese alguien tenía un tatuaje en el abdomen —seguro pensaba que estaba loca.

—Entonces, lo único que sabes es que tiene un tatuaje. Qué gran información, amiga —apretó los labios—. Yo te ayudaré, pero primero vamos a desayunar; tu mami me mandó a despertarte para eso —dijo, para luego pararse.

La miré y una sonrisa se dibujó en mi rostro, una que se sintió como un ancla en medio de la tormenta. Con ella, mis preocupaciones se sentían mucho más pequeñas. Siempre supe que, si le dijera que quería adoptar un unicornio, ella preguntaría: "¿De qué color?".

Bajamos las escaleras y ya se sentía el aroma a tostadas recién hechas. Mi panza rugió, de tanto pensar, ya me había dado hambre. Entramos a la cocina y ahí estaba mi papá preparándome mi té favorito.

—Hola fea, ¿ya te despertaste? —mi hermano tan amoroso como siempre.

Tuvo que hablar y arruinar el hermoso ambiente que había.

—No, ¿podés creer que no? Sigo durmiendo, pasa que esta es mi alma —lo miré con ganas de matarlo por haber dicho semejante idiotez.

—Bueno, ya, ya —mi papá entró en la conversación.

Emma, al ver la situación, reía junto con mi mamá. Ella ya nos conocía, sabía perfectamente lo que éramos como hermanos. Nos sentamos para empezar a desayunar; Emma hablaba con mi mamá todo el rato. Sigo creyendo que ellas se llevan mejor.

No hay nada mejor que un tecito con tostadas en una mañana loca como la mía. Es que debo ser la única que se despierta pensando en un tatuaje que ni sabe de quién es, ni cómo es. Son cosas que solo me pasan a mí. Estaba tan metida en mis pensamientos, como siempre, que ni escuché que Emma me hablaba.

—Pheebs —intentó llamar mi atención moviendo las manos.

—Ehh, sí, dime —sacudí la cabeza levemente.

—Le estaba contando a tu mamá que anoche te levantaste emocionada por acordarte de una canción.

—¿Terremoto, qué canción es? —mi papá le ganó la pregunta a mi mamá.

—¿Se acuerdan que tuve un sueño donde estaba acostada en las piernas de alguien que me tarareaba una canción? —mi mamá asintió.

—Bueno, recuerdo cuál es esa canción —mi sonrisa se volvió a formar.

—¿Y cuál es? —hasta mi hermano estaba prestándome atención.

—Es "There's Nothing Holdin' Me Back" de Shawn Mendes.—

—¿Y recuerdas algo más? ¿O solo la canción? —mi hermano parecía ser el más chismoso de todos los que estábamos ahí.

—No, solo la canción —le sonreí, sonrisa que borré al ver su expresión—. ¿Qué pasa?

—Nada, solo que le metiste mucha emoción por una simple canción —su cara era de disgusto y no la ocultó ni un poco.

—Diego, deja a tu hermana, para ella es importante, así como para ti el fútbol —mi mamá me defendió.

—Bueno terremoto, estoy feliz de que recuerdes esa canción —mi papá le dio un sorbo a su café—. Bueno, ¿hoy van a salir? —nos miró a Emma y a mí.




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