Operación citas a ciegas (cancelada)
Operación abuelos (Aprobada)
El silencio en la sala de juntas de la alta gerencia de DaehanTech era absoluto, roto solo por el sonido del proyector y la voz clara y mesurada de Aurora. Sentado a la cabecera, junto al imponente Presidente Jeong (padre de Tae-jun), Tae-jun intentaba mantener su habitual expresión de fría concentración, pero la máscara corporativa se desvanecía en segundos. Aurora, en su primera Junta Trimestral de Líderes, presentaba los impresionantes avances de su proyecto.
Pero la fascinación de Tae-jun era diferente. Su mirada, que normalmente analizaba gráficos de rendimiento, ahora se concentraba únicamente en la curva de la sonrisa de Aurora, en el brillo de sus ojos cuando mencionaba una métrica clave.
El Presidente Jeong, un hombre de negocios implacable, notó la distracción. Vio la intensidad, la dulzura y el cariño en el rostro de su heredero, una mirada que nunca antes le había visto. El Presidente Jeong sonrió para sí. “Creo que mi hijo ya no estará soltero por mucho tiempo”, pensó, sintiendo que un gran peso se había quitado de sus hombros, mi querida esposa estar feliz, yo su amado esposo la hará feliz.
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Horas después, la atmósfera de acero de la sala de juntas se había disipado, reemplazada por la tranquilidad del hogar Jeong. La Señora Jeong estaba en su estudio personal, pintando, cuando el Presidente Jeong entró en la habitación apresuradamente y con una energía inusual.
—¡Querido! Me asustaste —dijo la Señora Jeong, dejando el pincel—. ¿Qué ocurre?
El Presidente Jeong se sentó en un taburete frente a ella, frotándose las manos con una excitación inusual. -¡ Esto es emocionante! ¡Te tengo una noticia!, hoy está la reunión trimestral y nuestro Tae miraba fijamente a la Srta. Sterling, No era el Vicepresidente mirando a una empleada. Era un hombre mirando a la mujer de la que me está interesado, y sabes que nuestro hijo siempre tiene esa expresión fría e indiferente desde pequeño. Creo firmemente que nuestro hijo está enamorado.
La Señora Jeong jadeó. —¡Enamorado! ¿De verdad? Entonces...
La Señora Jeong dejó su pincel y se acercó a la silla donde estaba sentado su esposo. La prisa inicial del Presidente Jeong había dado paso a una serenidad que solo la felicidad de su hijo podía provocar. El estudio de pintura estaba impregnado de la calidez de su amor compartido, un amor que ahora se extendía a la emoción de ver a su hijo, Tae-jun, finalmente enamorado.
—Cuéntame —pidió la Señora Jeong, sentándose frente a él con genuina curiosidad—. ¿Cómo es la chica que ha logrado que mi adorado hijo olvide por completo el stock de la empresa? ¿Cómo es esta Aurora Sterling?
El Presidente Jeong sonrió, con la misma admiración que había visto en el rostro de su hijo.
—Es... muy hermosa, por supuesto, no voy a mentirte. Pero lo más importante es que es trabajadora, fue contratada desde las oficinas de EE.UU para ocupar el puesto de gerente del departamento de desarrollo, y ha hecho maravillas, los numeros no mienten, tiene ese tipo de ambición que se basa en la excelencia, no en el dinero. Es relativamente joven, sí, pero créeme, es tan brillante que maneja a los líderes de equipo como si tuviera treinta años de experiencia. Tiene carácter.
La Señora Jeong asintió, satisfecha con la descripción. Nunca le había importado el apellido o la posición social; solo le importaba el contenido del corazón de la persona y cómo haría sentir a su hijo.
—Sabes, querido, nunca me ha importado realmente con quién sale Tae-jun. Siempre he sabido que él tiene un gran criterio. Es un hombre inteligente, y confío en que no elegirá a una persona superficial —dijo la madre, tomando la mano de su esposo—. Todo lo que siempre hemos querido para nuestro hijo es verlo feliz. Que encuentre a alguien con quien pueda ser él mismo, sin el peso de ser un Jeong.
El Presidente Jeong apretó su mano, su voz se llenó de la emoción de sus sueños compartidos.
—Ese es mi gran sueño, ¿sabes? Poder retirarme de la empresa sabiendo que él es feliz, que está seguro y que tiene su propia familia. Y luego... ¡y luego nuestro gran trabajo será consentir y mimar a los nietos! Por eso te dije que hay que deter eso de las citas. No quiero que arruinen esto con sus planes de citas y alianzas.
La Señora Jeong rió suavemente ante la idea de sus futuros nietos y la perspectiva de la jubilación.
—Mi sueño es exactamente ese, querido. Dedicarme solo a mis cuadros y a mis nietos. Si las cosas son como dices, si realmente está enamorado, estará tranquilo. Será un hombre de familia, no solo un hombre de negocios. Y eso es lo que cuenta. Estaré tranquila y esperaré a que Tae-jun me la presente cuando se sienta listo. Pero si realmente es tan brillante... creo que podré esperar muy poco.
Ambos se quedaron en silencio, contemplando el brillante futuro en una casa llena de nietos correteando por ahí y ellos en medio felices, todo esto lo había causado una simple mirada de su hijo hacia una chica. La Operación Citas a Ciegas había terminado, reemplazada por la paciente y tierna Operación Abuelos.
Editado: 11.10.2025