¡Woow! que posesiva eres mi amor.
Una semana después de regresar del aniversario de la empresa en Jeju, el secreto de Aurora y Jeong Tae-jun se extendía a un círculo íntimo de confianza. En una tarde de miércoles, Tae-jun conoció a Do-hee y a su novio Min-ho en una cafetería tranquila de Seúl.
—Así que, ¡este es el hombre! Si que es guapo la verdad.—dijo Do-hee a modo de saludo, con una mirada evaluadora, pero con un brillo divertido hacia Tae-jun.
Do-hee, no seas grosera, ¡pórtate bien!- le advirtió aurora con cara de pocos amigos, Pero después con una sonrisa.
Tae-jun sonrió, encantado por la audacia de la mejor amiga de Aurora. —Y tú eres la mujer que ha tenido que escuchar cada detalle de mi. Es un placer, Do-hee.
—Igualmente. Aurora es mi hermana menor, y si tú la haces feliz, te doy mi bendición. Pero si la haces llorar... la persecución será implacable.
—Comprendido. No tengo intenciones de decepcionar a mi chica ni a su círculo íntimo. Mi objetivo es que se ría más que nunca.
-Mmmmm ya veremos, este es mi novio, Min-ho- presento a un hombre de unos 30 años, aparente y elegante.
-Un gusto saludarle -Tae-jun se levantó y estrechó la mano de Min-ho. —¿Min-ho? Tú produces La Cocina de la Abuela, ¿cierto? Te ví hace unos días en una rueda de presa, a mis padres le gusta mucho tu programa, la verdad es que es un honor.
Min-ho se rio con orgullo. —Oh, ¡muchas gracias! El honor es mio. Me alegra que el Presidente Jeong y tú madre tengan tiempo para ver mi programa, de ahora en más me esforzare más.
Aurora y Do-hee intercambiaron miradas al ver interactuar a los chicos y se encogieron de hombros sonriendo.
—De todos modos, Tae-jun —intervino Min-ho con una sonrisa pícara, dándole una palmada amigable en el hombro—. Cuando conocí a Aurora, ella me dijo que su hombre ideal tenía que ser este actor famoso, ¿como se llama mi amor, el actor?- le pregunto a Do-hee.
-Para ser productor de tv eres bastante lento en las indirectas cielo, cuando una chica menciona a un hombre que normalmente no estarán juntos siempre es para apaciguar a otro, ella te dijo eso por qué en ese momento no quería ninguna cita.-
Aurora se sonrojó, escondiendo su cara en sus manos. —¡Min-ho! ¡Eso fue hace años!
—Esto si que es interesante —dijo Tae-jun, con una sonrisa de lobo. La burla de Min-ho le encantaba, pues era la clase de ligereza que faltaba en su vida—. mas tarde me cuentas más sobre ese actor.
La reunión transcurrió con naturalidad, llena de risas y bromas que cimentaron la amistad. Do-hee y su novio quedaron encantados con la calidez inesperada de Tae-jun, y se fueron sabiendo que su amiga estaba en buenas manos, a pesar de la presión que venía de la alta sociedad de Seúl.
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Dos días después, Aurora y Tae-jun disfrutaban de una cena de pareja en un restaurante acogedor, lejos de los focos de su vida laboral. El ambiente era íntimo; hablaban de planes futuros, de la próxima película que verían y de lo mucho que disfrutaron el día de su cumpleaños en Jeju, riendo de la histeria que había provocado la victoria del equipo verde.
—El momento en que salte en el asiento cuando pensé que te ibas a caer... Mi madre aún se ríe de eso... Es difícil mantener la compostura cuando la persona que te importa está colgando de una cuerda a tres metros de altura. Por favor, no vuelvas a hacer eso.—dijo Tae-jun, su voz era una mezcla de súplica y fascinación, mientras se inclinaba para tomar la mano de Aurora.
El momento de paz se rompió cuando una sombra elegante y una fuerte fragancia floral cayeron sobre su mesa. Una mujer alta y sofisticada, con un aire de familiaridad para Tae-jun, se detuvo, con los ojos fijos en él.
—¡Tae-jun! ¡No puedo creerlo! ¡Es tan difícil coincidir contigo! ¿Cómo has estado?—exclamó la mujer, su voz aguda.
Tae-jun retiró su mano de la de Aurora con pesar, su rostro volviéndose cortés pero glacial.
—Mina. Un gusto verte —dijo Tae-jun, sin levantarse y con un tono formal. Su educación, incluso en estas circunstancias, era evidente.
Mina, sin embargo, ignoró la formalidad. Se inclinó y, con una familiaridad súper pegajosa, le rodeó el brazo con el suyo, presionando su pecho contra su hombro.
—¡Tienes que contármelo todo! ¿Por qué estás tan formal? ¡No me has escrito en meses! ¿Sigues trabajando como un loco, cariño? —Mina no solo lo tocó, sino que actuó como si Aurora fuera invisible.
Tae-jun intentó, con firmeza y cortesía controlada, quitarse el brazo de Mina.
—Mina, te agradezco el saludo, pero estoy en una cena importante. Y no soy tu "cariño". Por favor, suéltame —dijo Tae-jun, forzando una sonrisa tensa.
Mina se rió, con un coqueteo forzado, apretando más su agarre. —¡Ay, qué serio te has puesto! ¿Cena importante con... —Solo entonces dirigió una mirada condescendiente y superficial a Aurora, de arriba abajo—. Con esta mujer?
Aurora ya había tenido suficiente. La ola de celos la golpeó con fuerza. No era un celo por inseguridad, sino por la descarada falta de respeto de la mujer, y la evidente asunción de que ella tenía derecho sobre él.
Dejó su copa con un golpe seco. Su voz, tranquila, tenía el mismo tono de acero que usaba en las negociaciones, pero sin recurrir a términos de trabajo.
—Buenas noches, señorita. Soy la mujer, la pareja del señor Jeong. Y si él le ha pedido que lo suelte, le sugiero que lo haga inmediatamente. No porque sea un hombre ocupado, sino porque es un hombre comprometido.
Mina, sorprendida por la intervención y la autoridad de Aurora, finalmente soltó el brazo de Tae-jun, ofendida.
—Tae-jun, ¿quién es esta...?
El control de Tae-jun finalmente se rompió ante la insistencia y la torpeza social de Mina. La frustración y el deseo de defender a Aurora hicieron que su lado más frío y sarcástico saliera a relucir.
—Mina —dijo Tae-jun, con una sonrisa que no llegó a sus ojos, su tono era peligrosamente suave—. Te sugiero que sigas con tu camino. Pero la próxima vez que te encuentres a dos personas cenando juntas, te aconsejo que, al menos, cuentes hasta tres antes de tomar posesión de uno de ellos. Es un consejo básico de buenos modales.
Editado: 11.10.2025