Acuérdate de mi

Capítulo 12

—Señorita Delilah ¿A donde la llevo?—preguntó Nick por tercera vez.

Y la verdad es que no sabía a donde ir. Se suponía que mi hogar era..., en realidad ya no se cual era mi hogar. Con mis padres... June..., en realidad ninguno de los dos es mi hogar.

Con June me sentía bien, pero desde que sentí que algo me oculta y después de la conversación que escuche esta tarde, todo ha cambiado.

En mi mente todo es un lío, no se donde pertenezco. ¿Donde puedo ir? ¿Donde es mi hogar? ¿Donde es que soy? ¿Donde fui?

—Señorita...

—Para—le pido.

—¿Esta segura?—duda.

—Sí.

Hace lo que le pido, se detiene en una esquina de un lugar muy concurrido. Bajo del vehículo sin saber que hacer, o a donde ir.

—¿Segura que no quiere que la lleve con sus padres?

—No, estoy bien aquí—ni idea de donde estoy.

—Puedo llevarla a otro sitio—ofrece.

—Caminaré—le digo para que se marche—, necesito aire fresco. Pensar, un poco.

—Vale, cualquier cosa llámeme y vendré por usted.

—Claro que si.

Sube al auto y se marcha.

Miro hacia ambos lados, hay demasiadad personas transitado las calles. Me quedo onservando a mi alrededor, a las familias que pasan con sus hijos. A las personas que caminan con sus amigos. A las personas que caminan con sus parejas. A las personas que caminan solos.

Todos ellos saben de alguna manera quienes son, pero yo no. No sé quien soy, quien debería ser, ni quien fui. Mi memoria es como un libro al qué se le han borrado todas sus letras.

Estos meses han sido... nada. No han hecho nada, no he descubierto quien soy.

Eso es demasiados frustrante. No saber nada de mi...

Mis padre y June dicen una cosa, pero no siento que sea realmente lo que ellos dicen. Tampoco es que digan mucho, solo que estaba a punto de ir a la universidad, estudiaría mercadotecnia según me contó mi madre.

Luego paso el accidente.

Hay veces que tengo sueños extraños..., sin tan reales que incluso llego a pensar que no son sueños. Como aquella vez que soñé con esa historia que mi abuela me contaba, la historia era real, y el recuerdo de las noched junto a ella, narrando esa historia también.

También hay un sueño que se repite constantemente y no he logrado descifrar.

Estoy parada junto a un espejo, en el cual esta mi reflejo. Soy yo, pero no lo soy, hay una niña con un vestido color rosa muy elegante, el cabello un poco abajo del hombro, y algunas mechas rubias se pierden en el resto de color café. En mi rostro hay lagrimas, y detrás de mi se reflejan algunas sombras provenientes de la cocina.

No puedo escuchar absolutamente nada, pero se qué hay ruido, como si alguien hubiese tapado mis oídos para que no escuchara.

De la nada alguien aparece, sin embargo por más que intente no logro ver su rostro a través del espejo. La persona me alza en brazos y me saca de la casa. No puedo distinguir absolutamente nada, ni siquiera a donde es que me lleva. Solo se que me sube a un coche y comienza a conducir. Gritos se comienzan a escuchar, ¿a dónde es que vamos? ¿qué está sucediendo? ¿a donde me lleva?

¿A dónde te lleva, quién?—una voz me saca de mi ensoñación.

Parpadeo un par de veces antes de reconocer a la figura delante de mi.

—Máx—susurré.

—Hola de nuevo—saca un cigarrillo de la cagetilla qué carga en la mano, una vez en su boca lo enciende provocando que el humo me cale en mis fosas nasales.

Inconsciente, doy un paso hacia atrás, soltando un estornudo por el olor del tabaco.

—Salud—me dice, apagando el cigarro—. Lo siento, olvide que te molestaba—apaga el cigarro de inmediato guardandolo para después.

—No te preocupes.

—¿Estas lista para hoy?

—¿Hoy? ¿Qué habra hoy?

—¿Lo olvidaste?—pregunta un poco decepcionado—Hoy saldríamos tu y yo.

—¿De verdad?

—Sí... hoy es mi turno de privarte de tu libertad, con tu consentimiento.

Sonrió al recordarlo.

—Lo siento, lo olvide—confieso apenada—. Hoy ha sido un día... raro.

—No te disculpes—su sonrisa remueve algo en mi interior—¿Te parece bien que pae por ti a las ocho?

—Sí, a las ocho... tengo algo que hacer—recordé que Jeremy me había citado a esa hora en un restaurante para hablar.

Tenía que ir si o sí para terminar con esto definitivamente. No le pediría ninguna explicación de lo que vi aquel día en la feria, no quería agobiarme más, solo quería que terminara y ya.

Su rostro parece un poco de decepción, pero solo asiente intentando ocultarlo.

—Bien, ¿cuando termines eso que tienes que hacer te parece?

—Claro.

Mi cota con Jeremy no duraría mucho, tampoco de si llamarlo cita sería correcto puesto que mi objetivo era acabar con esto de una vez por todas, aunque no estaba muy segura cual seria su reacción, estaba completamente decidida.

—Genial—sonrio con un deje de triztesa—Pareces un poco perdida ¿A donde vas ahora?

—Ah..., no lo sé—por un gran momento me sentí realmente desorientada. Como si no supiera cual es mi camino.

Metafórica y literalmente.

Con mis padre, y June sentía que me ocultaba algo. Pero por más que intentaba pensar en qué, me era imposible llegar a una conclusión.

Todo era demasiado extraño en mi entorno, mis padres,, Celeste, el tipo del centro comercial, ahora mi mejor amigo también..., todos actuaba de una manera muy extraña. A excepción de Máx. Lo único que había notado en el es que siempre llevaba una expresión de culpa y tristeza, como si cargará con algo qu no lo dejara en paz, ni hoy ni nunca.

En cuanto tiempo más podría tener mis recuerdos ct, seguro que es chica que era antes del accidente no tenía este tipo de dudas. Seguramente tendría todo claro en su vida. Pero esa chica había muerto, ahora solo quedaba páginas en blanco que esperaban porque ser reescritas, pero no sabía que escribir.

—¿Te llevo a algún lugar en especial?—la voz de Máx era tan linda.




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