Al volver a casa de June, Máx y yo acordamos ir despacio. Como si apenas nos estuviéramos conociendo. La reacción de June al vernos juntos no fue nada positiva, al contrario, se molesto bastante. No comprendo el por qué.
Aun tengo demasiadas dudas en mi mente, una de ellas es a que se refería June con aquello que escuche, y con quien hablaba. Pero he decidido no pensar en eso, me pasó por la mente preguntarle, pero eso sería admitir que escuche su conversación a escondidas y por error.
Después de que Máx se fuera, hable con June sobre el. Me hizo saber que no le agrada la idea de vernos juntos a Máx y a mi. En es instante, le comente sobre lo que Máx y yo habíamos acordado, y aunque se molesto por eso, lo único que pudo decir es que si salir con Máx me hacia feliz no se opondria.
Evidentemente también hablé con mis padres, ellos creían qué todo ente Jeremy y yo volvería a la normalidad, pero en cuanto les conté que Máx y yo teníamos algo más que una amistad. Mamá se puso pálida y papá no dijo nada. Como siempre, Christina intento presuadirme para desistir de mi elección y volver a intentar algo con Jeremy, pero en cuanto les confesé que el me había sido infiel dejo de hacerlo. Me sorprendió mucho que después de confesarlo, dejara de intentar convencerme. Y aunque seguía sin estar de acuerdo a que saliera con Máx, tampoco volvió a mencionar nada al respecto.
La actitud de mi madre ha sido demasiado extrañas, pasó de no estar de acuerdo a la propuesta de vivir juntos de Jeremy, a estar en total acuerdo para el día de navidad.
¿Siempre habrá sido así?
Lo importante es que, aunque no le agrade la idea, no ha dicho nada negativo hacia Máx, ni intentado hacer nada para que deje de verlo. Y no se si tomarlo como una señal, buena o mala. Incluso lo invite al cumpleaños de papá, y no se opuso.
Máx y yo hemos tenido un par de citas muy lindas, hemos pasado tiempo juntos, y ha sido maravilloso. Hablamos de que entrar a una relación formal ahora sería demasiado pronto, puesto que mi rompimiento con Jeremy fue hace unas semanas, y que él aún tiene mucho que sanar.
La música resuena en toda la casa, los invitados ya están llegando, puedo oír sus murmullos desde la barandilla de la segunda planta.
Me apresuro a mi antigua habitación, Christina no ha de tardar en subir a reprenderme por no estar lista, así que comienzo. Hoy es un día importante para ella y para mi padre, según me informaron están festejando un negocio exitoso que Liam ha cerrado hace unos días y cómo su hija tengo que estar en la fiesta aunque no me apetezca.
Me doy una corta ducha, salgo envuelta en albornoz, debajo solo llevo ropa interior. Preparo todo lo que usaré, desde los zapatos de tacón que son incómodos, el maquillaje, el secador, el alisador, hasta el vestido entallado color verde que mi madre me ha pedido usar.
No me gustan este tipo de eventos, menos cuando involucran muchísima gente que no conozco.
Tal vez si conozco...
Con una toalla quito el exceso de agua de mi cabello, aplico los productos correspondientes para no maltratarlo a la hora de que entre en contacto con los aparatos.
Me maquillo de una manera no tan llamativa, solamente cubro las ojeras que tengo por no haber dormido, me hago las cejas y coloco un poco de rímel a mis pestañas, me niego a usar postizas «Mamá quiere que las use» son insoportables. Con un poco del mismo corrector de ojeras cubro las imperfecciones de mi cara, como los granitos y pósitos que tengo.
Tomo el secador y lo enciendo para terminar de secar mi cabello. Cuando ya está lo suficientemente seco, lo aliso dando un par de pasadas antes de proceder a realizar los rizos.
Quedó insatisfecha con el resultado, pero ¿qué puedo hacer yo? Es tarde y como pierda más tiempo mi madre se molestará.
Reparo la prenda que yace colgado en la puerta del vestidor. Hago una mueca, es muy bonito sin embargo no es algo que usaría, mi tipo de cuerpo no se ve bien en ese tipo de vestidos y tampoco me gusta usarlos.
Tomo lo que he comprado exactamente para no verme tan fatal dentro de la tela verde, desabrocho los pequeños ganchitos «son miles», abro el albornoz para colocarlo desde mis costillas haya la cadera pero me veo interrumpida cuando abren la puerta de golpe.
Ágil, me tapo con el albornoz, enseguida me relajo al ver de quien se trata.
«Es Máx»
Lleva unos vaqueros, una camisa desabotonada y un saco negro que lo hace ver genial, va un poco despeinado lo que lo hace ver relajado. Últimamente se ve más relajado, y como si le hubieran quitado un peso de encima desde aquella charla que tuviuen su casa.
—June me ha dicho que aún no estabas lista.
—Y decidiste subir a auxiliarme—bromeo—. Que gran corazón generoso tienes, Maxi.
Me sonríe con coquetería.
Si supiera todo lo que causa en mi estaría muy, pero muy orgulloso de ello.
—No estaba equivocado-—e recorre con la mirada sin perder la sonrisa—Si me dejas puedo ayudarte a vestirte.
—Tú lo que quieres es desvestirme—ataco.
-—No lo voy a negar, pero como te atrase más tu madre me odiará más de lo que ya lo hace.
Y que, como si la hubiera invocado, tres golpes resuena en la puerta seguida de su voz.
—¡Delilah, más te vale que ya estés lista!
Abre la puerta y por inconsciente me giro, pasea su mirada por mi acompañante y yo tratando de descifrar lo que está pasando. Furiosa detiene los ojos en mi y me reprende una vez más por no estar lista. Menciona algo sobre los invitados pero yo estoy más concentrada en que deberé aguantarme las barillas en mi cuerpo, todo por un estúpido vestido de gala.
—Tu padre ya no tarda en llegar y te necesito abajo de inmediato—vuelve a decir.
—Yo me encargo de que baje pronto—le asegura Max.
Christina se lo piensa y molesta accede antes de cerrar la puerta y retirarse.
—¿Qué es lo que tienes ahí?—me pregunta cuando se acerca.
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Editado: 13.11.2024