Notita: He estado leyendo sus comentarios, y de verdad agradezco que le hayan dado la oportunidad y mucho amor a la historia.que significa mucho para mi. Por esa razón he actualizado seguido. Asi qué, aquí les dejo otro capitulo más
Besos, Less💕
°°°
Dolor.
Es lo único que siento en estos momentos, mi cabeza esta que estalla del dolor y mi cuerpo lo siento todo magullado.
¿Donde estoy? ¿Qué es lo qué ha pasado?
No tengo ni la más mínima idea. Lo único que sé, es que hay fragmentos en mi mente de ¿recuerdos? Sí. Son recuerdos. ¡Dios mio!
Ahora mismo me encuentro de pie, y veo todo a mi alrededor como si de diapositivas se tratara. Como si caminara entre recuerdos. Uno en especial me ha llenado de ilusión. Es el día que conocí a Max.
El había entrado a la joyería donde trabajaba. Miraba a todos lados, como buscando algo en especial. Mi compañera, me insinuó que lo atendiera ya que a ella le tocaba hacer inventario de algunas joyas, estábamos a punto de cerrar.
No necesite mover ni un solo pie, ya que el se acercó al mostrador viendo una todas las joyas que había en exhibición.
—¿Busca algo en especial?—le pregunte llamando su atención.
—Ah, sí. Busco un collar para mi madre...—el se fijo en mi y sonrió, note que su sonrisa era linda—Es..., su cumpleaños.
—Te puedo mostrar algunos ¿buscabas algun diamante en especial?
Yo también sonreía, pero era más porque mi jefe me había exigido qué debía hacerlo más para vender más. Ser amable y servicial decía.
—Esos me gustan—señaló los de oro de bastantes kilates sin dejar de mirarme.
Le mostré un par, dándole la información necesaria sobre cada uno. De cuantos kilates y precios. Algunos hacían juego con brazaletes y pendientes. Al final, optó solo por un par que eran individuales. Ambos, el dije era de un corazón, uno más grande que el otro. El no se decidía por cual.
—No se cual llevarle—soltó una risa pequeña, que admito me gustó—¿Cual te gusta más a ti?—su sonrisa se había vuelto coqueta.
—Los dos—respondí correspondiendo a la sonrisa—Aunque el pequeño me parece más fino, los dos son realmente hermosos.
—He notado que no llevas ningún colgante como este—recargo su peso en el mostrador
—Es por que no tengo ninguno tan lindo como ese—no dejaba de verlo a los ojos.
Ese color verde me tenía hipnotizada por completo.
—¿Cómo es que una joya como tu no posea algo tan valioso?—suspiró—Estoy completamente seguro que cualquier colgante de este mostrador se vería tan extravagante en tu cuello.
Me sonroje.
La verdad era que si tenía ese tipo de joyas, solo que no las usaba. Las había dejado en casa de mis padres cuando me marche, no quería nada que viniera de ellos.
—Las joyas costosas solo son vanalidades para mi—respondí sin perder la sonrisa.
—Vale, jamás había conocido que alguna chica no le gustaran las joyas.
—No dije que no me gustaran.
Su sonrisa se acentuó.
—No quisiera ser grosera, pero estamos a punto de cerrar y... mi jefe no tardará en aparecer—le apresure.
—Te gustan los dos—asentí—Me llevare los dos entonces.
Finalice la compra cuando me entrego su tarjeta, tome ambos colgantes colocandolos en las cajitas correspondientes, y en una bolsa con el logo del lugar se los entregue.
—Muchas gracias por tu ayuda... —bajo la vista hasta mi pecho, leyendo en nombre que se encontraba en la plaquita de mi uniforme—Julienne. Que nombre tan bello. Julienne.
—Espero que a tu madre le gusten sus obsequios...
—Max. Me llamó Max.
—Max. Gracias por tu compra.
Camino hasta la salida para irse, sin embargo se devolvió enseguida.
—¿Puedo ayudarte en algo más?
—Sí, de hecho quisiera hacerte una consulta.
—Claro que sí, ¿cual es tu pregunta?
—¿Cuanto falta para que termines tu turno?
Mi cara debió ser de un completo shock. Porque el soltó una risa por lo bajo.
—Uhm, como una hora—me obligue a responder—Tengo que cerrar, y hacer unas cosas después...
—Bien. Te veo en una hora—y se marchó dejándome con un signo de interrogación entre ceja y ceja.
—Qué buena forma de verder, ligar con los clientes. No se me había ocurrido antes—comentó mi compañera detrás de mi.
—¿Qué?
—Nada. Vamos, tenemos que cerrar y hacer el corte.
Y así lo hicimos.
Una hora después, salimos por la puerta de atrás como era costumbre. Y Max estaba ahí como había dicho. Mi compañera me dio un empujón para que me acercara a él, y después la muy traicionera se fue dejándome a solas con el.
—Hola, Max.
—Hola, Ju.
—¿Ju?
No podía dejar de sonreír.
—¿O prefieres Julienne?
—Ju esta bien.
—Eres del tamaño de un minion—expreso—Allá dentro no lo parecía.
—¿No te conozco y ya me atacas tan pronto?—bromee.
—Estoy tratando de hacer conversación, minion—metio sus manos en los bolsillos de su Jean.
—Vaaalee.
Ese día lo único que hizo fue acompañarme hasta el edificio donde ahora vivía. Hacia poco queme había mudado a un pequeño departamento que había conseguído en cuanto me salí de casa de mis padres, June, mi mejor amigo me había ayudado a buscarlo, era pequeño, y de dos habitaciones. Perfecto para vivir solo los dos.
Max me había invitado a salir, antes de entrar a casa. Y yo, toda sonrojada y un poco emocionada, acepte. Quedo en pasar por mi al día siguiente, a la hora de mi salida. Y así fue.
El estaba en el mismo lugar esperándome, justo como la noche anterior.
—¿Vamos por un café?—sugirió—Hay una cafetería no muy lejos y...
—Ugh, odio el café.
—Vale—se burló de mi nuevamente—¿Un batido, o alguna otra cosa? Esa cafeteria no solo vende café, minion. Yo te invito.
—Si tu invitas, entonces vamos—lo tome del brazo y nos apresure.
#15298 en Novela romántica
#2889 en Chick lit
secreto culpa, amigos aventuras fiestas, mentiras gemelos amor romance pasado
Editado: 01.03.2025