Acuerdo de matrimonio ❃ Hyunin

♡ :  CAPÍTULO XXVI

 

[HYUNJIN]

Aunque sabía que no estaba allí, miré hasta en el último rincón del piso. Cuando llegué a su armario y a su cómoda, me di cuenta de que había dejado la mayoría de la ropa que le había comprado, pero faltaban algunas prendas. Las dos cajas que todavía no había abierto seguían en su armario, también había pertenencias suyas en el cuarto de baño, pero la única maleta que tenía había desaparecido. Recordé que la noche anterior oí que se abrían y se cerraban cajones. Lo que supuse que era una reorganización solo eran los preparativos para abandonarme.

Me senté en el borde de su cama y me agarré la cabeza con las manos.

¿Por qué? ¿Por qué se acostó conmigo si sabía que iba a dejarme? ¿Por qué se había ido?

Mascullé una maldición… la respuesta era evidente. ChaeWon había muerto. Ya no necesitaba los medios para cuidar de ella, lo que quería decir que ya no necesitaba fingir que estaba enamorado de mí.

Nos llevábamos bien, o eso creía yo. Estaba convencido de que Jeongin sentía algo. ¿Por qué no había hablado conmigo?

Solté una carcajada en la habitación vacía. Pues claro que no iba a hablar conmigo. ¿En qué momento le había dicho que podía hacerlo? Nos habíamos convertido en enemigos amistosos, unidos por un objetivo común. Ese objetivo había cambiado en su caso. Tal vez yo hubiera planeado hablar con él, Pero Jeongin no tenía ni idea de lo que yo sentía. Aún era incapaz de entenderlo, no terminaba de asimilar lo mucho que habían cambiado mis sentimientos.

La pregunta que se repetía sin cesar en mi cabeza y que no tenía el menor sentido era: “¿Por qué se ha acostado conmigo?”.

Se me heló la sangre en las venas cuando me asaltaron los recuerdos de la noche anterior. Era virgen… y yo no había usado protección. Estaba tan absorto en el momento, en Jeongin, que ni había pensado en el tema hasta ese instante. Le había hecho el amor sin preservativo. Siempre usaba preservativo… nunca había discusión al respecto con mis parejas.

¿Qué probabilidad había de que estuviera tomando algún método anticonceptivo? Me aferré la nuca, presa del pánico. ¿Qué probabilidad había de dejarlo embarazado?

Se había marchado. No tenía ni idea de dónde estaba, ni tampoco sabía si estaba embarazado. Y mejor no pensar en cual sería mi reacción si se había quedado embarazado.

¿Pensaría Jeongin en esa posibilidad?

Corrí hacia el despacho, más ansioso que nunca, y encendí el portátil. Comprobé el historial de navegación, pensando que quizá hubiera usado el ordenador para comprar un billete de avión o de tren, pero no encontré nada. Comprobé las cuentas bancarias y me quedé de piedra al ver que el día anterior había retirado 20.000 yuan. Recordé que dio un paseo por la tarde, que insistió en ir solo. Había ido al banco y había retirado, o transferido, el dinero de su cuenta. Dos meses de “salario” fue lo único que se llevó. Mientras repasaba los cargos de su cuenta, descubrí que, salvo los gastos de ChaeWon, no había tocado un solo centavo. No había gastado nada en él. No se había llevado nada para su futuro.

Estaba más desconcertado si cabía. No quería mi dinero. No me quería a mí. ¿Qué quería Jeongin?

Tamborileé con los dedos sobre el escritorio. Había dejado las llaves y la tarjeta de acceso, lo que quería decir que no podría entrar en el edificio ni en el piso. Sabía que, con el tiempo, se pondría en contacto conmigo para pedirme las cajas que había dejado atrás, y yo insistiría en verlo primero. Desvié la vista hacia la estantería del despacho y me di cuenta de que habían desaparecido las cenizas de ChaeWon.

Se las había llevado allí donde se hubiera ido. Pero lo conocía lo suficiente para saber que querría las fotos y el contenido de las cajas que había en la planta superior. Estaban llenas de objetos personales, cosas que él consideraba importantes.

Empezó a darme vueltas la cabeza, que se puso a trabajar como lo hacía cada vez que tenía un problema. Empecé a dividir en compartimentos los problemas y a buscar soluciones. Podría decirle a los Lim que se había marchado durante unas semanas. Que la impresión por la muerte de ChaeWon era demasiado para él y que necesitaba un respiro. Podría decir que lo había enviado a un lugar cálido a relajarse y a recuperarse. Con eso conseguiría algo de tiempo. Cuando se pusiera en contacto conmigo, lo convencería de que volviera y ya se nos ocurriría algo. Podríamos seguir casados. Le buscaría un lugar cercano y solo tendría que verme cuando la ocasión lo requiriera. Podría convencerlo de que accediese.

Me levanté mientras miraba por la ventana la luz mortecina. El día nublado encajaba a la perfección con mi estado de ánimo. Dejé que mi mente volara y diseñara distintos escenarios, hasta que decidí que lo más sencillo era lo mejor. Llevaría a cabo mi primera idea, diría que se había marchado unos días. Tenía su móvil. Podía mandarme mensajes de texto e inventarme llamadas de sobra, de modo que nadie se enteraría de la verdad.

Salvo que…

Incliné la cabeza hacia delante. No era lo que realmente quería. Quería saber dónde estaba Jeongin.

Necesitaba saber que se encontraba a salvo. Quería hablar con él. Estaba desolado por la muerte de ChaeWon y no pensaba con claridad. Creía que estaba solo.

Me aferré al alféizar de la ventana con la vista clavada en la ciudad. Estaba allí fuera, en alguna parte, y estaba solo. Tenía que encontrarlo. Por el bien de ambos.

Regresé a mi edificio y aparqué en mi plaza de garaje, tras lo cual apoyé la cabeza en el reposacabezas del asiento. Había hecho un recorrido por todos los sitios a los que él podría haber ido y que se me habían ocurrido. Había estado en el aeropuerto, en la estación de tren, en la estación de autobuses e incluso en varios locales de alquiler de coches. Había enseñado su fotografía cientos de veces a un montón de personas, pero no había descubierto nada. Se había dejado el móvil, de modo que no podía llamarlo. Sabía que tenía una tarjeta de crédito propia e intenté ponerme en contacto con la entidad emisora, para saber si la había usado hacía poco, pero me despacharon enseguida. Si quería dicha información, tendría que contratar a alguien. Había sido incapaz de encontrar una sola pista yo solo.



#2392 en Novela romántica

En el texto hay: hyunjin, jeongin, hyunin

Editado: 28.07.2023

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