Adán

Capitulo 4 Rusia

Capítulo 4: Rusia

El aire en la habitación se había vuelto denso, como si cada palabra del científico estuviera impregnada de algo más que información: desesperación, culpa, miedo.

Adán 1 permanecía de pie, con los brazos cruzados, escuchando con la misma frialdad con la que recibía órdenes. Pero esta vez, no era una orden.

Era algo más peligroso.

Era una verdad que no debía saber.

El científico respiró hondo, como si reunir el valor para continuar fuera una tarea titánica. Sus manos temblaban, pero trataba de ocultarlo. Sabía que cualquier signo de debilidad frente a Adán 1 podía significar su final.

Aun así, tenía que hablar.

Adán 1, debes ir a Rusia.

Adán entrecerró los ojos.

¿Por qué?

El hombre apoyó los codos en la mesa y frotó su rostro con las manos, como si le costara pronunciar lo que venía.

Ahí está una de las principales centrales de la organización. Allí se encuentran los archivos con los métodos que usan para borrar la voluntad de los Adanes, las drogas que les implantan, los experimentos que destruyeron a muchos antes de que nacieras.

Silencio.

Adán sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, pero su expresión no se inmutó.

¿Cuántos murieron?

El científico le sostuvo la mirada.

Demasiados.

Adán no respondió. No tenía por qué hacerlo.

En su interior, el mecanismo de su mente ya estaba en marcha. Rusia. La organización. El control sobre los Adanes.

Esto arderá como Roma… —susurró el científico, con una sonrisa amarga— …pero esta vez, los Herodes no cantarán.

Adán lo analizó con cuidado.

Dijiste que todo empieza ahí. Explícate.

El hombre enderezó su postura y lo miró con un brillo extraño en los ojos.

La organización tiene siete pilares. Siete fundamentos que la sostienen.

El científico levantó un dedo.

Uno: la Creación.

Otro dedo.

Dos: la Implementación.

Tres: la Incorporación.

Cuatro: la Selección.

Cinco: la Ejecución.

Adán 1 levantó una ceja.

Faltan dos.

El hombre suspiró.

Nunca fui lo suficientemente importante para conocer los últimos dos. Pero créeme, si logramos derribar estos cinco, los otros caerán por su propio peso.

El científico lo miró fijamente.

Y entonces… podré morir en paz.

Adán lo observó con una mezcla de indiferencia y cálculo.

Si tanto quieres morir, ¿por qué no lo hiciste antes?

El científico sonrió con tristeza.

Porque tenía que asegurarme de que alguien supiera la verdad.

Adán apoyó ambas manos en la mesa, inclinándose un poco.

Ahora dime… ¿qué fue lo que te hicieron hacer para que quieras destruirlos?

El científico bajó la mirada. Se quedó en silencio por un momento, pero cuando habló, su voz era un susurro cargado de resentimiento.

Me vendieron un sueño. Pero viví en una pesadilla.

El silencio volvió a instalarse entre ellos.

Si tenemos la oportunidad… y salimos vivos de esto, te lo contaré.

Adán se cruzó de brazos.

Ahora déjame hablar.

El científico levantó la vista.

Adán lo observó con seriedad.

Desde hace tiempo sabía que algo estaba mal.

El científico lo escuchó en silencio.

Los Herodes comenzaron a eliminar objetivos por conveniencia. No por la paz, sino por su propio interés.

Adán recordó un objetivo en Brasil. No recordaba su rostro con claridad, solo sus últimas palabras antes de eliminarlo.

Antes de morir, me dijo algo.

El científico se tensó.

Me dijo que la verdad me golpearía tan fuerte en la cara, que nunca podría volver a verme en el espejo.

El hombre tragó saliva.

En su momento, no le di importancia. Me han dicho cosas peores.

Adán cerró los ojos por un momento.

Pero ahora quiero saber la verdad.

El científico sonrió con tristeza.

Si sales vivo de Rusia… tu próximo pilar será algo que no esperas.

Adán arqueó una ceja.

¿Qué quieres decir?

El científico sostuvo su mirada.

Que tu siguiente misión será un reto incluso para alguien como tú.

Adán 1 no pestañeó.

¿A qué te refieres?

El hombre inspiró hondo y dijo:

Tendrás que ubicar a Adán 2.

Silencio.

Adán no reaccionó de inmediato. El nombre retumbó en su cabeza.

Eso es imposible.

El científico se inclinó hacia adelante.

Es lo que creías.

Adán entornó los ojos.

Adán 2 fue eliminado.

Eso es lo que te dijeron.

El silencio se tornó aún más pesado.

El científico sonrió con amargura.

Es la mentira más grande de la organización.

Adán sintió un latido fuerte en su pecho. Por primera vez en años, sintió algo que se parecía a la sorpresa.

¿Cómo lo sabes?

El científico soltó un suspiro largo.

Porque yo ayudé a ocultarlo.

Adán sintió que todo su entrenamiento, toda su vida, toda su certeza se tambaleaba.

El científico lo miró con seriedad.

Adán 2 está vivo.

Adán no respondió. Solo lo miró fijamente, buscando un indicio de mentira. No lo encontró.



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En el texto hay: misterio asesinato drama

Editado: 04.02.2025

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