Con ambos pies en el suelo a los lados de su cabeza, la pequeña acróbata disfruta del viento; en aquella posición el aire que se cuela con fuerza por la rendija inferior de la puerta azota su cara y hace que sus rizos le hagan cosquillas en las mejillas.
Ama vivir en el circo, desde lo más profundo de su ser. Disfruta tanto las presentaciones, las risas de los visitantes y sus caras sorprendidas al ver las temerarias actuaciones de sus compañeros. Es feliz entre ellos, es feliz viéndolos trabajar e intentar cosas nuevas, entre ellos se siente como parte de una gran familia y lo disfruta. Sin embargo, no puede solo dejar de extrañar a su propia familia.
Tiene a su padre sí, pero la realidad es que vive sintiéndose muy sola.
Deshace su cuerpo de aquella contorsionada posición y se tumba de espaldas en el piso, pensando, anhelando, soñando.
Aquel, es el único momento del día en el que en verdad se permite hacerlo. Nadie la molesta en aquel saloncito, durante su entrenamiento, allí está a solas pero no se siente sola; el recuerdo de su madre guiándola en cada intento como solía hacerlo, le hace compañía. Sonríe.
La puerta se abre de golpe, sacándola de sus pensamientos. Se incorpora de un salto.
-April ven. Tengo que presentarte a alguien- ordena su padre al tiempo que camina frente a ella en dirección a su despacho. -Será tu nuevo compañero de trabajo.- la pequeña se apresura a seguirlo.
Su padre abre la puerta y ella tímidamente asoma el rostro para observar a un grupo de personas sentadas juntas, lucen algo nerviosas. Parecen... una familia.
Al verlos entrar los tres se colocan de pie.
-Buenas tardes señor. Mi nombre es..
-Ya lo sé Marcus, Marisela y el pequeño Alex. Sres. Roberts, sean bienvenidos.
April pasea su mirada por la pequeña familia y detiene sus ojos sobre el niño que mantiene también la vista clavada en ella. Su mirada es fuerte, por lo que un poco cohibida voltea a ver al suelo.
-April- llama su padre – Este es Alex- dice colocando la mano sobre la cabeza del niño.-le enseñarás todo lo que sabes y el a ti. Su padre es malabarista y su madre acróbata igual que él, todos ellos trabajarán aquí a partir de ahora- sentencia el hombre.
Todos asienten en dirección a ellos, como respuesta.
-Ella es April, la pequeña acróbata es mi... hija- señala esta vez en su dirección, pero sin llegar a tocarla. En su corazón la niña aun desea ver a su padre feliz u orgulloso al presentarla, pero la realidad no es esa- quiero que la cuiden y... por favor que esta conversación no salga de esta habitación- Dice con tono demandante mirando a la pequeña April.- ella siente un nuevo ramalazo de decepción
-Entendido Sr Colmand. Nada saldrá de aquí- responden los padres del pequeño.
-April muéstrales sus habitaciones-
-Per...
-¡Ahora!-grita asustando a la pequeña pelirroja
-Entendido Sr-temblorosa sale de la habitación seguida de los nuevos trabajadores....
*****
-¡Chicos y chicas, niños y niñas, Damas y caballeros!. Tengo el placer de presentarles el siguiente acto....- Aplausos inundan todo el escenario- Con ustedes... ¡LA PEQUEÑA ACROBATA!
Un silencio total deja entrar a la hermosa niña pelirroja, quien baja en un aro desde el techo. Los movimientos delicados y peligrosos, que se veía ejecutar a la pequeña hacen que las personas se emocionen mientras ella se desplaza vigorosamente al ritmo de la música.
La mirada de la niña recae justo en un chiquillo muy sonriente en el público quien con movimientos exagerados y una cinta de color rojo, trata de llamar la atención de la pequeña saludándola.
Ella al reconocerlo, regala al público su mejor sonrisa para así terminar de bajar al piso, en una intrincada pose que la hace parecer una hermosa ave exótica.
El lugar estalla en aplausos y el acto complementario empieza, dando paso a la entrada de numerosas personas al escenario.