Addicted To His Kisses

Pareja Inesperada

Me despierto a las 6:30.a.m debido al horrible sonido del despertador. Me siento en la cama y froto mis ojos intentando poder ver con un poco de claridad mi habitación y la ropa que me tengo que poner, la cual está doblada encima de mi escritorio.

Me levanto, cojo la ropa y voy hacia el baño para darme una ducha rápida antes de ir al instituto. 

Salgo del baño vestida y con una coleta alta malhecha, noes que me importe mucho lo que vayan a decir de mí en el instituto. Camino por el pasillo hasta llegar de nuevo a mi habitación, entro y abro el pequeño cajón de la mesita de noche. Cojo un frasco de un perfume que me regaló mi padre y me hecho un poco en el cuello, detrás de las orejas y en las muñecas. Cojo la mochila con todos los libros y finalmente bajo al salón.

Dejo la mochila encima del sofá que ocupa una gran parte del espacio, voy a la cocina y cojo una manzana ya que no tengo mucha hambre. Mientras como miro el móvil y contesto varios mensajes de grupos y chats privados. 

Cuando me termino el ‘desayuno’ cojo la mochila, meto el móvil y salgo de casa. A menos de dos metros visualizo una silueta que me resulta bastante familiar, me acerco un poco más y no dudo la identidad de esa persona.

—¡Laura! —grito, caminando más deprisa.

—Hola, tía —dice ella con una sonrisa.

Laura es una de mis mejores amigas, nos conocemos desde la guardería y llevamos todos estos años en el mismo instituto, somos inseparables.

Las dos empezamos a caminar hablando de lo que hemos hecho este fin de semana, no sé por qué razón no presto mucha atención a lo que me está contando Laura, tengo la cabeza en otro sitio, y no sé dónde.

Cuando llegamos, en la entrada vemos a una de las peores personas que han existido sobre la faz de la tierra, llamada Sandra. Pasamos por su lado intentando pasar desapercibidas, pero no lo conseguimos, se gira y nos mira con aires de superioridad, mientras Laura me coge de la mano tranquilizándome.

—Vaya, qué buen conjunto llevas hoy, estás guapísima. Es la peor ropa del mundo, Julia, cada día te superas más —me lanza una mirada de asco y yo respiro profundamente.

—Sandra, si no tienes nada mejor que hacer no es nuestro problema, pero deja a Julia en paz —dice Laura, intentando no entrar al trapo.

—¿Ahora tienes una guardaespaldas? Qué penoso, dios —suelta una carcajada y Laura me mira diciéndome con la mirada que nos vayamos.

—No necesito a nadie que me proteja, lo que pasa es que paso de caer en el mismo nivel que tú respondiéndote a tus ridículas críticas —digo, haciendo que suene más borde que en mi cabeza.

Dicho eso empiezo a caminar dejándola con la palabra en la boca y con Laura mirándome orgullosa de mí. Entramos a clase y nos sentamos en nuestros asientos, en primera fila.

La primera clase me pasa muy lenta, el profesor nos ha enseñado a cómo hacer una historia para unos concursos que se hacen a final de curso, básicamente es para recaudar dinero para la escuela. El profesor de la siguiente clase entra y se sienta. Me acerco a él bajo la mirada de mis compañeros de y le pregunto si puedo ir al baño, él asiente mientras mira unos papeles y salgo disparada hacia fuera.

Voy caminando por el pasillo como alma sin cuerpo, no sé qué me pasa hoy, pero estoy más distraída de lo normal, y eso ya es decir. Sin darme cuenta, choco con una persona, la cual me agarra de la cintura para evitar que caiga al suelo. Levanto la vista y reconozco al instante al chico que tengo delante. Es Daniel, un chico de mi misma edad que va a la clase B.

—Lo siento, culpa mía —dice sonriendo y sin dejar de sostenerme por la cintura.

—Tranquilo, es que soy muy torpe —digo sonriendo algo nerviosa.

Intento separarme, pero al chocarnos nos hemos quedado pegados a la pared y ahora mismo estoy acorralada.

—¿Cómo te llamas, princesa? —dice acariciándome la mejilla poniéndome aún más nerviosa. 

—Me llamo Julia —digo evitando el contacto visual con él.

—Qué raro encontrarte por aquí, ¿a qué clase vas? —pregunta, curioso.

—Clase A, al lado de la biblioteca —respondo seria.

—Ah, es que nunca paso por ahí —dice obvio.

Rasca su nuca tímido y yo intento escabullirme para volver a clase, se me han quitado las ganas de ir al baño. En el momento en que doy un paso para separarme de él, me coge del brazo y me gira para que le mire.

—Espera, ¿esta tarde tienes algo que hacer? —sus mejillas toman un leve tono rojizo y me mira esperando una respuesta.


—No sé, depende de las ganas que tenga de estar con un malote que no me deja ir a clase —digo soltando una pequeña risa.


—¿Yo? ¿Malote? Ahora verás —dice riendo y sale a correr detrás de mí.


—¡Daniel! —grito riendo y corriendo por el pasillo.

Corre más rápido y me alcanza, me acorrala de nuevo contra la pared y me mira con esos ojos marrones que matarían a cualquiera.

—¿Entonces eso es un sí? —coloca sus manos a ambos lados de mi cabeza y roza su nariz con la mía.

Nuestras respiraciones están agitadas debido a haber corrido por el largo pasillo del instituto. Abro la boca para hablar pero de repente suena el timbre y salen todos de las clases, impidiéndome contestar. En menos de dos segundos aparece Sandra, otra vez. Me mira con odio y empieza a caminar hacia mí hecha una furia.

 

-¿Qué estás haciendo, chica? -me mira con odio.

Daniel era el novio de Sandra,se engañaron mutuamente y creía que lo habían dejado, pero algo me da que no.

Daniel enseguida se separa de mí con asco y mira fijamente a Sandra.

-¿Pero qué dices? No estoy haciendo nada exagerada -digo fría. 

 

-¿Me quieres explicar porque estabas tan cerca de mi novio? -dice gritando y resaltando el ‘mi’.

Giro la cara mirando a toda la multitud que nos ha rodeado y decido irme cuando escucho a Daniel decir algo.

-Mi amor ella no tiene la culpa, no exageres -dice mientras de reojo veo como se acerca a ella. 

Esto ya es el colmo, hace dos minutos estaba tirándome los tejos y ahora va del mejor novio del mundo, no entiendo a este chaval, me está empezando a cansar y hace apenas 10 minutos que lo conozco. Odio a la gente así, tan falsa.

Sigo mi camino haciéndome sitio entre la gente hasta que la voz de Sandra hace que baje la cabeza entristecida y furiosa.

-Y que no te vuelva a ver cerca de mi novio -dice con una carcajada malévola.



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En el texto hay: romances, drama, amor

Editado: 18.03.2020

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