Voy caminando por los pasillos jugando con mis manos, siempre lo hago cuando me pongo nerviosa. Me adentro en mis pensamientos una vez más, a pesar de lo ocurrido no logro sacarme a Daniel de la cabeza, es increíble lo imbécil que puede llegar a ser y lo mucho que te puede llegar a marcar en muy poco tiempo.
Sin darme cuenta, escucho una voz que me saca de mi mundo.
—¿Julia? ¿Estás ahí? —dice pasándome la mano por delante de la cara.
Me quedo sin palabras al visualizar perfectamente a la persona que tengo delante de mis ojos. Es Jorge, mi ex pareja, el único hombre del que me he enamorado y al que le entregué absolutamente todo, incluida mi virginidad.
—¿Qué quieres idiota? —digo empezando a caminar de nuevo por el pasillo más largo del instituto.
—Eh, tranquila que yo no he insultado —dice acercándose a mí, tanto que puedo notar su aliento en mi cuello— Jorge, para —digo entrecortada.
Le doy un codazo en el estómago para que me deje en paz y sigo caminando cabizbaja.
Miro mi reloj y veo que son las 17:05, qué rápido han acabado las clases. Me giro para asegurarme de que Jorge se ha ido, pero en ese momento noto unas manos en mi cintura.
—No te resistas, sabes que me sigues queriendo —dice Jorge susurrando en mi oreja.
Me intento separar de él pero alguien lo hace por mí y lo tira al suelo.
—Cómo te vuelva a ver cerca de ella te parto la cara, ¿me oyes Jorge? —dice Daniel apuntándolo con el dedo, muy enfadado.
—Lo siento tío, no sabía que era tu novia, pensaba que... —dice con miedo, sin poder acabar la frase.
Daniel se queda callado, pensativo, y seguidamente habla.
—Pues ya lo sabes, ahora vete —dice con una mirada de asco.
Se va cabizbajo, nunca lo había visto así, siempre era él el que daba miedo y amenazaba a los demás, pero se ve que Daniel puede con él, ya que es más fuerte. Me quedo mirándolo atónita con los brazos cruzados y una ceja levantada.
—No te entiendo Daniel, primero me tiras los tejos, luego te enrollas con tu supuesta novia en mis narices y ahora le dices a mi ex que estamos juntos. ¿Quién te has creído? No soy un juguete —digo borde y sin mirarle.
Sé que si lo miro no me van a salir las palabras, me pongo realmente nerviosa cuando sus ojos se clavan en los míos, imponen demasiado.
—Tienes razón, no eres un juguete, pero eres mi juego favorito —dice acercándose un poco a mí.
Bajo los brazos y empiezo a jugar con mis dedos debido a que me acabo de poner muy nerviosa, una vez más por su culpa.
—Me encanta cuando te pones nerviosa —dice con voz ronca.
Se acerca más hasta acabar pegado a mí, coge mis manos y las guía hasta su nuca, haciendo que lo agarre por el cuello con suavidad. Miro a nuestro alrededor y puedo notar como el pasillo está completamente vacío. Dani pone una de sus manos en mi cintura, acercándome aún más a él, y con la otra acaricia levemente mi mejilla, haciendo que un escalofrío recorra mi cuerpo en cuestión de segundos.
No me creo lo que acaba de hacer, Daniel, el chico más popular y mujeriego de todo el instituto me acaba de besar. No puedo explicar con palabras ese beso, pero cuando menos me lo espero me vuelve a besar, esta vez con más ganas. Me aprieta contra él y muerde mi labio inferior, pidiendo paso a su lengua, el cual le cedo enseguida. Empezamos una guerra que ninguno de los dos quiere ganar, finalmente, cuando nos quedamos sin aire, separamos nuestros labios y él junta su nariz con la mía, cerrando los ojos.