Ya Le He Dado El Día

DANIEL

No sé qué me pasa con esta chica, me vuelve loco. La conocí a principio de curso, no hablamos nunca pero me fijé en ella porque es realmente atractiva, ese día llevaba una falda skater y una camisa que le favorecían mucho. Siempre he sido un chico que va de flor en flor, no me gusta tener novia, lo veo una tontería que no hace más que complicar la vida. Antes cuando choqué "accidentalmente" con Julia, pensé que ese sería el momento perfecto para entablar una conversación con ella, y tenía razón, aquí estamos, con nuestros labios a milímetros de distancia,  nuestras narices acariciándose mutuamente y nuestros cuerpos completamente pegados.
Julia me hace ser diferente, no sé en qué sentido, solo sé que los pocos minutos que he pasado con ella he conocido a un Daniel que nunca había visto, y eso me preocupa. Nunca me he enamorado y tampoco quiero, no me apetece sufrir, ni sentir celos, ni nada que tenga que ver con las relaciones. Todo el instituto sabe cómo soy, la única que no lo sabe es Sandra, se piensa que estamos juntos solo porque un día en una fiesta nos besamos hasta acabar en la cama,  ya le expliqué claramente que no quería nada con ella, pero se ha enganchado a mí y no me suelta.

Abro los ojos y ella hace lo mismo clavando esos ojazos azules y verdes en los míos.

—Besas bien, bonita —digo susurrando separando nuestras narices.

Ella tímidamente se separa de mí y baja la cabeza mientras juega con sus dedos, me encanta cuando hace eso.

—Gracias, lo mismo digo —dice dulce. 

—¿Te vienes a dar un paseo? Han acabado las clases —digo peinando mi tupé para seguidamente agarrar su mano derecha.

Me aparta la mano y noto como cierra los puños, aún mirando al suelo.

—Lo siento, pero no puedo —dice empujándome y saliendo corriendo. 

Intento seguirla pero me doy por vencido, ya le he dado el día.