Adela.

Siete: Algo raro.

Después de mi sesión de mensajes con Oliver, él dejó de contestar, probablemente porque se quedó dormido, así que después de media hora de esperar su respuesta yo también me quedé dormida en mi incómodo sillón pero por suerte desperté en mi cama al día siguiente.

El domingo fue un día tranquilo, Darien y yo nos la pasamos jugando juegos de mesa y luego terminamos peleando porque me ganó en todos, soy muy competitiva así que me enojé porque al menos podría ser un poco más considerado conmigo y dejarme ganar uno, pero claramente no lo hizo.

Es un genio hasta para este tipo de juegos.

Más tarde ambos revisamos mi contrato y al ver que todo estaba en orden lo firmé.

Hoy debía de ir a la empresa para entregarle el contrato a Francisco y entregarle a la gente de marketing las fotos que tomé el jueves, una muy pequeña parte de mí quiere encontrarse misteriosamente con Oliver.

No lo he visto desde ese día y no hablé con él ayer. Estoy sonando como una chica de quince años esperando a ver a su novio de secundaria, solo que él no es mi novio y aunque odie admitirlo ayer me tomé el tiempo para analizar el porqué de la insistencia en querer saber de él.

No llegué a ningún punto.

Las pláticas conmigo misma no son muy productivas, de hecho se tornan algo raras de vez en cuando.

Pero al menos me di el valor para admitir que me atrae, y cómo no lo iba a hacer si la verdad que es muy guapo y tiene una personalidad encantadora. No he de ser la única chica que se encuentre en esta posición.

Salí de la oficina de Francisco e iba a tomar mi camino hacia el departamento de marketing pero me topé de frente con Oliver, supongo que iba para el lugar del que venía.

—Hola—lo saludé.

—Hola—dijo—. ¿Qué haces aquí? ¿Tienes trabajo con los chicos?

No ha sacado ninguna de sus sonrisas que me gustan pero supongo que es por la hora de la mañana. Nadie se levanta todos los días de buenas.

—No, vine a dejar mi contrato y a mostrar algunas fotos—me encogí de hombros.

—Me alegro.

—Sí, ahora oficialmente trabajamos juntos.

—Qué buena noticia—me dio lo que apenas puedo llamar una sonrisa—. No te quitaré más el tiempo, debo de ver a Francisco.

—Está bien.

Pasó a mi lado y siguió caminando.

Eso fue raro.

 

(...)

 

Hace dos días les presenté a los chicos y al equipo de marketing algunas propuestas de portadas para ellos. Todas les gustaron pero se quedaron con la que más trabajo me había costado, pero igual era de la que más satisfecha estaba.

Obviamente no fue perfecto, hay observaciones y cosas que tengo que corregir pero di un gran paso, ahora sé que voy por el camino correcto en cuanto a esta portada se trata.

Por otro lado mi compañero Oliver ha sido demasiado frío conmigo y evita quedarse a solas conmigo, no soy tonta y lo he notado. De hecho creo que fue por mi respuesta a su mensaje sobre si estaba en una relación.

La única vez que no tomo un consejo de Darien tuvo que pasar exactamente lo contrario a lo que creía. Él debe de creer que estoy en una relación por el momento y no estaría tan mal que lo creyera porque para prácticamente todos los que conozco es así, ¡pero me gustaría que no me siguiera dirigiendo su indiferencia!

Extraño al Oliver simpático y platicador de siempre. Este hombre serio no me atrae para nada.

Miento, si me atrae, es guapísimo y aunque no me hable tan bien como antes sigue pareciendo ante mis ojos algo muy bueno de ver, casi como una obra de arte. De seguro para él soy como solo algo raro de ver.

Hace unos días incluso había usado de nuevo la tonta excusa de mandarle un mensaje preguntándole si sabía el color favorito de los chicos, y el muy desalmado me contestó: "No podría decirle la verdad, pero tiene el número de Bruno. Puede preguntarle".

¡Nunca me había tratado de usted!

Escondí mi cara en mis almohadas y solté un grito de frustración. No pensé que esa situación fuera a ponerme así.

— ¡Adela vas a llegar tarde!—Darien gritó desde la cocina.

Él está al corriente de todo esto ya que es el único con el que puedo hablar. Mis amigas no porque piensan que estoy en una relación con Darien y mi hermana está en medio de exámenes así que no quiere que la moleste.

— ¡Déjame morir en paz!—dije aún con mi cara en la almohada.

Ya estaba cambiada y lista, solo no quería salir de mi cama ahora. Hoy hay otra sesión de fotos, creo que empezarán a poner anuncios de ellos o algo, la verdad no puse atención ya que estaba más concentrada en como mi compañero encontraba más entretenido mirar su pluma que explicarme él mismo lo que tenía que hacer, tuvo que mandar a alguien de marketing que me explicara cuando él nunca lo hace.

— ¡Vas a llegar tarde y no pienso tenerte aquí todo el día con tus quejidos mientras trato de calificar exámenes!—Darien entró de golpe a mi cuarto.



#29755 en Novela romántica
#4953 en Chick lit
#18831 en Otros
#2907 en Humor

En el texto hay: humor, comediaromantica,

Editado: 24.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.