Adela.

Ocho: Tonta honestidad.

Estaba sentada en el sillón de Oliver, él había ido a su habitación a atender una llamada del trabajo y yo mientras curioseaba en todo el lugar desde mi cómodo asiento.

Su casa no era muy grande pero obviamente si más que mi departamento. Era de un solo piso y hasta ahora he localizado dos habitaciones, un baño, una cocina, una sala y a lado un comedor. Me gusta este lugar, se ve amplio por lo bien acomodado que se encuentra todo, además de que tiene dos hermosas y grandes ventanas al menos solo en la sala de estar.

Lo que más odio del lugar donde vivo es que solo tiene una pequeña ventana en la sala y otra un poco más amplia en mi cuarto, pensando que viviría en un edificio me hubiera gustado tener un balcón pero no, al parecer la renta de ese tipo de lugares es más caro.

Oliver no tenía algún tipo de decoración en particular y aun así no se veía apagado el lugar, los colores de todas las cosas que tiene hace que todo se vea llamativo y lleno de vida, creo que es imaginable que él viva en un lugar así.

—Lamento haber tardado—dijo apareciendo y yo asentí.

Tomó asiento en el sofá que estaba frente a mí.

No entiendo qué pasa conmigo, no me siento nada nerviosa al estar a solas con él, incluso me siento muy tranquila, como si lo conociera de mucho tiempo y hubiera convivido con él demasiado cuando obviamente no es así, a penas lo conozco. En cambio con Darien hay muchas veces en las que me siento muy nerviosa, más cuando mira todo lo que hago.

Incluso el silencio que se formó con él no es nada incómodo, es un poco raro pero no me hace sentir como si no debería de estar aquí.

—No tienes que contarme nada si no quieres—dijo y volteé a verlo, él no había dejado de mirarme y por muy sorprendente que sea, eso tampoco me intimida.

—Lo curioso es que sí quiero—fui honesta con él, estúpido sentido de la honestidad que no me deja mentir aunque sea en algo pequeño.

Hubiera podido salir muy fácil de esto si le hubiera dicho desde un principio que no tenía novio, pero no. Siempre me ha gustado lo complicado.

—Para que entiendas esta historia creo que primero debo de ponerte en contexto—comencé a hablar y él me prestó atención, espero que no se aburra con mi manera de explicar las cosas—. Desde que me gradué de la universidad vivo con mi mejor amigo, Darien. Vivimos juntos más que nada porque es un gran alivio para nuestras carteras ya que hasta hace poco, yo no tenía un trabajo estable.

» En fin, hemos sido buenos amigos desde hace años y me llevo muy bien con su madre. La cual es un poco fastidiosa en cuanto a relacionarlo se trata, ya que tiene la ilusión de que encuentre al "amor de su vida". A lo largo de los años ella le ha arreglado a mi amigo citas a ciegas y le ha presentado a mil chicas e incluso chicos pensando que su interés iría por ahí.

» Han sido bastantes años de que él aguante eso, pero un día entró en desesperación y le dijo que ya tenía novia, así que su madre estuvo insistiendo para que se la presentara. Él obviamente no iba a conseguir a una novia de un día a otro, entonces se le ocurrió decirle que esa novia era yo.

Oliver nada más me miraba atento, no había dicho nada aunque creo que le impresionaba mi historia ya que no se veía aburrido.

—Cuando yo me enteré de todo esto y Darien me pidió ayuda no pude decirle que no, era mi amigo y estaba en aprietos así que acepté seguir con su farsa. Su mamá se encargó de hacérselo saber a media ciudad donde ella vive y a decirles a nuestros amigos de la universidad ya que es muy sociable con todos ellos, por lo que no pudimos negar nada de nuestra "relación" o se enteraría que mentimos. De vez en cuando la visitamos para mantener la mentira ya que vive un poco lejos de aquí—terminé.

Fue más corto y fácil de explicar de lo que pensé.

Lo sabía, ahora me está juzgando mal. Tonta honestidad, debo de controlarla más, o tonta yo, más bien.

Obviamente supe omitir el detalle de que habíamos dormido juntos y también el de que estoy enamorada de él, verdad.

—No creí que en realidad fuera algo tan complicado—fue lo único que dijo.

—Es más complicado de lo que suena. Por ello se puede decir que sí, tengo una relación pero que es una relación falsa.

—Bueno entonces creo que ahora lo entiendo.

Los dos nos quedamos en silencio y fue la primera vez que me sentí un poco nerviosa alrededor de él. No me gusta este sentimiento porque es el paso para que empiece a soltar mi vómito verbal de mi tonta honestidad.

—Mira, voy a ser brutalmente honesta porque no me gusta callarme las cosas—aunque sí debería de callarme ahora—. También tengo interés en ti, no sé por qué, pero algo de ti me atrae y creo que mucho; sin embargo, también estoy enamorada de mi amigo al que le estoy haciendo el favor desde hace un buen tiempo, de hecho antes de que surgiera todo ese embrollo en el que me metió. No sería justo para ti el que tuviéramos algo más pero tampoco quiero dejar de estar alrededor tuyo, sé que suena un poco egoísta.

Debo dejar de lado mi tonta maña de decir la verdad. Pude haber dicho, gracias por escucharme nos vemos en el trabajo, pero nooo, decidí hablar y perder un poco de mi dignidad.



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En el texto hay: humor, comediaromantica,

Editado: 24.01.2024

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