Adela.

Trece: Ya lo veremos.

 

Ya estaba terminando de arreglarme, había escogido un sencillo vestido negro de tirantes y unos zapatos de plataforma un poco baja ya que no quería parecer Bambi cuando estuviera borracha, porque sí, eso ha llegado a pasar. Llevaba el cabello suelto y lo había alisado un poco al igual que me había aplicado un poco de maquillaje y delineador negro; hoy es uno de esos pocos días en los que me siento como una Diosa y no como una papa.

Ya solo me estaba aplicando un brillo labial rosa y luego Darien entró para fastidiarme.

—No ha pasado ni un día y ya vas a romper la promesa que habíamos hecho.

—No la estoy rompiendo, ya cumplí mi promesa y merezco mi recompensa—dije limpiando el desastre que había formado en mis labios. Nunca he sido buena para aplicarme labial.

—Espero que al menos los dos meses te hayan ayudado a saber comportarte.

—Ya lo veremos—dije volteando a verlo con mi maquillaje listo—. ¿Se ve decente mi labial?

Me analizó por un momento y luego habló:

—Me gusta más al natural, pero se ve bien.

Sí, definitivamente hoy soy una Diosa inalcanzable.

Me coloqué una chamarra de mezclilla y metí mis cosas en un pequeño bolso, también me aseguré de esta vez llevarme mis llaves en caso de necesitarlas ya que el plan original es quedarme en casa de Tamara después de ir al bar, ella quiere seguir con su despecho toda la noche.

—Me voy, no me esperes—dije con una sonrisa inocente.

—Luego quien va a salvarte del piso cuando llegues cayéndote—dijo siguiéndome a la sala.

—Tú siempre me dejas en el piso.

—Aunque sea hago el intento de ayudarte—se encogió de hombros—. Pero en serio Ade, por lo que más quieras, no termines sola e inconsciente.

—Tranquilo, dormiré en la casa de Tamara.

—Vayas a donde vayas, me avisas. Utiliza ese celular para otra cosa que no sea hablarle al tipo que te gusta.

—No prometo nada—me miró mal—. Está bien, te avisaré cada movimiento que haga, qué insistente eres.

Tomé mis cosas y salí de ahí.

Era algo temprano por lo que pude tomar un bus hacia la zona de bares sin problemas. El plan era empezar a beber temprano para que cuando fuéramos a casa de Tamara no fuera tan noche y estuviéramos un poquito ebrias, me encantan este tipo de planes.

Al llegar al bar, que es el favorito de mis amigas, pude ver a Sonia esperando pacientemente con nuestra otra amiga, Daniela. Ella es la más callada de las cuatro y por eso creo que es la que mejor me cae, porque a pesar de que sé que es muy reservada trata de darnos un poco de afecto a todas aun sabiendo que le cuesta hacerlo y lo valoro mucho.

Llegué a su mesa y ambas me saludaron con emoción.

— ¡Ade!—Sonia me gritó y se levantó para abrazarme como si no nos hubiéramos visto hace unos días y yo le correspondí—. Hoy te ves fabulosa.

—Gracias—le sonreí.

Fui a saludar a Dani quien solo me dio un abrazo corto pero estaba muy feliz por verla, ella es la que tiene una vida más ocupada que todas ya que tiene un hijo de dos años al cual cuida sola y es difícil encontrar una buena niñera.

Empezamos a ponernos rápidamente al día,  tiempo después llegó Tamara y se incluyó en la conversación. Tamara es igual sociable pero no tanto como Sonia, eso sí, siempre es el centro de atención entre los chicos y es que es muy bonita. Su piel morena y sus rizos hacen que cualquiera suelte baba por ella, lástima que siempre cae ante los peores tipos.

Todas comenzamos a pedir tragos, íbamos a aprovechar bien la noche, Tamara propuso que para hacer un buen ambiente jugáramos verdad o reto, eran de sus juegos preferidos para matar el tiempo y ya estoy acostumbrada a sus preguntas y retos no tan vergonzosos.

—Entonces Ade—empezó a decir Tamara cuando ya íbamos en la tercera ronda, yo ya podía sentirme más feliz gracias al alcohol—. ¿Cómo es el sexo con Darien?

Casi me atraganté.

— ¡Yo también quería hacer esa pregunta!—dijo Sonia.

Oh sí, lo conocen muy bien. Todos fuimos juntos a la misma universidad.

—Bueno... es bueno.

No sé cómo describir eso, solo Darien y yo hemos estado juntos una vez, ambos estábamos borrachos así que no puedo decir muy bien si su desarrollo en esa área es bueno, siendo honesta la mayoría de esos recuerdos están borrosos para mí y para él son… nada.

— ¿Solo bueno?—dijo Tamara—. Necesito detalles, chica.

—Bueno, es que no hay mucho que decir.

— ¿Puedo añadir el que nunca imaginé que tú y Darien terminarían juntos?—dijo Dani salvándome de la incomodidad que ahora sentía.

—Yo tampoco—Sonia intervino—, cuando hablabas de lo enamorada que estabas de él creí que se quedaría en algo platónico.

Si supieran que sí se quedó en algo platónico.

Todas nos olvidamos del tema y ahora era el turno de Tamara quien había escogido reto.



#29770 en Novela romántica
#4957 en Chick lit
#18840 en Otros
#2910 en Humor

En el texto hay: humor, comediaromantica,

Editado: 24.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.