Adela.

Quédate conmigo.

Hace tres meses.

 

Darien estaba en un punto de embriaguez tan alto que ya estaba bebiendo directamente de la botella de vino sin poner muecas como usualmente hace.

Yo estaba un poco mareada solamente, pero sobre todo estaba muy feliz por lo que había sido la noche de hoy.

Hace una semana que empezamos a fingir ser novios porque fue lo que le dijo a su madre, y aunque ha sido difícil para mis sentimientos, hemos sabido adaptarnos frente a ella. En agradecimiento por eso, decidió hacer una deliciosa cena y luego sacamos las botellas de vino que teníamos guardadas. Nunca había bebido con Darien porque a él casi no me gusta pero esta vez hizo una excepción.

—Nunca voy a terminar de agradecerte por esto, Ade—dijo arrastrando las palabras.

Es como la quinta vez en la noche que repite eso.

Me alegra mucho ayudar a mi amigo aunque nada me gustaría más que lo que tuviéramos fuera verdad. Pero a lo largo de todo este tiempo en el que llevo enamorada de él, he aprendido a que las cosas son mejores así.

Darien se estaba casi quedando dormido sobre la barra de la cocina, supongo que es mejor terminar esta noche.

—Es hora de dormir, te llevaré a tu cuarto.

Asintió con la cabeza y lo ayudé a levantarse. Pasó una mano por mis hombros ya que se estaba tambaleando demasiado y en cualquier momento podría caerse. De esa manera fuimos a su habitación y como pude lo dejé en su cama.

Le quité los zapatos y cerré las cortinas. Me senté un momento en su cama ya que estaba demasiado mareada ahora y no podía caminar bien, pasaron algunos minutos e intenté incorporarme pero perdí la estabilidad y terminé sentada en la cama de nuevo.

—Ven, acuéstate un rato, se te pasará el mareo—me jaló levemente y caí frente a él.

Creí que ya estaba dormido.

—Me iré en cuanto me sienta mejor—no era momento para negarme, apenas el alcohol me está haciendo efecto y no quiero terminar en el piso.

—Es lo menos que puedo hacer por ti, en serio que te debo mucho.

Estamos algo cerca y la verdad es que borracha soy más honesta que de costumbre, quiero decirle todo lo que pienso de él, aunque sé que eso podría salir mal de múltiples maneras.

—No tienes que hacer nada por mí, si se trata de ayudarte no lo pienso dos veces.

—Por eso es que eres de las mejores personas que he conocido.

—Tu también lo eres para mí, y no solo eso.

Debería de callarme, pero no puedo. Llevo con estos sentimientos mucho tiempo y de verdad tiene que saberlo. Debí de irme a mi habitación en cuanto tuve la oportunidad en vez de quedarme aquí a hablar sobre algo que no debo.

—¿Entonces?

No hubiera preguntado eso porque me siento obligada a decirle la verdad.

—Darien, estoy enamorada de ti.

—¿Qué dices?—dijo con el ceño fruncido.

—Me gustas mucho y traté de evitarlo, pero no pude. No puedo.

—¿Estás segura de eso? ¿No estás confundida?

Me he planteado muchas veces eso, pero no. No solo estoy confundida.

Si lo estuviera esto ya hubiera desaparecido y me interesarían otros hombres pero desgraciadamente ninguno llena mis expectativas como Darien. Nadie me atrae como él y eso que anteriormente me he forzado a mí misma a que me guste mínimamente alguien, pero nunca funciona.

Supongo que es cuestión de encontrar a alguien que de verdad me guste y me pueda corresponder de la manera en que yo quiero, desafortunadamente sé que ese alguien no es Darien.

—Estoy muy segura... y no tienes que decir nada. Solo quería que lo supieras.

No fue la mejor reacción, pero pudo ser peor, me he quitado un peso de encima pero aún así empiezo a sentir como las lagrimas se me comienzan a formar. Todos estos sentimientos me abruman demasiado.

Me aparté un poco para levantarme e irme a mi cama pero él me tomó del hombro para que no lo hiciera.

—Quédate conmigo—dijo subiendo su mano a mi mejilla limpiando las pocas lágrimas que había derramado.

—No quiero que te sientas comprometido. Estoy bien.

—No lo estoy. Quiero que te quedes conmigo, al menos por hoy.

Lo observé.

En verdad era muy atractivo y no podría decirle que no a nada. Además sé que él lo hace para no dejarme sola en un estado vulnerable, siempre ha sido así conmigo, siempre ha estado conmigo cuando lo necesito.

¿Cómo no enamorarme de él?

—Está bien.

Debíamos de quedarnos dormidos, pero no fue así.

Darien estaba muy cerca de mí mirándome con un aspecto preocupado, y no pude evitarlo, lo besé.

En realidad yo iba con la intención de que fuera algo corto, solo un roce de labios, de inmediato me alejé, no quería volver las cosas incómodas.

Pero a los pocos minutos de solo observarnos nuevamente, él tomó mi rostro y me volvió a besar.

Comenzó a mover sus labios sobre los míos y aunque me estaba gustando esto demasiado debía de ser consciente de que ninguno de los dos estamos en nuestros cinco sentidos. Así que me separé con mucho pesar y él me sonrió acariciando mi mejilla.

Estaba como en un hechizo, sus ojos brillaban y sus labios ahora estaban rojos. Era lo más cerca que había estado de Darien y eso solo hacía que sintiera mariposas en el estómago. Solo quería que me besara de nuevo, sé que no siente lo mismo que yo por él pero este recuerdo nunca me lo podrá quitar.

Darien bajó su mano hasta mi mentón y volvió a besarme con gran habilidad. No dejé que mis pensamientos me consumieran y mejor me dejé llevar.

Profundizamos aún más el beso y mis manos estaban ahora al rededor de su cuello, su mano se deslizo hasta mi cintura haciendo que me volteara levemente para que él pudiera acomodarse sobre mí.

—Darien, ¿estás seguro de esto?—me separé de sus labios en cuanto intentó subir mi playera.

—Sí, ¿y tú?



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En el texto hay: humor, comediaromantica,

Editado: 24.01.2024

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