Adela.

Veinticinco: Tener algo.

 

Cuando me digné a salir del baño Oliver se apareció en mi camino, al parecer me había estado esperando sin que Romina lo notara.

— ¿Podemos hablar?—dijo y yo asentí. Parece que últimamente es lo único que sé hacer, hablar está de más por ahora.

Comenzó a caminar hacia la terraza del bar y lo seguí. Cuando llegamos no pude articular ninguna palabra así que dejé que él rompiera el silencio, a fin de cuentas, él es el que quiere hablar. Si fuera por mí, me hubiera escondido hasta que tuviera el valor suficiente para enfrentar esto.

— ¿Qué hace él aquí?

—Apareció en el trabajo y los chicos lo invitaron—me encogí de hombros.

— ¿Y tenían que pensar ellos también que es tu novio?

Me gustaría decir que está exagerando, pero creo que entiendo un poco la situación y el que esté un poco fastidiado con esto. Yo lo estaría, y de hecho lo estoy, pero por otras razones.

—No tuve opción.

—Siempre hay otra opción.

—Ellos ya sabían que tenía un novio, no quería inventarme otro.

—Muy conveniente para Darien—se cruzó de brazos.

— ¿A qué te refieres?

— ¿Qué no te das cuenta de que ha estado atento contigo toda la tarde solo para fastidiarme?

—No veo porque te enfada eso, sí al parecer no es el único.

Sí, esa es una de las razones de mi enfado y es la más valiosa. No quiero ser una muñeca de trapo para ellos dos, quiero que ambos se comporten conmigo como antes de que se reencontraran.

— ¿Qué dices?

—Oliver, dime que no estuviste halagándome solo por molestar a Darien.

—Yo no...

—No trates de mentir.

Esta es nuestra primera discusión de pareja... y ni siquiera somos una. Qué buena suerte me he cargado estas últimas semanas.

—No fue por molestarlo—lo pensó por unos minutos y luego al parecer decidió sincerarse—. Bueno, tal vez en una pequeña parte sí. Pero el principal motivo fue porque quería que él recordara que tú y yo tenemos algo, o al menos creo que tenemos algo. Tengo miedo de que lo suyo se vuelva algo real.

Debo de darle crédito a que me esté contando una de sus inseguridades, no está bien lo que ha estado haciendo, pero ahora lo comprendo.

—Yo te dije que ya no siento lo mismo por él, no desde que tú te cruzaste en mi camino. No hay ninguna posibilidad de que Darien y yo estemos juntos; y yo también creo que tenemos algo.

—Pero él puede presumirte como novia y eso, honestamente, me arruina.

—Oliver, a mí también me arruina el no poder demostrar lo mucho que me gustas. Sobre todo en frente de tu ex.

Ya está, lo dije. Él se está sincerando conmigo así que es justo que yo también lo haga.

Él me miró confundido.

— ¿Qué pasa con Romina?

—A ti te molestó verme con Darien sabiendo que lo nuestro es falso. Ahora piensa cómo me siento yo al llegar y verte con Romina sabiendo que tienes historia con ella, además de que es perfecta y tenían algo perfecto.

Ahora que lo pienso, la terraza de un bar no fue la mejor opción como para hablar de todo esto que había querido decir, pero me alegra que lo estemos haciendo.

—Ade, a veces lo perfecto no es lo mejor. Y sí, ahora que lo dices entiendo un poco tu perspectiva pero, créeme. Yo ya no siento nada por ella y si vine aquí con ella fue solo porque Francisco insistió.

—Te creo, es solo que ella me hizo sentir insegura sobre si en verdad había algo entre nosotros y no por eso traté de halagarte o mostrarme más atenta solo para demostrar algo.

—Lo siento, ahora veo que estuvo mal.

—Yo solo quiero que me trates como siempre.

—Y lo haré, solo que me gustaría poder besarte delante de cualquiera...

—Dame tiempo—me aseguré de que no hubiera nadie cerca y tomé su rostro con una de mis manos—, le pediré a Darien que le demos fin a esto lo más pronto posible.

—Esperaré, pero me gustaría hacer las cosas como son—tomó mi mano que seguía en su rostro apartándola un poco pero no me soltó.

— ¿Y cómo es eso?

—No sé si te has dado cuenta Ade, pero nuestra relación es muy rara—me sonrió—. Te propongo empezar desde cero.

Si no me gustaba este hombre bastante entonces ahora si lo puedo confirmar.

—No sé porque me va gustando la idea... ¿qué tienes en mente?

—Nunca hemos tenido una cita, así que empecemos por eso.

—Me encanta, ¿cuándo?

—No te lo diré—sonrió, me va a matar con sus sonrisas algún día.

— ¿Eh?

—Las citas son algo estresantes si las planeas.

— ¿Apoco eres un experto en citas?

—No realmente, pero tengo mis trucos.



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En el texto hay: humor, comediaromantica,

Editado: 24.01.2024

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