Adela.

Cuarenta y dos: Vaya.

 

 

Hoy es uno de esos días donde me siento miserable.

Es solo que me doy cuenta de lo aburrida y monótona que se ha vuelto mi vida y quiero despejarme un poco, solo que no tengo con quien.

Decidí llamarle a Dani para ver si quiere ir por un café, no llamé a Sonia o Tamara porque nunca atienden el teléfono pero Dani sí, claro que por lo general son llamadas cortas porque se va a cuidar a su niño.

Por suerte Dani me contestó y no sonaba tan ocupada.

— ¿Qué pasó Ade?

—Quería saber si no estabas muy ocupada para salir.

—De hecho quedé en salir con las chicas—hizo una pausa—. ¿Vamos?

Una parte de mí se sentía ofendida porque habían quedado en salir sin decirme, pero no es la primera vez que pasa, supongo que solo me acostumbré a ser la amiga provisional. 

Pero en momentos como estos prefiero tragarme mi orgullo ya que eso suena mejor que quedarme encerrada con mi soledad.

— ¿A dónde?

—A un bar.

Yo tenía ganas de algo parecido a un café. Pero tiene bastante tiempo que no consumo alcohol así que supongo que no me haría tanto daño ir.

—Vamos.

 

(...)

 

 

Iba caminando por la calle con Dani, había pasado por mí y nos habíamos estacionado algo lejos del lugar donde habían quedado gracias a lo lleno que estaba el bar. Cuando nos fuimos acercando pude ver a Tamara con otros dos chicos en la fila para entrar, de hecho ya estaban cerca de pasar.

Dani se acercó al chico de cabello castaño y le dio un abrazo.

—Ade, él es Jona. Hemos estado saliendo por un tiempo—Dani me presentó al chico y le sonreí.

—Ade, cuanto tiempo—Tamara me sonrió un poco sorprendida, creo que porque no sabía que venía—. Él es Rob, mi novio.

—Un gusto—dijo el chico, era demasiado alto y a pesar de tener una voz gruesa e intimidante, parecía muy amigable. Como un osito.

Lo saludé y pasamos al bar todos juntos, adentro, nos encontramos con Sonia y otro chico. Que si mal no recuerdo íbamos juntos en la escuela.

—No sabía que vendrías—Sonia me sonrió un poco incómoda.

—Dani me invitó.

— ¿Eres Adela?—el chico que estaba con ella me preguntó.

—Sí...

—Tomás. Tomamos algunas clases juntos en la universidad.

—Cierto, te recuerdo—le sonreí.

—Siéntense, ya hemos pedido algo para todos.

Bien, me he perdido que en todas estas semanas mis amigas ya tienen novio. Eso solo me hace recordar mi soledad.

Aunque no me quejo, ellos son agradables y estaban hablando amigablemente conmigo y con Dani; Sonia y Tamara estaban en su burbuja personal chismeando sobre cualquier cosa. Pero estaba teniendo un buen momento de distracción y lo mejor de todo, no había necesitado al alcohol para hacerlo.

Hoy no me apetecía emborracharme hasta perder la conciencia. En cambio había tomado solo una cerveza y era mejor que estar mareada por toda la noche.

De momento nos quedamos Rob y yo solos en la mesa y debo de decir que de todos los novios de Tamara que he conocido, este es por mucho el que mejor me cae. Él parecía más interesado en convivir conmigo que mis propias amigas y miraba a Tamara de una forma muy bonita.

A lo largo de la noche me había preguntado qué en qué trabajaba, que me gustaría beber y cosas normales para formar una conversación con alguien. A Tamara no le gustaba mucho eso porque le encanta ser el centro de atención y por eso ahora estaba bailando con Sonia y Dani excluyéndome, de nuevo. Tomás y Jona estaban del otro lado de la mesa hablando.

—Me encanta la música de este lugar—dijo Rob quitando el silencio entre nosotros.

— ¿Vienes muy seguido?

—Al menos cada fin de semana. Incluso los meseros ya conocen a Sonia y Tamara. Dani también suele venir.

— ¿O sea que han venido muchas veces los cuatro juntos?

—También con Jona y Tomás.

Y ninguna de esas veces pudieron decirme a mí... vaya.

—Vaya.

—Pero me alegra que al fin hayas podido venir, Dani siempre pregunta por ti y Tamara dice que rechazas la invitación.

Ja. Creo que mi invitación es la que nunca llega.

—Claro, tengo una agenda llena.

La cual se basa en ver televisión llegando del trabajo aburrido que tengo.

No quise seguir con el tema y esperé a que Tamara viniera por Rob para bailar, así pude acercarme a Dani quien había tomado un descanso para tomar agua.

—Dani, tengo que hacerte una pregunta muy seria.

— ¿Qué pasa?



#29735 en Novela romántica
#4953 en Chick lit
#18829 en Otros
#2909 en Humor

En el texto hay: humor, comediaromantica,

Editado: 24.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.