Adela.

Cincuenta: Día de descanso.

Amo bastante mis días de descanso.

Siento que es el único día en la semana que puedo ser yo misma. Últimamente había tomado la costumbre de salir a tomar fotos por ahí, sobre todo porque había vendido algunas más a la agencia que Brenda había contactado.

Pero hoy fue diferente. Quise hacer algo por mí y me di a mí misma un día de paz mental donde me desperté tarde, me di un largo baño y tal vez dormiría o vería una película.

Era casi medio día y fui a buscar algo a la cocina. Tenía ganas de comer algo, pero mi flojera a cocinar era bastante grande y tampoco quería salir a comprar.

No teníamos nada en casa ya que apenas mi cuñado había salido a comprar la despensa, solo pude encontrar algo de fruta, pan y crema de avellanas. Tal vez lo mejor hubiera sido untar crema en un pan como últimamente hago, pero mi mente se fue por otro rumbo.

Vi el bote de crema de avellanas y una manzana verde fijamente, no sería muy raro si las mezclo, ¿o sí?

Pues es una fruta, dulce con dulce no suena mal...

Unté con una cuchara la parte de la manzana que ya había comido y la probé, si sabía muy rico.

Estaba degustando mi comida muy a gusto cuando volteé y Brenda me miraba de forma rara con Luis en sus brazos.

— ¿Qué?

—Esa es una combinación rara—señaló a mi manzana.

—Claro que no.

A ella no le pareció mi respuesta y entró totalmente a la cocina.

—Sabes, cuando estaba embarazada de Luis me gustaba ponerle crema a todo—el mencionado comenzó a reír y me dio mucha ternura así que lo cargué.

Dejé la manzana en la barra ya que se me había quitado el hambre de repente. Mientras Luis jugaba con sus manitas y sonreía.

—Suena asqueroso.

—Sí... como en la última semana que has estado poniéndole crema de avellanas a todo.

No he estado poniéndole eso a todo, solo en las tardes cuando llego del trabajo y cuando termino de desayunar, aunque un día intenté hacer un taco y no fue la mejor idea, pero volviendo al tema, no entiendo porque saca a colación lo de su embarazo... oh.

Al principio no entendí y luego fue como si un balde de agua helada hubiera caído en mi cabeza, decidí mejor devolverle el niño a Brenda.

—No tiene nada que ver con...

— ¿Desde cuándo no llega tu periodo, Adela?

Hice cuentas en mi mente y el resultado me dio un poco de miedo. Sentí que se me iba un poco el aire pero traté de calmarme.

—Desde hace tres meses, pero bien sabes que siempre he sido irregular y...

—Sí, pero lo máximo que te atrasabas era dos meses, ¿no es así?

—Bueno, pue-puede ser diferente—comencé a balbucear del pánico.

—Tienes razón, ni siquiera tienes una pareja sexual como para ser posible, ¿o sí?

—No...

—O no has tenido encuentros con alguien en las últimas semanas.

—Claro...

—Aunque solo con una vez bastaría para que pasara lo que imaginamos.

No dije nada, porque sentía que yo solita me iba a delatar cuando ella estaba más que informada.

—No sé, con una vez hace algunas semanas hubiera sido suficiente, como cuando te quedaste sola en la casa—continuó hablando.

—...ya mejor dime que sabes.

—Bueno, el día de mi boda me dijeron mis padres que no fuiste con ellos, y el vecino escuchó que entraste con alguien así que me preguntó si tenías novio.

Brenda se ha hecho muy amiga del vecino, vecino bastante chismoso, si soy honesta. Creí que por ser de madrugada nadie nos había notado, pero me equivoque.

Al menos tuve suerte de que no preguntara quien era con quien estuve.

—Solo platicamos, no pasó nada más.

—Ajá, te creería pero te he estado observando. Has estado distraída últimamente, con antojos raros y la verdad es un poco alarmante. Me pasaba lo mismo al principio.

Iba a seguir discutiendo pero sería inútil porque obviamente Brenda sabe más del tema que yo.

—Voy a la farmacia.

—No, vamos a un laboratorio, necesitamos una respuesta más acertada.

—Estás exagerando.

—Cuando me hice mi prueba tuve que comprar cinco, porque dos salieron negativas así que será mejor que no pases por ese estrés.

Iba a negarme, pero creo que tiene razón sabe más del tema que yo.

—Deja me cambio.

— ¿Quieres decirle a Oliver o...?

— ¿Por qué piensas que es él?

— ¿Vas a negarlo?

Mejor no dije nada y fui a mi habitación a cambiarme.

 

(...)

 



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En el texto hay: humor, comediaromantica,

Editado: 24.01.2024

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