Mis dias pasan y me siento feliz por lo que me está sucediendo, tengo mi trabajo, mi hijo está igual feliz que yo tenga trabajo y esi me llena de alegria y mi motivación
Un día al pasar frente donde está el me sorprende la voz gruesa e imponente
- Solo paseandote ¿ acaso tu no trabajas? - dice él, pero yo hago caso omiso de su comentario y sigo mi camino
Al regreso vuelvo a escuchar esa voz que en un principio ignore, pero reconocia de quién era - solo asi pasas - regreso a ver a sus ojos cafes detras de sus lentes
- Ni que fuera como tu, que solo sentado estás - digo alzando mis cejas y sin hacer ningun otro gesto " Anie que te pasa, es un miserable coqueto como el resto" pienso, y me retiro a mi puesto de enfermería
- Anie el no te va a hacer caso, tu no eres el tipo de mujer al q él le gusta - pongo un gesto de dureza, mas de lo común, ya que ese comentario ha hecho sentirme de menos
- ¿ De que estas hablando? - le dije con un gesto que mostraba con claridad fastidio
- de Jacson - dijo ella, haciendo que mi cuerpo se tense por completo
- El no me atrae en lo mas minimo Vanesa, además el tampoco es el tipo de hombre para mi - me retiro del lugar furiosa e incomoda " a ti no te puede atraer nadie, ningún hombre te merece, todos son una escoria" dije en mis pensamientos
Pasaron varios dias sin que él y yo pasemos de un saludo, mis gestos de dureza poco a poco se fueron suavizando y conversaba un poco mas, gracias al aire acondicionado de mi trabajo mi voz se cerraba a cada momento, haciendo que se me escuche enferma cada momento. Un doctor con el que tenia mucha confianza me llevo obligada del brazo a farmacia a para comprar una medicina que segun él era milagrosa
- Licen, usted no puede seguir asi cada momento
- no doc, inyecciones no por favor - suplico con mi voz afónica, a pesar de ser enfermera soy demasiado cobarde para aceptar una inyección asi porque si
- Lic yo se la administro - dice al que en ese entonces era mi doctorcito John, le digo asi porque se ha ganado mi confianza y de cierta manera mi inspira seguridad de que en él puedo tener a un amigo, y no me equivoqué , tiene el cabello castaño, ojos color cafe y delgado
Al ir al area de asesores él, el "inalcanzable" estaba ahí su seriedad era única, parecía estar molesto por algo, deje de mirarlo y pregunté sobre una factura de un paciente, el al escuchar mi afonía se gira en su sillón hasta encontrarse conmigo
- SI quieres te puedo ayudar con el remedio para curar esa gripe - me mira con un gesto de coqueteria
- Y según usted cual es ese remedio - contesté, esta vez mirando a sus ojos
- ¿estás segura de querer saber? - preguntó
- sí - dije con firmeza
- Este pecho te podría ayudar con ese resfriado- dijo con una coqueta sonrisa
- ¿No hay algo mejor para ofrecer? - dije segura y firme, pero mi mirada viajo a su pecho ya que su camisa estaba con los dos primeros botones sueltos, y algo en mi hizo divagar en como serian sus brazos, el resto de su pecho. Sacudí mi cabeza quitando esos pensamientos de mi " Anie, no eres el tipo de mujer para el, tu eres mucho mas" sacudi mi cabeza y me reí, burlandome de su ofrecimiento
- Pobrecita - escucho decir de sus labios con una pequeña risa
- obvio, usted que va a poder hacer en esas carnes - y le dije y me retire del lugar, pero escuchaba su risa
Desde ese dia todo era igual, saludabamos y el rato menos pensado mi disfonia llegaba a mi, haciendo que eso llame la atención, odio eso. Y siempre era la misma broma con el "inalcanzable", pero al menos hablabamos un poco mas.
Llegó el día de San Valentín y yo estaba indiferente a esa fecha, ya que para mi, el amor no existia, y mucho menos yo tenia las ganas de pasar con alguien, era absurdo ese tipo de cosas. Ver a parejas que se regalan cosas, eso hacia que mi estómago se revuelva e incluso sentia pena, porque no se dan cuenta que terminaran completamente rotos por esa persona a la que creen que les ama, haciendose dependientes de algo que terminará pronto. Lo unico que hago es tomarme fotos con un mimo y una compañera que ingresó a trabajar conmigo, nos dirigimos a enfermeria para atender a los pacientes. Termina mi turno y me dirijo a hablar con una de mis jefas, ya que ha pedido que me acerque a su oficina
-jefa buenas tardes - digo al entrar en la pequeña oficina que estaba junto a asesoria
- Anie, por favor toma asiento - dice mi jefa mirandome fijamente - Anie necesto que tu como nueva me informes sobre tus compañeras, que hacen, si te dejan sola en tu puesto de trabajo, o si tienes algo que sujerirnos tu como nueva, estamos prestos a escucharte
Brunzo mi ceño, no es la manera en la que trabajo, ya que pienso que cada quien debe de realizar su trabajo como le parezca ñ, tenso mi mirada a mi jefa - claro que si jefa digo firmemente - yo le comentaré cualquier novedad qie exista con mis compañeras - miento
- Gracias Anie por tu ayuda - y me levanto de la silla
Al levantarme abren la puerta y me topo de golpe con sus ojos cafés, esta vez el no lleva lentes, su camisa desabrochada los dos primeros botones, su perfume llega hasta mi, haciendo que me sonroje con facilidad, en sus manos lleva unas cuantas rosas rojas, me encantan las rosas rojas y los girasoles, pero lo miro seria
- Hola - dice él - feliz San Valentín - me entrega una rosa que tiene en su mano, pero yo lo miro con seriedad, ya que desde que di a luz a mi pequeño me desgrada recibir flores porque ese dia, ni siquiera del padre de mi hijo recibi un petalo y recordé cuando mi madre al salir del hospital me dijo que el ramo de flores que mi padre habia llevado para mi, era porque ella se lo dijo, mas no porque el sintiera que debia darmelo, desde ese dia odio recibir flores, haciendo que mi rencor hacia mi padre crezca un poco más
Sin mucho ánimo recibí la rosa pero no hice ningún gesto - Gracias - dije, y al querer retirarme de la oficina de mi jefa el coloca su mano en él en la puerta , impidiendo mi salida, yo lo miro fijamente a los ojos con cierta furia, pero él no se da cuenta de eso, y me abraza, haciendo qie me sonroje aun mas, percibo su perfume el cual me ha encantado, escucho su risa, pero yo lo unico que quiero es irme de ahí, no puedo y ni debo seguir cerca de él
- Hasta luego - dice él mirando mis ojos y me suelta, entra a su area de trabajo y miro por la puerta que ha hecho entrega del resto de flores a las demás chicas. Me retiro
Finalmente en mi parada de bus miro a la rosa y le tomo una fotografia antes de botarla a la basura, pero la miro y me la quedo hasta llegar, al bajarme del bus una ira recordando todo lo que lloré por un hombre invade mi mente, y boto a la basura la bella rosa que el "inalcanzable" me ha regalado
- ¿ Que se cree al regalarme esa rosa, el papi de las nenas? Estupido - hablo para mi mismo y camino con furia a mi casa. Al llegar a casa mi pequeño Alex llega a mi
- Feliz dia mami - me entrega una rosa y una carta, son las únicas flores que me llenan el corazón, lo beso y lo abrazo
- Buenas tardes mamá - digo al llegar a la habitacion de mi madre - feliz día
- Gracias - dice mi madre, ella es Testigo de Jehova, por eso no me molesta que me diga nada
Y asi termina esta semana un poco agotadora
Editado: 28.05.2021