Adicta a ti

Una reunión

Sin embargo, tenía razón. Nadie saldría tan altas horas de la noche, excepto aquellos con motivos ocultos. Por ejemplo, el hombre y la mujer que doblaban la esquina unos 10 metros más adelante.

Le dio una palmada y le señalé con la barbilla.

- Tu amigo está aquí.

Miro con indiferencia y me besó la mejilla cuando no presta atención. Solo entonces me soltó de mala gana.

- Definitivamente no.

La pareja llegó justo cuando nos levantábamos.

En cuanto Erick me vio, expresión se ensombreció.

- Tú, tú... - Tartamudeo durante un rato, pero no consigue terminar la frase.

Sin embargo, Aunque era inarticulado, su vista era buena. Casi de inmediato, se dio cuenta de que Cristian estaba a mi lado. Con ello, su rostro se descompuso aún más.

Al principio, pensé que iba a remitir contra mí ahí mismo. Sin embargo, en lugar de hacerlo, dio un paso adelante y me dio una fuerte bofetada.

Antonita, me sentí abrumada por la indignación.

"¡Pero si fuiste tú quien me engañó primero!".

Era evidente que había olvidado por completo que su amante seguía a su lado. Justo en ese momento, Cristian me empujó detrás de él antes de cuestionar en tono despectivo.

- Erick, ¿No te parece indecoroso abofetear a cuando vienes de la mano de otra mujer en el parque a estas horas?.

Erick se quedó helado un momento. Luego, se quitó la mano de la mujer con algo de discreción.

- Este es un asunto de familia. No tienes que preocuparte por ello. Además, no estás en condiciones de llamarla Anto. Será mejor de que te ocupes primero de tus otros devaneos.

En cuánto terminó de hablar, se acerca y me agarró la mano. Sin embargo, le aparté la mano. Era lo misma que usó para agarrar a esa mujer hace un momento.

- No me tocas después de haber tocado a otra mujer.

Tal vez no esperaba porque yo fuera a ir contra él. Como resultado, se quedó clavado en el sitio con una expresión insondable.

Sin embargo, ningún ladrón admitiría de robado. Se limitó a a congelarse por un momento antes de disimular su culpabilidad con rabia en ese mismo momento.

- Genial. Hace tiempo que sospecho de ustedes dos. Por alguna razón, ustedes los compartían el mismo plato. Cuando mamá me dijo que ustedes actuaban de manera sospechosa hasta invente unas cosas para defenderlos.

Bueno, no me equivocaba. Al fin y al cabo, le engañé al involucrarme en una relación amorosa con Cristian. Por lo tanto, no tenía nada que decir al respecto.

Sin embargo, me enfurecía que tuviera la gracia de acostarme ser infiel cuando fue el que me engañó primero.

" Qué atrevimiento, cuánto descaro".

Cristian se burló mientras replicaba.

- Qué pena ¿No? Nosotros solo compartimos El plato, A diferencia de ustedes que ya compartieron la cama.

- ¡Tú! - Diji Erick furioso. Sabiendo que no podía ganar la discusión, decidido pasar a la acción.

Viendo que la situación se le iba poco a poco de las manos, temía que se enzarzaran en una pelea, con la intención de separarlos. Sin embargo, antes de que pudiera hacer nada, me sentí de repente mareada y mis piernas se debilitaron, haciéndome caer al suelo.

"Acabo de comer, ¿Porque tengo la azúcar tan bajo?".

Cristian empieza a ayudarme a levantarme, pero Eric lo empujó.

Como la cabeza me daba vuelta, solo pude dejarte Erick se marchara conmigo en brazos. Una vez en casa, se mostró cariñoso conmigo, algo muy inusual.

- ¿Cómo te sientes, amor? ¿Sigues mareada? Voy a traerte un vaso de agua tibia.

Al principio, me conmovió un poco su amable gesto. Sin embargo, en cuando oí las palabras "agua caliente", esos sentimientos se desvanecieron al instante.

"Parece que el agua tibia es la cura para todo. Siempre te tengo calambres o estoy resfriada, me pide que la beba. Pero ahora estoy mareada, así que ¿De qué sirve beber agua tibia? Es mejor preparar un vaso con agua azucarada".

Sin embargo, no me molesté en corregirlo, pues sabía que sería inútil. Al ver que no hablaba, supongo que había aceptado y salió corriendo de la habitación.

Mientras tanto, me recosté en la cama y descansé. Aunque mi mundo ya no daba vueltas, seguía un poco mareada. Además, sentía náuseas y tenía muchas ganas de vomitar.

"Náuseas, vómito..."

En ese momento, un pensamiento siniestro pasó por mi mente.

"¿Dejé de tener mi pedido en dos meses? ¿Cuáles son los primeros síntomas del embarazo?".

Tomé mi teléfono enseguida. En ese momento, aparece una notificación. Era un mensaje de Cristian

Cristian

¿Estás bien? Estoy en la puerta.

Ignorándolo, tecle de prisa algunas palabras y comience a buscar respuestas mientras un escalofrío corriendo por mi columna vertebral.

"Cómo puede ser...".

Sentí que el mundo se acababa.




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