Adicta a ti

Invitada no deseada

Apoyé medio cuerpo en el marco de la puerta y bloqueé la entrada agarrando el pomo con mi mano.
- ¿Qué se te ofrece?. - Crei que mis acciones dejaban muy claro que no era bienvenida, pero ella prefirió ignorarlo y siguió avanzando con altivez sobre sus altos tacones.
Ahora que lo recordaba, también me miró con desprecio aquel día en el parque. Si no me hubiera desmayado aquel día, le hubiera dado una bofetada en la cara. Después de todo, Cristian estaba allí para respaldarme en ese momento.
Me adelanté rápido y le bloqueé el paso.
- Perdón, pero voy a ir a descansar. Vas a tener que venir otro día. - Mi mensaje llegó alto y claro.
Ella se burló.
- Tengo algo que decirte.
- Pero yo no tengo nada que escuchar. - Respondí.
Ella respondió.
- Mi tiempo es valioso. Me temo que no tendré tiempo de venir otro día. A diferencia de ti, yo no puedo quedarme en casa todo el día. - Es una chica muy bonita, pero está claro que es una imbécil.
Sin ganas de perder mi tiempo con ella, me di la vuelta para cerrar la puerta. Pero ella sacó el brazo para impedir que la puerta se cerrara. Sorprendida, abrir la puerta de par en par y ella entró pavoneéndose con la cabeza alta. Sin esperar mi invitación, entró en el salón y se sentó en Mi sofá como si fuera la dueña del lugar.
Yo echaba humo por dentro, pero Me obligué a sonreír.
- Está es mi casa y te estás sentando en Mi sofá. - Dije con displicencia.
Ella respondió con una mueca.
- Pronto dejará de ser tu casa, Pero no te preocupes. No soy tan egoísta como tú. No podría importarme menos si te llevas este sofá de mal gusto.
A sentir con la cabeza.
- Así es. Ni siquiera las cosas de mal gusto son dignas para la porquería de gentuza como lo eres tú.
Al instante se enfadó por el insulto.
- ¿Quién es la gentuza? Te digo que Erick Te echará pronto. Hace tiempo que perdió el interés en ti. Lo único que haces es cocinar y limpiar.
" ¿Cree que soy idiota? Si es así, ¿Por qué se enfada ahora delante de mí?.
Tal vez estaba aquí porque hacía mucho tiempo que Eric no acudía a ella.
De repente, sonrió y preguntó.
- ¿Sabes cuándo fue la primera vez que estuve con Erick?. - No tenía ni idea, y tampoco quería saberlo.
- No me interesa saberlo.
Sin embargo, la ensimismada mujer me ignoró y continuó.
- En aquel entonces, yo acababa de empezar a trabajar y no tenía ninguna calificación. Trabajaba mucho y hacía todas las tareas serviles. La mayoría de las veces tenía que hacer horas extra hasta altas horas de la noche.
" ¿Y luego? ¿Estaba jugando hacer la víctima?".
Bueno, yo lo pasé peor que ella. Cuando estaba en la universidad, tenía que trabajar y estudiar al mismo tiempo. Repartía folletos en las calles, lavaba platos y pegaba carteles siempre que no tenía clase.
Le contesté.
- Que mal por ti. En serio. ¿Te parece si te doy algo de dinero para que pidas a un taxi?.
Haciendo caso a miso de mi burla, continuo divagando.
- Recuerdo aquella noche con toda claridad. Llovía mucho cuando salí de la oficina a las 10. Estuve caminando bajo la lluvia durante algún tiempo antes de desmayarme. Cuando me desperté, estaba en el auto de Erick, e incluso medio sobrino para que me calentara.
"10 de la noche, lluvia, abrigo perdido".
Busque en mi memoria con esas pistas y, al fin, supe de que no hablaba.
En mi cumpleaños del año pasado. Compré un pastel y esperé a Erick en casa, Pero lo único que recibí fue una llamada suya diciéndome que no lo esperara despierta porque tenía una reunión.
No llegó a casa hasta las 3 de la mañana. Su ropa estaba empapada y le faltaba el abrigo.
En ese momento, me dio pena que trabajara tanto e incluso me sentí mal por esperar que celebrara mi cumpleaños conmigo.




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