Adicta a ti

Besar a otra persona frente a mi marido

El fuerte ruido de la taza al caer al suelo llam0ó la atención de todos en la sala, incluida la de Erick..

- Ay, perdón, se me resbaló de la mano. Continúa. - Saludé sin emoción.

- ¡Anto, Qué casualidad! ¡No sabía que estarías aquí!. - Gabriela esbozo una sonrisa dulce e inocente. Sin embargo, no me alegré en absoluto de ver a mi pariente. Esa sonrisa Me había hecho sufrir mucho. No me quería nadie en la familia Fernández. Diablos, hasta las amas de llave me molestaban, y todo era por su culpa.

La multitud se miró entre sí mientras el ambiente se volvía incómodo. La expresión de Erick se convirtió en una mueca de disgusto mientras me miraba como un invitado no deseado.

- ¿Por qué estás aquí?. - Preguntó con frialdad.

Me pasé los dedos por el cabello y respondí sin la menor preocupación.

- Tenía una reunión de trabajo por aquí, así que decidí pasar.

- Oh, ¿En serio? Yo pensé que estabas cazando, a juzgar por tu atuendo. Apuesto a que tal vez estabas buscando un compañero. - Carlos se burló.

- ¡Por el amor de Dios, Carlos! Cuidado con lo que dices. - Gruño Sofía.

Golpeó su cabeza sobre la mesa y se dispuso a discutir con él. Al ver eso, la contuve enseguida y negué con la cabeza, indicándole que se detuviera. Entonces miré de reojo para observar la redacción de Eric.

Siempre había sido así. Ese hombre, al que yo llamaba "marido" nunca me defendía cuando Carlos me ridiculizaba o me decía cosas groseras. Bajé la mirada y me quedé mirando la copa antes de levantar la cabeza y responder.

- Para tu información, mi marido preparó este atuendo y el contrato en mi bolsa. Así que tal vez él "acompañante" que mencionaste antes también fue traído por.

- ¿Y cómo iba yo a saber que...?.

- ¡Carlos! . - Interrumpiendo Erick mientras me miraba, con los ojos muy abiertos, Cómo Si tuviera sorprendido por mi insulto. Nunca había visto este helado de mí, ya que nunca le había mostrado mi verdadero yo. Después de todo, siempre había sido muy cuidadosa con él ya que siempre me comportaba como una hormiga de poca monta.

- Ya basta, chicos. No siempre tenemos la oportunidad de juntarnos así. Además, creo que Anto no es así. - Intervino Gabriela.

Sin embargo, empeoró las cosas al decir eso. Mi expresión se endureció ante sus palabras Mientras todos me miraban incómodos.

Momentos después, la sensación de incomodidad desapareció enseguida cuando todo el mundo cambió su atención hacia Gabriela. Ella compartió sus días de estudios en el extranjero como estudiante de arte, y algunos incluso la animaron a abrir una galería de arte.

Todo parecía estar bien hasta que Erick se sentó junto al sofá y Cristina ocupó rápido el asiento de al lado. Parecía que se reivindicaba como novia de Erick.

En efecto, en el pasado fueron una pareja cariñosa. Sin embargo, Gabriela decidió dejarlo todo en Ciudad Estrella y dirigirse a Ciudad Luna por el bien de su futuro. Si no, ella sería la esposa de Erick, no yo.

- ¡Oye, Erick! ¿No crees que deberías estar sentado con tu mujer, que acaba de sufrir un aborto, en lugar de con su prima?. - dijo Sofía.

- Oye, no digas eso. Hace tiempo que no veo a Eric y lo extrañé. Además, somos buenos amigos. - Gabriela se mordió el labio mirando a Sofía con inocencia.

- Ah ¿Sí? Lo dudo mucho. - Se burló Sofía.

Erick le lanzó una mirada fría y dijo.

- Te aconsejo que no te metas en los asuntos de los demás, Sofía.

No pensaba iniciar una discusión con Erick en público. Al fin y al cabo, todavía estaba asimilando la noticia del regreso de Gabriela del extranjero. Por lo tanto, negué con la cabeza a Sofía, indicándole que lo dejara pasar. Ella me lanzó una mirada de descontento y finalmente se sentó de mala gana mientras enguía una copa de whisky con rabia.

Al cabo de un rato, todos decidieron jugar a un juego de verdad o reto para aliviar la atención. Me eligieron a mí y no tuve más remedio que elegir un rato, ya que no podía beber.

- Ve a pararte junto a la puerta y empieza una sesión de besos y abrazos con el primer chico que pase por el pasillo. - Propuso Sofía.

"Genial, ¿Por qué tenía que proponer esa idea?" Suspiré, tratando de inventar una excusa para rechazarla. Sin embargo, noté la mirada bulona de Erick sobre mí, Así que decidí aceptar el reto. Con eso, aparte mi silla y me dirigí a la puerta. " Así que esto es a lo que quieres jugar, ¿Eh? ¡Pues que así sea!".

Así, en cuanto vi que Cristian se acercaba, me dirigí hacia él y le di un




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