Adicta a ti

Una bofetada

Al principio, todos trataban de aliviar la incomodidad. Sin embargo, Sofía había empeorado las cosas al sugerir una estúpida idea.

- Recuerda que debes de salo durante al menos 3 minutos y nada menos. Todos debemos seguir las reglas del juego.

Tuve la intención de rechazar su petición, pero ella me guiña un ojo y me hizo un gesto para que aprovechara la oportunidad de darle una lección a Erik. Al oír eso, me pediste el puente de la nariz y suspiré, indicando que entendía lo que quería decir.

Sí Eric fuera un verdadero caballero, habría salido de la habitación y habría pasado por el pasillo en ese momento. De ese modo, Podría tener la oportunidad de besar a mi marido y restregarselo en la cara a Gabriela. Para ser honesta, esa sería la mejor manera de aplastar cualquier intención que ella tuviera en mente. Sin embargo, no eran conscientes de que Erick y yo no éramos más que extraños entre nosotros ahora.

No quería besar a otra persona, Así que decidí decir algo para hacerles cambiar de opinión. Entonces, miré a Erick con la esperanza de que captara la indirecta. Tal vez una palabra o incluso un beso pondría fin a este estúpido juego enseguida.

Sin embargo, se limitó a mirarme de manera burlona. Su mirada estaba llena de desprecio, como si yo no fuera más que un trapo usado. Al ver eso, me enfurecí y decidí aceptar el reto.

Aparte mi silla y me puse junto a la puerta. En efecto, alguien se acercó en un instante. Me quedé petrificada cuando vi que era Cristian. Entonces, recordé los innumerables mensajes que me había enviado, pero no respondí a ellos. Sin embargo, por alguna razón, Me encontré con él aquí en este momento.

Corrí hacia él y le bloqueé El paso. El hombre me miró sorprendido mientras yo ahuecaba sus mejillas y lo besaba a profundidad, dejándolo ir después de un largo rato.

Cristian se quedó atónito ante mi repentina acción. Después de todo, nunca quise que nadie supiera de nuestra relación. Incluso me empeñé en marcar la línea entre nosotros. Pero quién iba a saber que llegaría este día, que realmente lo besaría en público.

- Yo... Tu... - Se tocó los labios mientras me miraba a los ojos. Era obvio que no lo vio venir, pero su expresión era en extremo adorable.

Intenté mantener la calma y le contesté.

- Estoy jugando verdad o reto con mis amigos, Así que lo siento si te incomodé. Pero puedes descargar tu ira conmigo si estás enfadado. No me importa.

Cristian entonces volvió en sí al decirlo y notó a todos los presentes con la mandíbula desencajada. Captó al instante toda la situación y se sintió muy complacido cuando sus ojos se posaron en la oscura expresión de Erick. "Bueno, eso Fue genial. La verdad es que estaba enfadado porque no respondía a mis mensajes, pero lo dejaré pasar por esta vez".

El sonrió de manera casi diabólica y se apoyó en la pared.

- ¿Por qué iba a enfadarme si una belleza como tú decide ofrecerme un beso? Te parece bien, ¿No es así, Erick?.

Al oír eso, súper enseguida la intención de Cristian. Ese hombre lo decía a propósito para enfadar a él. Sentí una sensación de placer al ver que me había vengado por la cara que puso

"Vaya, vaya. ¡Mira nada más! No eres el único que se atreve a avergonzarme, ¿Viste? Yo también puedo jugar este juego. No se te olvide que yo también solía ser muy popular... Solo que decidí bajar el tono por tu culpa" .

En ese momento, Erick golpeó su copa de vino sobre la mesa y salió de la habitación, mirándome a los ojos cuando se fue.

- ¡Erick!. - Gabriela corrió tras él. - ¡Anto, te pasaste! ¿Cómo pudiste besar a otro hombre delante de él?. - Recriminó.

Sonreí con frialdad mientras los veía salir. Erick siempre me había llamado p***, y al fin, hoy le había dado la razón. "Me dijiste p***, y bien ¡Una p*** vas a tener!.

- Mis disculpas, pero tengo asuntos que atender. ¡Que tengan una excelente noche!.- No podía soportar pensar en lo que los demás dirían de mí una vez que me fuera. De todos modos, el ambiente se estaba volviendo más raro a cada minuto, Así que no tenía intención de quedarme. Sin embargo, me empezó a doler el bajo vientre porque caminaba demasiado rápido.

Aunque se trataba de un aborto involuntario en las primeras etapas de mi embarazo, y estaría bien después de unos días de descanso, seguía siendo un ser humano. Era apenas el tercer día desde mi aborto, Y ese tema ya estaba haciendo olvidado. Por lo tanto, me sentía mal. En cuánto salí, Sofía vino corriendo detrás de mí, diciendo que quería llevarme a casa. Sin embargo, la rechacé. Necesitaba un tiempo a solas para procesar mis pensamientos , ya que ella no entendía mis frustraciones.




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