Adicta a ti

Miedo a sacar el tema

Gabriela Debió ser enviada por Dios para castigarme, porque al final de cuentas, ella conseguía todo lo que yo buscaba. Eric habría todo lo posible por verla personalmente. Por lo tanto, estaba segura de que me haría a un lado una vez que ella reapareciera.

La idea de pedir el qdivorcio volvió a cruzar mi mente. De hecho, nunca había sentido un impulso tan fuerte de dejarlo. Ya no podía soportar su ira y tolerar su absurda petición.

Una vez que me decidí, decidí tener una conversación con Sandra, ya que temía que la noticia la tomara por sorpresa. Aunque me intimidaba la idea de defraudarla, era la mejor alternativa para Erick y para mí. Él no tenía nada que perder y yo podía recuperar mi libertad.

Sandra era la reputada figura detrás del éxito de la Familia Salas. Una vez que Erick y yo nos casamos, ella decidió retirarse e hizo que Erick heredara su papel de líder de la familia. Dejó de meter las narices en los asuntos de ks familia y dedicó la mayor parte de su tiempo a cuidar su jardín.

Temiendo que se le rompiera el corazón, pensé en innumerables métodos para darle la noticia. Decidí no mencionar nada acerca de Erick tenía una aventura con otra mujer y de la parte en que fui humillada por su amante.

En cuanto llegué a la mansion, el corazón me dio un vuelco porque todo el lugar estaba redeado de médico. Cuando subí corriendo, encontre a Sandra en la cama con un medico a su lado. Preocupada, me acerqué a Josefina y le pregunté.

- ¿Qué le pasa a la abuela?.

Josefina me dijo que Sandra se había desmayado cuando estaba en jardín. Por eso había llamando al médico para que la revisara. Empecé a pasear de un lado a otro del pasillo, ansiosa por el resultado del chequeo. Temía que le ocurriera algo malo a la cariñosa mujer que me había cuidando tanto. A decir verdad, hacía tiempo que la consideraba como mi propia abuela.

- Pero si es mi adorada Anto ¿Que sucede? Por qué tienes la cara tan arrugada? No tienes que preocuparte por mi porque es mal común en la gente de mi edad.

Al verme, Sandra sonrió y me aseguró que todo saldrá bien. Yo respondí de forma similar y le tomé la mano a cambio. Había pasado mucho tiempo desde mi última visita, dejé de visitarla desde que me enteré de que Erick tenía una aventura. No podía creer que hubiera abandonado a los que eran importantes para mí Por culpa de ese hombre tan poco fiable.

La expresión de Sandra se ensombreció y comenzó a reprender a su nieto.

- ¿Por qué tienes un aspecto tan pálido y demacrado? ¿Erick te volvió a descuidar? ¿Dónde está ese nieto mío tan desconfiable? Que venga ahora mismo. Le daré una lección por no ser buen marido.

En un intento de ocultarle todo, respondí.

- Erick tiene bastantes cosas en su agenda debido a los problemas que tiene la empresa. Deberíamos mantenernos al margen. En cuanto esté libre, lo traeré a visitarte, ¿Te parece?.

Sí Eric se presentaba antes que yo, no podría plantear mi plan de solicitar el divorcio adelante de Sandra. Suspirando, Sandra dijo.

- ¡Tienes que dejar de defenderlo porque se va a volver un prepotente! En lugar de eso, ¡Quiero que te ocupes bien de ti misma!.

Cuando escuché el consejo de Sandra, me sentí abrumada por un maremotode emociones. En un principio, pensaba decirle a Sandra que pronto pediría el divorcio a Erick, pero las malas noticias que me dio el médico me hicieron cambiar de opinión.

- Como la paciente está envejeciendo, sus órganos se están deteriorando, incluido el corazón. Todavía puede vivir unos cuantos años más si se le cuida mucho. Pero ten en cuenta que no debes provocarla.

Temiendo que mi decisión la llevara a la muerte, decidí guardarme todo para mí y volví a la habitación para hacerle compañía. Una vez que me aseguré de que la habitación estaba bien iluminada con la luz del sol, me dirigí a la cocina y le preparé algo de comer.

Pasarlos dos últimos años como ama de casa me había permitido pulir mis habilidades culinarias. Cuando Sandra apareció en la cocina y vio mi cara de disgusto, me preguntó.

- Antonella, ¿Podrías decirme la verdad? ¿Peleaste con Erick?. - Temí compartir los detalles con ella, Así que invente algo y afirmé con una sonrisa.

- Abuela, ¿No es normal que marido y mujer se peleen de vez en cuando? Al final todo saldrá bien.

- ¿Segura que no estás mintiendo?. - Preguntó Sandro con las cejas arqueadas en señal de confusión.

Respondí.

- ¿Te he mentido alguna vez? ¿No sabes cuánto cariño te tengo? Nunca tendría malos sentimientos hacia él




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