BILL Y ABI
En los Ángeles:
- ¿Qué haremos hoy chicos?
- No se tu Gustav pero yo tengo una cita
- Abi y yo tenemos planes
Abigail: ¿Cómo así de que tenemos planes Bill?
- Abi hoy por fin te tomas un día de descanso, y no te vas a quedar aquí encerrada
- ¡Me encanto tu manera de invitarme a Salir Bill!
- Que poco romántico
-Me voy a arreglar para ir a la salida a la cual nunca se me fue invitada, sigue su camino riendo incrédula
- Toca quedarme solo, por dios Sam cuando volverás esta gente no me aprecia –Grita Gustav mirando al cielo-
-Te recomiendo te busques una novia así, no tendrás escusas para quedarte solo
-Estoy de acuerdo con Abi, te hace falta una novia amigo
-Yo no necesito de una novia, por lo menos no ahora
Bill tenia una sorpresa especial para Abigail y al salir del departamento la llevo todo el camino con los ojos vendados
-¿ ya puedo ver? me muero por ver a donde me has traído
-¡Sorpresa Abi! – al quitarle la venda de los ojos ella quedo sorprendida
- ¿Cómo supiste?
Bill la había llevado a una pista de hielo, había alquilado todo el lugar solo para ellos dos
-Un pajarito me lo dijo
-¿Sam?
-No puedo negarlo ella fue mi cómplice, siempre encuentra la manera de hacernos felices y estar presente a su modo
Se pusieron sus patines y se dirigieron a la pista cuando Bill le enseño a Abi como patinar, cuando ya ella había agarrado un poco de confianza empezó a caer nieve de la nada
-¿Hiciste todo esto por mí?
-Por ti haría esto y mil cosas más Abi, sé que en Australia nunca cae nieve, y querías más que nada ver la nieve, es artificial pero ya pronto llegara el invierno y podrás ver la nieve real
-¡Gracias Bill por ser tan lindo conmigo, eres un buen amigo!
-Acortando la distancia entre ambos y la tomandola de la cintura- ¡no quiero ser solo tu amigo Abi! me gustaste desde la primera vez que te vi entrar en mi casa, y cada día que fuimos compartiendo, me gustabas más
- Bill yo
- No digas nada Abi, solo vivamos esto que ambos sentimos -la besas, fue un beso muy tierno y a la vez apasionado-
Abigail y Bill pasaron una tarde muy hermosa decidieron darse una oportunidad y ver cómo les iba de novios ambos se gustaban demasiado para seguir negándoselo el uno al otro
EN PARIS
-¡No quiero regresar amor! ¿podemos vivir acá?
-Tampoco yo princesa, pero ya mañana tenemos que regresar, mírale el lado positivo ya empezaras a dar clases en la academia, y no podemos quedarnos acá para siempre Sam
-Tienes razón, y ya quiero ver a Gustav me hace muchísima falta hablar con él -fue tan sincera al decirlo que por un momento se le había olvidado que Gustav la amaba y que Tom lo sabía-
-Creo que tendré que lidiar con el cariño especial que le tienes a Gustav ¿no?
- ¡Lo siento! – ella lo miro con algo de tristeza-
-No lo sientas Sam es lógico que te haga falta tu mejor amigo ¿no? yo lo entiendo vamos mejor a hacer las maletas en la mañana bien temprano sale en vuelo, y debemos dormir un poco
-No te molestes amor, estamos muy bien y no quiero que se arruine lo bonito de estos días por una tontería -le da un beso-
-Tampoco quiero que se acabe nuestra felicidad por una estupidez, pero aun así hagamos las maletas
Tom y Sam regresaron a los Ángeles, llegaron de madrugada cuando todos dormían, decidieron irse a dormir, Sam tendría su primera clase en la mañana.
En la mañana todo se habían levantado muy temprano a desayunar
-Hola chicos buenos días ¿me extrañaron?
-Hermano buen día ¿a qué hora volvieron?
-Llegamos en la madrugada, no queríamos volver, pero Sam estaba muy pendiente de que hoy era su primera clase
-Si es cierto, el grupo que le toca empieza hoy la va a pasar muy bien ya veras, ¿y donde esta Sam?
-Está arriba preparando sus implementos de trabajo
-Hola chicos ¿Cómo están? Abi ya estoy lista ¿nos vamos?
-Sam vamos a desayunar primero ¿vale?
Todos desayunaron juntos Gustav no dijo ni una sola palabra solo miraba a Sam, ella al verlo tampoco le dijo nada, pero sintió como su corazón se aceleró con la sola presencia de él, al terminar de desayunar Abi y Sam se fueron a la academia
EN EL SALON
-Buenos días niñas yo seré su profesora de ballet, mi nombre es Samantha dirigiéndose al curso de 15 niñas que tenía a su cargo, había una niña en particular que había llamado la atención de Sam por su timidez, ella empezó a dar la clases así por las siguientes 2 horas, las niñas se fueron despidiendo una a una al terminar la clases, pero la niña que estuvo muy tímida en toda la clases estaba sentada al fondo del salón
-Hola pequeña ¿Cómo te llamas? ¿Te gusto la clase?
-¡Si me gustó mucho! -le dice sin verla a la cara-
-Ya que se fueron tus, compañeritas ¿me vas a decir tu nombre?
- Mía, es hora de ir a casa
Sam, volteo de inmediato al ver que llamaban a la niña con el nombre de Mía, aquel nombre que retumbo en sus oídos
-Hola soy la madre de Mía, mucho gusto me llamo Pamela, ¿Cómo se portó mi princesa?
-Se portó muy bien es algo tímida, pero baila muy bien, tiene un muy buen futuro con cada palabra que salía de su boca como pudo contubo sus lágrimas
-Entonces nos vemos mañana
Sam largo en llanto cuando se alejaba Mía y su madre, estaba temblorosa agarrada de las barras
- Sam ¿Qué te pasa?
-Es tan linda tan hermosa, y se llama Mia –No dejaba de pensar que si su hija hubiera nacido, seria igual de bella que esa niña-
-¿De qué hablas Sam?, si te calmas te puedo entender
-Nadie me puede entender maldita sea –gritando-
-Me estas asustando Sam cálmate ¿quieres que llame a Tom para que venga por ti?
-No me calmo y no me quiero calmar, y no quiero que llames a nadie -saliendo del salón-
- Sam para por favor -viendo como Sam subía a su carro, Abigail quedo confundida pero aun tenía que encargarse del centro y no podía descuidarlo, en la noche hablaría con Sam
- El teléfono repicaba y con cada repique su ansiedad iba aumentando- Kamil ¿Dónde estás?
-Se dice hola primero, que maleducada
-Hola Kamil, ¿Dónde estás?
-En mi casa ¿Por qué la pregunta?
-Necesito chucherías –llorando-
-¿Estas segura Sam?
-¿Me acompañas a comprar o voy sola?
-No necesitas comprar ven a mi casa aquí tengo mucha chuchería de la buena como a ti te gusta
- Voy para allá -apaga el teléfono-