AdiÓs A La Luna

PRÓLOGO — La Canción del Vínculo

> “Cuando el alma encuentra su reflejo en otra…
cuando el lobo reconoce su igual…
cuando la luna brilla roja…
el Vínculo despierta.”

Así comenzaban las antiguas canciones.

Las contaban las Abuelas de Fuego, los chamanes de los valles helados, los errantes del sur y los cazadores de viento. Decían que en el principio no había tierra, ni cielo, ni mar. Solo ella: Lunae, la diosa que colgaba solitaria en el vacío, tejiendo el mundo con su luz.

Cuando la soledad la quebró, Lunae creó a los primeros seres: los Lykaios, los lobos alados, guardianes del cielo y portadores del Vínculo. Un lazo inquebrantable entre dos almas, sellado con sangre y luna, capaz de unir destinos incluso a través de la muerte.

Pero el don fue mal usado.
Algunos rompieron el lazo. Otros lo forzaron.
Y Lunae, herida por la traición, dejó de mirar el mundo.

Los Lykaios cayeron del cielo.
El Vínculo se volvió errático, o simplemente... desapareció.

Hasta hoy.

Una nueva era se acerca.
La diosa ha regresado, no como estrella, sino como reina de carne y hueso.
El último Vínculo será sellado… o destruido.




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