Adiós al amor

Capítulo 2

Robbin debía viajar a España para cubrir a un colega en una entrevista; casi lo deja el avión.

- Casi se queda - dice alguiencon lentes oscuro, en el asiento de al lado.

- Sí, por fortuna no - sonríe de lado al saber quien es, lo cual le extraña pero  le resta importancia, debía repasar la información una vez más, mientras su acompañante descansaba; 45 minutos despúes él hace lo mismo.

Horas despúes el avión aterriza.

-No vuelva a quedarse - se despide ella de su acompañante - o regresará al país de nunca jamás - él no puede evitar reírse ante tal comparación.

-  Se equivocan con el nombre "Dama de Hierro" - piensa sonriente, bajando del avión.

Ella busca un taxi. Llega al hotel, se ducha, cambia su vestuario, come algo ligero. Pide un taxi que la lleve a la cadena de hoteles Cristal. Al bajr del taxi, varias personas la observan ¿Cómo no hacerlo? Es una mujer alta, tes blanca, cabello largo rojizo, ojos grises, facciones finas, con tributs delanteros y traseros y con curvas. Camina hasta la recepción.

- Buenas tardes srta. estoy buscando al encargado  Felipe Rusticcela  - dice ella sonriente.

- Buenas tardes ¿Usted es Marina del Castillo? - ella se gira, asiente - un placer soy Felipe Rusticcela, acompañame a la oficina por favor - sonríe - tranquila Rouse yo me encargo - se despide de la recepcionista.

- Le agradezco por recibirme tan pronto, quiero cerciorarme de que todo marche bien - dice una vez, dentro de la oficina.

- Por supuesto, sta. Marina aquí le tengo los contratos firmados en los últimos 10 años, los contratos que faltan por firmar, los curriculum de los empleados - dice separando las carpetas.

- Muy bien, luego que lea está información ¿Puede enseñarme las instalaciones? - lo observa atentamente.

- No hay problema srta. Marina  ¿Desea algo de comer o beber mientras lee?  - pregunta algo nervioso , ellla lo percibe de inmediato.

-  No, sr. Felipe por favor sientese y apague el celular, dejelo sobre el escritorio . ordena fría, él hace lo pedido y suspira.

Ella verificó en media hora toda la información con una técnica creada por ella. 

- Ahora puede encender su celulare ir al concierto de su hija - Felipe agarro el celular y, se fue veloz a tomar un moto taxi para, llegar a tiempo sin ponerse a pensar en las palabras dichas por Marina.

- Bueno todo está en orden, afortunadamente - mira a la esquina de la oficina y observa una cámara - "que extraño penso". Se levantó y comenzó el recorrido por cuenta propia, usando lgafas de sol.

El hotel tenía sectores recreativos para todas las edades, de hecho, pasaba por un salón que impartian clases de baile para adultos, sin pensar mucho entro, retirandose las gafas de sol, buscando un asiento , cuando los profesores de baile le interceptaron:

- Jovencita usted bailará con Frederick, el que esta sentado - lo señala - ¡Levantese tío! - le dice el instructor .

Frederick se acerca y toman posiciones.

- Bien empecemos con merengue - suena la música.

- No soy un experto, así que disculpa, si llego a pisarte - le dice él, sujetando su cintura y la mano de ella.

- (risas) Descuida, solo dejate llevar por la música - al principio casi la pisa pero, ella fue más hábil y le dió una vuelta, hasta que se fue acoplando.

- Cambio a bachata - dijeron los instructores. Ellos se acercaron más y bailaron sincronizados.

- Cambio a salsa - volvieron a decir a cada cambio de género mejoraban los pasos.

- Cambio a vals, chicas lleven sus brazos al cuello de su pareja - ¡Bravo! Fenómenal - aplaudieron al finalizar la pieza.

- Te agradezco por bailar conmigo - habla Frederick contento.

- Ah sido un placer, spy Marina - se estrechan las manos - tenía tiempo que no bailaba - sonríe relajada.

Entra una chica bajita y le grita:

- Menos mal que solo ibas a bailar conmigo - le dice a Frederick - y terminas bailando con ella ¡No te quiero ver! - se va corriendo.

- Parece que tienes problemas con tu conquista - dice Marina observandolo.

-- Es mi hermana menor - habla riéndose - siempre es así de caprichosa - comenta volteando los ojos cansado.

- Y celosa - completa Marina, ambos rién; de pronto ella observa la hora en su reloj de pulsera - disculpa Frederick tengo que irme ha sido un placer - se despide y se marcha.

Se dirige a recepción.

- Hola quisiera dejarle un recado al sr. Felipe - le entrega un sobre fluorescente - es importante gracias - se despide y sube al taxi. 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.