Adiós, Amor

Capíulo 3

Tengo el cuerpo paralizado.

¿Por qué me siento así? 

Él no para de mirar en nuestra dirección, es ahí donde volteo solo un poco y es algo de lo que me arrepiento. Al lado de la casa se encuentra una pequeña tienda, de la cual sale un chica, su largo cabello rubio llega hasta su cintura y sus ojos grises voltean a vernos unos segundos para después cruzar la carretera y besar a Dareh.

Algo se rompió. 

Los pedazos del corazón caen uno por uno.

Se ha roto en mil pedazos y se siente como una puñalada directo en el pecho, una lágrima pequeña se desliza por mi rostro y seguir viviendo esa maldita escena va a causar que este viaje se termine arruinando. «¿Por qué no puedo parar de mirarlos?» Él sigue devorándose cada parte de sus labios y no ha volteado a verme, no sé ha dado cuenta que estoy ahí.

Por detrás tocan mi hombro, es Luci, presenciando la misma escena que yo. 

–No vale la maldita pena Makena –Dareh voltea a vernos, mis ojos se cristalizan y las lágrimas están a punto de salir –Vamos, deja de mirar. 

Hago lo que dice Luci, dejó de presenciar la maravillosa escena en la que logran que mi corazón se parta en mil pedazos. Lo odio, odio cada minuto que pase con él, porque destruyó todo lo que un día construiremos y sin importarle me dejó tirada, con lágrimas deslizándose por mi rostro por varias noches, lo odio porque una vez me dijo que me quería cuando la realidad era otra.    

¡Lo odio!  

Volteo solo unos segundos de nuevo, quiero resistirme a verlo, solo que no puedo. 

Tiene agarrada a la chica de la cintura y su otra mano la tiene en su trasero, la aprieta fuerte hacia él, sin parar de mirarme, ella solo le sonríe y vuelve a sus labios. No sé porque sigo mirando cuando simplemente puedo dejar de mirar y seguir con mis amigos, ¿Por qué mi maldito corazón quiere verlo? y rogarle que se quede conmigo. 

Lo quiero, no, no lo quiero,  tengo que hacerme valorar como mujer y no dejar que humillarme de esa manera. 

Le sonrío, eso no se lo esperaba y se queda mirándome. Aprovechó la oportunidad y caminó hasta donde está Lukas, lo abrazó y levantó una mano acariciando su mejilla, junto nuestros labios dejándole una pequeña marca roja, lo vuelvo a besar y nuestros amigos molestan sin parar. Esos segundos que pasan se sienten famosos, hasta que volteo de nuevo mirando a Dareh quien se está acercando a nosotros.

Mierda.

Valí. 

Lo único que puedo conseguir es una sonrisa forzada.

Primero saluda a Laisa, quien le brinda una mirada de disgusto, luego prosigue con Julián y Mirian, ellos son los únicos que no saben la historia que tuve con él y lo saludan emocionados, luego prosigue con Luci quien lo ignora y Lorenzo que lo saludo con normalidad. 

Hasta que por fin llega a mi lado.

«También te odio corazón»

Unos latidos salen a la luz. 

–Hola Makena –Dareh saluda. 

–Hola –saludo con normalidad. 

Lo estoy haciendo bien, mantengo los gestos serios y en ningún segundo le brindo una sonrisa.

–Hola mucho gusto, Lukas –estira su mano. Yo nunca le mostré fotos de él a Lukas así que saluda con normalidad.

–Mucho gusto, Dareh –recibe su mano. La chica rubia cruza la acera y se pega a él, se hubiera quedado lejos –Chiquita, ellos son unos amigos –punzada en mi corazón –Me harías un favor de traer… ¿Qué les gusta? 

–Tranquilo estamos bien –dije rápido. 

–Hace mucho no los veo, tranquilos yo invito –convencerlo de que no necesitamos nada, es difícil –Chiquita traerías unas bebidas, por favor –besó su sien.

La rubia se aparta y va por las bebidas. 

–¡Lukas! –grita Mirian –¡Te necesitan para firmar unos papeles!

No por favor, no que no se vaya. No quiero quedarme sola con Dareh. 

Mis súplicas fueron en vano porque Lukas tuvo que firmar ya que él fue quien consiguió la residencia en donde íbamos a dormir, era una casa tipo de verano. El techo y paredes estaban hechos de madera y todo era muy cálido, hasta en la entrada había un letrero que decía “Bienvenidos” 

–Hola Makena –volvió a repetir Dareh cuando quedamos solos. 

Necesito ayuda urgente.

«Respira, relájate, respira, relájate, respira, relájate»

–Hola Dareh –respondí por fin.

–Hace mucho que no te veo –examina de arriba a abajo –Sigues siendo tan hermosa. 

–No tienes una novia a la que coquetear. 

–¿Sia? –con que así se llama la chica, él suelta una sonrisa pequeña –Es solo una amiga.

–La misma que llevas a tú cama todos los días. 

–Porque tan tóxica Makena –y por esa razón estoy apunto de huir de esta conversación.

Estaba a punto de estallar en ira. Porque me llamó así, ni siquiera estoy siendo tóxica. No aguanto más estar con él y tomó una decisión para marcarle final a esta conversación



#12833 en Novela romántica

En el texto hay: romance, 18

Editado: 02.10.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.