Adn un nuevo comienzo

Capítulo 2 1/2

El avión aterrizó suavemente en la pista, y a través de las pequeñas ventanas, Mai vio cómo la inmensidad de Nueva York se desplegaba ante ella. Las luces del aeropuerto brillaban con intensidad bajo un cielo gris, que anunciaba una tarde fría en la gran ciudad. Una vez que él avión aterrizara y los pasajeros bajarán hacía la estación del aeropuerto, Mai y Mickey ya tenían un chófer esperándolos en la salida del aeropuerto él cuál los llevaría a un hotel que estaba situado en una colonia no tan transcurrida.

Pasaron alrededor de 15 minutos en que el chófer llegó a aquel hotel. El primero en salir del coche con las maletas fué Mickey, quedando ligeramente sorprendido por la fachada tan descuidada del lugar dónde se supone que iban a quedarse. Un ligero suspiro salió de Mickey mientras aún observaba con decepción el lugar.

En el instante que Mai bajo él chico la miró con decepción para luego proceder a hablar con ella sobre su nuevo hospedaje.

—¿Cuánto te costó la renta? ¿15 dólares? —preguntó con cierto sarcasmo para después continuar hablando— Mai esté lugar se nota que no tiene higiene, te apuesto que aquí asaltan cómo en Latinoamérica.

—Que prejuicioso —su mirada pasó del hotel a la callé dónde se encontraban, tragó saliva y continuó con su respuesta— Solamente no salgas tan de noche, así me decía mi papá cuando vivíamos en Veracruz, aparte ya no estas tan chico para que estés de miedoso.

—¿Qué? Acaso no viste a los dos chicos que le estaban pegando al vagabundo mientras veníamos en el auto —Mencionó con inquietud— Mai no me dejes solito, soy un puberto desamparado si te vas —hizo una pequeña pausa a sus palabras mientras se acordaba de algo, al recordarlo la abrazó con fuerza— justo hoy te irás en la noche, llévame contigo no me dejes aquí.

Mai quedó en silencio mientras entraba con las maletas, por otra parte Mickey seguía aferrado a ella suplicando un cambió de hospedaje. Esto terminó hasta que llegaron a la habitación en la que se iban a quedar, Mai obligó a soltarla y lo regaño.

—Solo cierra con seguro y ya, luego nos mudaremos dependiendo de lo que pase hoy en la noche, hablando de eso ¿conseguiste la dirección donde estará? y mantenme avisada por las cámaras de seguridad si viene alguien a interrumpir la charla.

Mickey aceptó quedarse sólo, después de que Mai lo siguiera sermoneando por un rato más. Pasaron algunas horas limpiando la habitación, por lo que sin darse cuenta ya eran las 6:30pm. Cuando Mai revisó el reloj y vio que ya solo faltaba medía hora para las 7, se apresuró a cambiarse, porque debía llegar más temprano a ése lugar. Ella salió con una gabardina con bolsas en los costados y a su interior, utilizando para guardar cualquier artefacto que pudiera servirle para comunicarse con Mickey o defenderse de cualquier ataque.

Las calles en Nueva York estaban transitadas con bastante frecuencia a excepción de las zonas de más alto estatus, por lo que a Mai le era más fácil llegar sin tanto tránsito. Al llegar se quedó esperando apoyada en la esquina de un edificio cercano del restaurante en que se suponía que iba a salir él hombre que ella esperaba. Dieron las 8 de la noche y aún nadie había salido, quizás se había confundido de lugar cuando reunió los datos o eso pensó. Estando ya resignada por no ver nada de movimiento decidió retirarse del lugar hasta que vió salir a quienes parecían ser líderes de Estado, militares y gente del gobierno. Algunos de ellos se estaban subiendo a sus carros, mientras otros seguían platicando, hasta que el hombre al que Mai fue a buscar salió del hotel.

El tipo era más alto que todos los que estaban allí, así que era fácil de reconocer al saber su altura. Sin dudar, Mai decidió adelantarse hacia donde estaba el auto de aquel hombre, ubicado a dos cuadras del hotel, en un restaurante famoso que tenía estacionamiento. Ella no tuvo que esperar tanto para que llegara el hombre.

Cuando el joven estaba a punto de abrir su auto y entrar, percibió una presencia detrás de él, aunque no le dio importancia hasta que escuchó la voz de alguien más.

—¿Qué se siente ser una herramienta letal para la humanidad? —preguntó Mai con tranquilidad y un toque de incredulidad en sus palabras.

—Pues, la verdad, no es emocionante, pero tengo privilegios. Aunque debería decir que, a pesar de ser la obra perfecta del ser humano, existen otras personas con ciertos dones sobrehumanos —respondió con calma, lo cual daba un cierto escalofrío, hasta que su tono cambió a uno más frívolo—. Tienes tres minutos para explicar por qué estás aquí y qué quieres de mí— al terminar la frase, se volteó hacia ella y sonrió—. Vamos, responde, no seas tímido.

—Quin la arma más letal que pudo ser construida a basé de material especial y también ser 100% compatible a esa materia… —Mai no termino de hablar al ser interrumpida por él.

—Dije que a qué vienes y quien eres, nunca te pedí una descripción mía.

Un suspiro salió de Mai y lo miró con desagradó, pensando en lo duró que sería trabajar con el.

—Bien —dijo para luego sacudir la cabeza y responder a su pregunta anterior — No vengó por parte de nadie más que mía, así que iré directo al grano. Las mutaciones no solo se están saliendo de control sino que también están empezando a subir los números de peleas clandestinas con humanos con dones y el contrabando está empeorando al subastar las sustancias que se usan para las modificaciones, lo que quiero decir es que me ayudes a llegar hacía sus principales distribuidores de la sustancia.

—¿Por qué te entrometes en esos asuntos? Eso lo debería de hacer el gobierno junto a mí —hizo una pequeña para pensar antes de volver a hablar — Aunque la mayoría del gobierno hace la vista gorda a esos asuntos y la otra parte no confía en su totalidad en mí, así que podría ofrecerte un trato. No se porqué te interesa esto pero no me importa lo que si es de mi interés es restablecer el balance entre los mutantes y las personas normales. Lo que quiero decir es que si buscas mi ayuda te la puedo dar a cambio de que también me ayudes, digamos similar a un equipo, aunque primero te debo investigar —respondió feliz y tranquilo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.