Adopcion De Amor

CAPITULO 4

Karen no podía creer lo que Dean le estaba proponiendo, había aceptado adoptar a Sean, acepto su propuesta. Cuidarlo, no quería despertar a Sean, pero se lo comió a besos, ese niño era importante para ella, era su mundo lo único que le había quedado de su mejor amiga y ahora gracias a Dean no lo iba a perder.

—Si señor yo lo cuidare día y noche, usted no tendrá que hacer nada, gracias, gracias —dice entre sollozos.

Dean se arrepintió al-instante de aceptar el trato, que iba a ser el con un niño y una mujer enferma, en definitiva, no estaba razonando como debía ser, vivir con otra persona nunca había estado en sus planes ni Pamela ha ido lo suficiente a su hogar, solo al departamento donde se encontraban la mayoría de tiempo. Pero no tenia opción no puede dejar a esta chica a su suerte.

—No me siento bien.

—Oye, escucha estas pálida, regresaremos al hospital.

Dean nunca se había pasado por alto tantos semáforos, sus guardaespaldas que iban siguiéndolo, sin entender la razón por la que su jefe iba rápido.

En cuanto llega al hospital se baja del auto, como puede se toma entre sus brazos al pequeño que duerme ajeno a lo que está pasando.

—Fabian —llama a uno de sus guardaespaldas

—¿Qué pasa señor?

—¿Eres papa verdad? ¿Sabes cuidar niños?

Dean no espera respuestas, le da a Sean a Fabian, el sin decir nada lo toma entre sus brazos como un experto.

—Oye necesito que me escuches.

Hace tres horas han pasado Karen esta dormida, la han estabilizado y le han llamado la atención a Dean por llevársela a pesar de las advertencias del médico.

—Señor Dean —uno de sus guardaespaldas lo llama

—Dime Hugo.

—Fabian se ha llevado al pequeño a su casa, está haciendo frio, es mejor que este al cuidado de alguien y la esposa de Fabian acepto cuidarlo.

—Esta bien Hugo, me quedare esta noche a cuidar a la chica, no es necesario que se queden todos, estaré adentro, el medico me dijo que puedo pasar en un rato más.

—Les diré a los chicos que vayan a casa y yo me quedare a su servicio.

—Gracias Hugo.

Cuando por fin puede entrar a la habitación de Karen, se la encuentra llorando.

—¿Te sientes mal?

—¿Dónde está Sean?

—Se lo ha llevado uno de mis guardaespaldas a su casa.

—¿Cómo? ¿Pero cómo has permitido eso? ¿Lo dejaste ir con un desconocido?

—No se fue con un desconocido es de mi entera confianza, su esposa tiene tres niños y lo cuidaran bien, no podía tenerlo aquí.

—Puedes cuidarlo tú, es tu sobrino.

—Te recuerdo que no tengo idea de los cuidados de un niño y tampoco es que me interesa saberlo. Hicimos un trato y espero lo cumplas —le contesta molesto.

—Tiene razón señor hicimos un trato, en cuanto salga de aquí me hare cargo de Sean completamente.

—No puedes hacerte cargo de él, primero debes hacerte cargo de tu salud, te quedaras unos días internada. —Dean suaviza su voz, no puede tratarla de esa manera por más molesto que este.

—Pero Sean no puede estar solo tanto tiempo.

—No esta solo, esta con personas de confianza te lo aseguro.

Guardan silencio por la llegada de la enfermera, le ha checado la presión y le ha dado dos medicamentos.

—Debe dormir, necesita descansar señorita.

Karen no tarda en dormirse, Dean se sienta en el sofá, intentara dormir un poco, aunque dudaba poder hacerlo, odiaba dormir en otro lado siempre prefería dormir en su hogar. El hogar que pronto seria invadido por una mujer y un niño. Se arrepentía de haber accedido, pero entonces la miraba, estaba dormida, era tan delgada y pálida que le preocupaba que no se recupera del todo.

No podía negarse ahora, se maldecía por pensar en dejar a esta obre mujer en estas condiciones, pero también pensaba en que su vida iba a cambiar, para el s prioridad es su trabajo.

La voz de Karen lo hace que se levante.

—Mara, no te vayas amiga por favor Sean te necesita…

—Oye despierta —Dean intenta no moverla tan fuerte, no quiere asustarla.

—¿Mara?

—Estabas soñando.

—Fue tan real que…

—Vuelve a dormir, te hace falta descansar.

—No puedo, necesito ver a Sean.

—El esta bien, mira —Dean saca su celular para enseñarle una fotografía de Sean durmiendo plácidamente.

—Haremos una cosa, Mañana iré por Sean, lo llevare a casa, pero a cambio tú te quedaras aquí hasta que el medico te de el alta.

—No sabes cómo cuidarlo.

—No lo sé, pero por eso te tienes que recuperar pronto para que puedas cumplir con tu trato.

— Lo hare señor, cumpliré el trato en cuanto me sea posible, Sean y yo no le daremos problema.

Por la mañana Dean dono sangre, y después que uno de sus guardaespaldas le trajo algo de desayunar se fue directo a la casa de Fabian Sean aun no despertaba, sus nervios eran evidentes, ¿Qué haría con un niño? No sabia ni como cambiar un pañal, desde el día de ayer no dejaba de maldecir todo esto, en este momento debería estar rumbo a la oficina.

—Señor Schuller hemos llegado.

—Hugo, por favor acompáñame.

—Claro señor.

Fabian esta esperando en la puerta en brazos esta Sean, su llanto se empieza a escuchar más fuerte.

—Buenos días Señor Schuller, se despertó y se ha asustado.

—Hola pequeño — Dean intenta llamar su atención ero el niño está llorando desconsoladamente

Dean lo toma entre sus brazos no sabe si lo hace bien, Sean esta llorando y eso lo pone de los nervios, nunca ha sido bueno para tolerar llantos y gritos.

Dean se aleja de todos, no tiene idea de como calmar el llanto, lo único que se le ocurre abrazarlo mas

—Mama, mama.

Sean está muy pequeño para saber que su madre se ha ido para siempre, él lo único que quiere es ver a su mama.

—Tranquilo bebe no llores por favor no lo hagas más.

Pero al parecer Sean lo entendió al revés su llanto se intensifica

—Que voy a ser contigo…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.