Adopcion De Amor

CAPITULO 18

—Jana eres una niña malcriada, si no quieres estar aquí, vete —Jackson estaba muy molesto con su hermana, la amaba, pero últimamente estaba insoportable y esas actitudes a el no le gustaban nada.

—Solo hice un comentario, relájense, lo siento.

Jana cambio su actitud si quiere conquistar a Dean tiene que ser amable con Karen, no iba a permitir que una chica pobre le ganara lo que ella quería hace algunos años.

El desayuno estuvo delicioso, después del incidente de Jana, todo fue risas y platicas, Karen, aunque al principio se sintió incomoda por el comentario malintencionado de Jana, Gina y Ana la hicieron sentir que no estaba de más en la mesa.

—Deberíamos de ir de compras Karen, a si tu escoges tu propio estilo de ropa, aunque este que traes puesto te queda de maravilla.

Jana tenía ganas de decir que ni trabajando por un año ella podría pagar la ropa de las tiendas exclusivas donde ellas compraban, pero no quería tener problemas con Dean.

—Si podemos ir mañana.

—Lo siento debo cuidar a Sean.

—Dean lo puede cuidar por algo es su sobrino. —Jackson le da un codazo a su amigo.

Karen lo mira, sabe que el trato es que el no tenga que cuidar a Sean, pero para sorpresa de ella, Dean asintió.

—Mañana no tengo trabajo por la tarde a sí que puedes ir.

—Yo puedo ayudarte Dean, tengo día libre en la escuela—Jana se ofrece a ayudar a Dean.

—Claro Jana —Dean le sonríe.

Dean les tiene mucho aprecio a las hermanas de Jackson, son como unas hermanas también para él.

—Vamos chicas, yo tengo que trabajar Jeremy me esta esperando para ver unos presupuestos.

—Yo también iré.

—No, Jeremy y yo nos haremos cargo, tomate el día esta muy agradable para salir.

—Podemos ir al parque Dean podemos llevar al pequeño Sean —Jana dice rápidamente.

—Tú tienes clases en media hora y ya has faltado mucho.

Tres horas mas tarde Dean, Karen y Sean están en un parque, Sean está muy feliz jugando en los juegos para bebes Karen y Dean están sentados en el pasto viéndolo jugar.

—Siento mucho que escucharas lo de Jana, es una niña caprichosa, pero es buena niña no le hagas caso esta en una edad difícil supongo —Dean conocía a Jana si le sorprendió esos comentarios, pero le echó la culpa a la edad de Jana.

—Ella tiene razón señor.

—Dean, Karen mi nombre es Dean y no tiene razón, es verdad lo que he dicho tu eres como una madre para Sean, por eso te dice mama.

—Nos decía mama a las a las dos — la tristeza de Karen se refleja en sus ojos

—¿Sufrió? —Karen pensó que no le volvería a preguntar nada de su amiga.

—Mucho, sobre todo los últimos quince días, fue muy doloroso para ella y para mí, y también para Sean, el pedía los brazos de su mama —la lagrimas caen, la muerte de su amiga es muy reciente y ella aun llora su ausencia.

—No llores —las delicadas manos de Dean, secan sus lágrimas.

El tacto de las manos de Dean estremecen a Karen, cierra los ojos no es capaz de mirarlo, y el lo agradece, sabe que está cruzando un límite y no se lo debe permitir, pero su dedos no le responden, acaricia su suave piel, humedecida con las lágrimas.

Karen lo confundía, no quiere nada con ella, pero entonces se preguntaba que hacia acariciando su rostro, ese bello rostro que no necesitaba maquillaje por que era hermosa sin él.

—Iré a comprar bebidas — se levanta de una, Karen abre los ojos, solo para ver a Dean alejarse de ella.

Mira a Sean, esta jugando y uno de los guardaespaldas esta cerca de el cuidándolo, no necesita estar ella vigilándolo. Se quedo pensando en lo que acababa de pasar hace un momento Dean la acaricio fueron caricias sutiles pero para ella fue un huracán no solo por donde iba tocando Dean, también sobre su cuerpo esas recargas que provoco le causaban angustia, no podía enamorarse de Dean, no estaba ahí para eso, ella solo quería cuidar a Sean, sabia que era por un tiempo le dolía el corazón en pensar el día que tendrá que dejar a Sean con Dean y ella marcharse pero era lo que iba a pasar a un futuro, pero lo aceptaba, en este tiempo que lleva conociendo a Dean esta segura que es un hombre capaz de cuidar a Sean.

—Toma —Dean le extiende un refresco de sabor.

—Gracias Dean.

—De nada.

Dean vuelve a sentarse donde estaba, junto a Karen.

—Sean se está divirtiendo mucho.

—Si le encanta ir al parque, trataba de llevarlo, aunque sea una vez por semana el día de mi descanso.

—Puedes traerlo todos los días, los guardaespaldas están a tu disposición, no salgas sin ellos, he tenido intentos de secuestros y no quiero que salgan solos a la calle.

—Santo dios —Karen empieza a mirar a su alrededor.

—Tranquila Karen, Carlos y el equipo hacen un buen trabajo y no tienes que preocuparte solo asegurarte que ellos siempre estén a tu lado—Dean le toma la mano, pudo sentir su nerviosismo al enterarse que puede correr peligro Sean.

—No me separare de ellos te lo prometo.

—No tienes que preocuparte entonces.

Sin darse cuenta que quedan tomados de la mano hasta que Sean ya esta cansado y pide irse. Solo por eso se dan cuenta que sus manos están entrelazadas.

Sean se a quedo dormido en los brazos de Dean, Karen iba distraída viendo las flores del parque, jamás había visto un parque tan bonito y cuidado.

—Señor cómprele flores a su esposa, mire están muy bonita como ella, con todo respeto para su esposa —un señor ya de edad se acerca, aunque uno de sus guardaespaldas no lo deja acercarse más.

Karen mira al señor, esta avergonzada que piense que es esposa de Dean, una mujer como ella, su ropa es diferente, pero no deja de ser lo que es por vestir ropa cara.

—¿Cuántas tiene? —le pregunta.

— Me quedan diez ramos señor.

—Démelos todos.

Al hombre se le iluminaron los ojos, vender todos los ramos es algo que no le pasaba tan seguido y mucho menos a una hora como esa, se alegraba poder irse a su casa a descansar.




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