El asesino tras de mí, junta sus manos, concentra un hechizo y lo dispara contra la tierra. El suelo se ablanda bajo mis pies hundiéndome hasta las rodillas. La tierra parecía como tentáculos que capturaban mis piernas inmovilizandome.
Sin perder tiempo el otro se abalanza contra mí y entierra su daga mágica en mi hombro, atravesando mi armadura como si fuera de papel.
La herida parecía tener brasas ardientes quemándome desde adentro. Eso fue todo, mi cara mostraba mi sufrimiento y debilidad. Con mi último esfuerzo intenté convencerlo.
"Compréndelo, estás apunto de destruir lo único que podría salvar a nuestro mundo".
–Silencio traidor, nadie puede creer tus mentiras, dices que una guerra vendrá, que esas criaturas inferiores pueden hacernos frente, no seas ridículo. Solo dices estupideces para salvar tu cuello.–
"Que pueden saber ustedes, solo son títeres entrenados de nacimiento para dar sus vidas por el rey".
–Mira quién habla, alguna vez fuiste su perro faldero y ahora nos juzgas a nosotros, en cuanto le llevemos tu cabeza seguro nos va a dar una buena recompensa, después de todo, no se mata a un paladín todos los días. Ha sido un honor, muere!!.–
Quién puede culparlos, alguna vez fui tan arrogante como ellos. Obedeciendo órdenes sin hacer una sola pregunta. Solo me importaba el oro y la gloria que me daban por cada misión que cumplía. A cuántos he matado sin siquiera saber su nombre.
El asesino alza su mano y se prepara para degollarme. De un solo movimiento, con un corte preciso casi quirúrgico que empezaba en el hombro y terminaba en la cintura, el asesino cae partido a la mitad, jamás llegó a ver el rostro de quién lo había asesinado de tal manera, un charco color carmesí mojaba mis rodillas.
El segundo asesino que estaba callado detrás de mí se estremeció ante la escena. El terror se reflejaba en sus ojos.
–¿Tú?, ¿por qué?, ¿acaso estás con el traidor?.–
Es lo último que pudo decir, antes de ser callado por una voz imponente que de solo escucharla, hacía que uno empezará a temer por su vida.
–No necesito responderle a un cadáver.–
El rostro del asesino palideció aún más cuando vio a sus otros tres compañeros que aguardaban a lo lejos decapitados, como si de un solo corte, las tres cabezas hayan sido cercenadas.
Esta criatura humanoide de casi dos metros de altura, vestido con una armadura de cuero, cota de malla en las mangas y una capa roja que llegaba hasta el suelo. Todo su cuerpo cubierto de pelos grisáceos, le daban un aspecto de edad avanzada. Sus piernas parecidas a las de un perro, daban apariencia de que podía correr muy rápido. Lo más impresionante de su apariencia era sin duda, su cabeza la cual era similar a la de un perro, con orejas paradas, hocico con colmillos muy pronunciados y una cicatriz en su párpado izquierdo, sus manos tenían poderosas garras las cuales sostenían una alabarda dorada, la misma poseía una afilada pica en la punta y un filo a un lado como un hacha.
–Ael, hace años que no te veo tan desalineado, mírate ahí enterrado y herido, como puede ser que alguien de tu altura haya caído tan bajo.–
"No te burles Cerberus, estos cinco eran todos los que quedaron de la guarnición que mandaron para eliminarme, si hubiera estado en condiciones estas basuras no hubieran sido nada para mi".
–Siempre con tus excusas mi joven aprendiz, ahora dime, ¿porque no debo asesinarte?.–
"Deja de hacerte el serio conmigo, si quisieras matarme, no hubieras ayudado con los Asesinos De Élite".
–No lo hice para defenderte, solo aproveche la oportunidad. Me enteré que estos canallas tenían un negocio oscuro relacionado con el secuestro de niñas Elfo, de solo pensar lo que esos cerdos le hacen a esas pequeñas.–
"Ha, por eso el rey los mandó a matarme, esperaba que yo acabara con todos ellos y de paso debilitarme lo suficiente para que un general pudiera acabar conmigo sin problema, aunque no conté con el hecho de que mandaría a mí maestro a hacer el trabajo sucio."
–No me mandaron a matarte, me ofrecí voluntariamente.–
"Por supuesto, Luego de que el rey colocó un hacha en tu cuello, seguro te sentiste en la imperiosa necesidad de demostrarle que no tenías nada que ver con mí rebelión".
–No es muy sabio desafiar a un rey, has puesto a todo el que te conoce en un gran peligro, esto no es como otras veces. Lo que hiciste es traición, no puedo cubrirte está vez.–
"Lo sé, pero jamás iba a permitir que lastimaran a mí niño, él es muy importante, no solo para mí, sino para el mundo entero. La gran guerra que los antiguos elfos predijeron, nos está por alcanzar".
–¿De que hablas?, el rey ha asegurado que estamos a salvó, poco a poco las incursiones van eliminando a los invasores que quedan escondidos en las mazmorras. llevamos casi 400 años limpiando esos interminables túneles, aunque se recuperan tan rápido como los eliminamos, algo que no nos molesta mucho ya que nos dejan una ilimitada fuente de cristales de maná y otras recompensas valiosas. Los portales por dónde vinieron, han sido sellados por la magia de las Deidades, no creo que tengamos que preocuparnos. Además, los magos del rey dicen que ya saben cómo reponer la fuerza de los sellos, los portales seguirán cerrados.–