Ael, la profecía de un héroe

Rufol el esclavista. Parte 3

Punto de vista de Vanko.

Esa abominación parecía invencible, el hacha de guerra de mí padre no le hacía ningún daño, haciéndome entender porque mí padre temía la presencia de un aumentador en esta batalla y no omitiendo el hecho de que apenas  tenía fuerzas para continuar.

No puedo solo quedarme mirando, tenía algunas ideas, pero todas ellas muy arriesgadas. Era necesario derrotar al aumentador y al conjurador al mismo tiempo para darnos una victoria casi segura. Pero no podríamos acercarnos si no acabábamos con la criatura invocada.

Está cosa había levantado un tronco para usarlo como un mazo. Tenía que arriesgarme, tal vez la técnica que uso Ael contra el dragón también sirva aquí, pero la defensa física de mí escudo aún es muy baja, ya que la especialidad del escudo es la defensa mágica. Todavía no había tenido oportunidad de probar su resistencia contra ataques físicos, tal vez no sea suficiente.

Recurriré a la sabiduría de Ael para orquestar una estrategia que nos ayude a obtener una ventaja en esta pelea. Cierro mis ojos y siento los conocimientos inundando mí mente. Todo está claro ahora, como si un camino se dibujara en mí mente. ¡Sé lo que debo hacer!.

Le grité a mí padre para que se apartara y me coloque justo debajo esperando recibir el ataque de su mazo de lleno. Activo la defensa física del escudo con la intención de absorber su golpe y devolverlo como una onda expansiva. 

Sujeté el escudo con ambos brazos para recibir el impacto, pero el tronco golpea el escudo haciendo volar en pedazos la barrera mágica, junto con una terrible explosión que derribó a todos a mí alrededor. El tronco continúo su recorrido golpeando el escudo, y por ende alcanzando a darme.

Mí brazo derecho quedó atrapado entre el suelo y el escudo recibiendo la peor parte.

¿Cómo describir la sensación de un brazo fracturandose en pedazos por la presión recibida?. Un ardor intenso que repercutió hasta el hombro y un dolor asfixiante sumado a alguna costilla rota.

Es intolerable, siento presión en mí pecho, me cuesta respirar. La nube de polvo no ayuda mucho a mejorar mí condición. Apenas puedo abrir mis ojos llenos de lágrimas mezcladas con la tierra.

Presiento que pronto perderé el conocimiento, no puedo tomarme ese lujo, los enemigos aún están a nuestro alrededor. La nube de polución que desate empieza a disiparse, no veo a la abominación, seguramente el conjurador y el aumentador quedaron al alcance de la explosión y el hechizo se desvaneció. 

La estrategia que Ael dibujó para mí fue acertada, cuando aturdi al aumentador, se cortó el enlace y el poder del conjurador se vino abajo. Así le resultó imposible mantener una invocación que demandaba tanto poder.

A diferencia del conjurador de los exámenes, este no posee un báculo con runas, el cual sirve para mantener a la invocación aunque el conjurador muera, ya que el poder proviene del báculo, no de su portador. Por esa razón es que no pudo deshacer la invocación cuando apareció el Dragón Esqueleto ya que este supera sus poderes.

-

Mí padre parece que logró alejarse lo suficiente para que la explosión apenas lo alcanzara. Se levanta rápidamente y agarra a golpes de puño al conjurador hasta noquearlo. Jamás había visto a mí padre así, sus manos estaban bañadas de sangre.

Ahora se acerca a la chica de las dagas que estaba aturdida en el suelo y le apunta a la cara con su hacha.

–Mueve un músculo y juro que te parto por la mitad.–

La chica de las dagas al ver qué sus compañeros fueron derrotados, suelta sus armas en señal de rendición.

–Están acabados, rindansen!!.– dice mí padre.

El hombre de túnica amarilla corría a lo lejos poniéndose a salvo.

–¡Maldito cobarde!.–

Los magos con especialidad de fuego quedaron muy heridos por las quemaduras. Uno de ellos tiene la mitad del rostro desfigurado, junto con parte de su cabello, ya no podrán continuar peleando.

El aumentador se esta levantando, mí padre se prepara para atacarlo con sus puños. No es un rival fuerte, su poder se especializa en hacer fuerte a sus compañeros.

El aumentador levanta su mano en señal de alto. Parece que se ha rendido.

–Tu muchacho no lo hace nada mal, estoy seguro que se convertira en un guerrero muy fuerte, es una lástima que nos conociéramos en estas circunstancias pero la vida en este mundo es asi.–

El conjurador abre su palma y sobre su mano se dibuja un emblema circular, con una especie de torbellino dentro.

–Este es mí regalo por tu increíble victoria muchacho, seguro lo aprovecharas mejor de lo que yo lo hice.–

–¡No quieras hacerte el bueno ahora!.–

–Este emblema jamás pude usarlo bien, es incompatible con mis habilidades, dado que mí especialidad es aumentar el poder de mis aliados, mientras que el emblema sirve para absorber los poderes de quién esté cerca mio sin poder seleccionar a quien se los robe.–

Con las pocas fuerzas que me quedaban le dije a mí padre.

"Deja que se valla".

–¿Pero de que hablas?, intentaron asesinarnos. Debería cortarle la cabeza.–



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En el texto hay: fantasia, mundo magico, aventura

Editado: 07.06.2023

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