Ael, la profecía de un héroe

Montañas de hierro.

Capitulo 7.

 

Punto de vista Enano Malvul.

"Trabajen malditos haraganes, necesitamos fuerza en esos picos. llenen los carros hasta que se desborden de rocas. Aseguren esos puntales, no quiero más accidentes que nos retrasen. Todo debe estar listo antes de que lleguen.

Empezamos a cavar en esta montaña con la excusa de extraer hierro, cobre y carbón. Al ingresar a la mina, se ve claramente una excavación minera común y corriente. Entran carros vacíos y salen repletos de minerales. Un gran horno de fundición está encendido a toda hora para separar los metales de las rocas. Los enanos trabajan tiempo completo, algunos no ven la luz del sol durante días.

Pero esto no es más que una pantalla para lo que se oculta en lo más profundo. Allí escondimos un túnel que se extiende por varios kilómetros a lo largo, entrando en las antiguas catacumbas élficas.

Cientos de enanos murieron por las defensas mágicas del lugar. Un día rompimos una puerta de roca enorme que contenía una serie de runas escritas en él. Mala idea, una gran explosión derrumbó el túnel enterrando a docenas de enanos en el lugar, nos retrasó varios meses.

Volvimos a cavar el túnel y llegamos a una gran cámara llena de estatuas de piedra, para nuestra sorpresa, las mismas empezaron a moverse, nos pisotearon como a hormigas. Si hay algo que odiamos los enanos, es que alguien nos pisotee. Solo se necesitaban grandes mazos para convertirlos poco a poco en escombros.

Los lagartos de cristal eran lo peor, esos reptiles gigantes recubiertos de cristales, no necesitaban más que un roce para partir a un enano al medio. Cómo odio a esos malditos elfos y a sus mascotas mágicas.

La última recámara fue la peor. Un gran sello de oro con extraños símbolos protegían una gran puerta reforzada con magia. No existe un escudo mágico que un enano no pueda destruir. Tuvimos que desempolvar un hacha de guerra mágica muy poderosa, usada en la antigua guerra. Estás armas se prohibieron después de la alianza. Consideraron que no eran necesarias, ya no estábamos en guerra. Pero aún así guardamos algunos cofres llenos de armas en las profundidades de las minas. Cálculo que los humanos, orcos y elfos, también tendrán sus reservas, por si acaso.

Al golpear el sello con el hacha pasó lo impensable. Un torrente de fuego mágico de color azul, inundó la montaña entera, arrasando con todo ser vivo dentro. Los más afortunados se incineraron en un instante, otros se quedaron sin piel y murieron días después, calculo que con un sufrimiento de los mil demonios. La columna de fuego duró varios días. Quemando los puntales de madera que sostenían la estructura.

Malditos elfos, todo nuestro trabajo está arruinado. Tuvimos que mentir diciendo que el fuego salió de una fisura en la tierra. Algo así como que pinchamos una cámara de gas subterránea. El accidente provocó que ningún enano quisiera volver a meter su cul* en esta montaña.

Con el tiempo se fueron olvidando del accidente, y empezaron de nuevo las excavaciones. Llegamos al punto donde nos habíamos quedado. Allí estaba esa puerta que nos separaba de nuestro objetivo. El sello estaba destruido, solo necesitaba un golpe más para abrirla. Por supuesto, como siempre, aguarde a una distancia segura, solo por si acaso.

– Está listo señor, las puertas han caído.–

"¿Encontraron el sarcofago?".

– Por supuesto, el sarcofago sigue sellado, así que sus restos deben estar completos.–

"Excelente, los nigromantes llegarán muy pronto".

Cada vez estamos más cerca, con esto será el tercer sarcofago encontrado, los nigromantes querrán iniciar el hechizo de inmediato.

– Señor, los Nigromantes están llegando a unos kilómetros por el camino norte.–

"Bien, dile a todos que se vayan, no quiero ningún enano husmeando por aquí cuando lleguen".

– Ya me encargue de eso señor, mandé a casa a todos los enanos hace unas horas para asegurarme.–

"Excelente, quédate afuera hasta que lleguen".

(Voz tenebrosa).

–No será necesario.–

Unas criaturas con túnicas negras con detalles violetas en sus mangas y capuchas se acercaban. Sus túnicas se arrastraban dando aspecto de que estuvieran flotando sin que sus pies tocaran el suelo. En sus espaldas había pentagramas con símbolos mágicos.

Sus manos con largos dedos eran sólo piel y huesos y sus rostros eran solo cráneos apenas cubiertos de piel. De las cuencas de sus ojos emanaba un vapor verde brillante. Sus dientes se notaban claramente a pesar que tenían las bocas cerradas.

"No esperaba que llegarán tan pronto"...

– Hazte a un lado mortal, tu estupidez ya me ha hecho perder demasiado tiempo.–

"Las defensas de los elfos eran más poderosas de lo estimado.."

– Silencio!!, no perderemos el tiempo escuchando tus excusas, dónde están los restos.–

"Por aquí, acérquense. Estábamos por retirar la tapa, pero parece que tiene una especie de maldición que la protege".

–Tu trabajo ha terminado aquí, nosotros nos encargaremos.–

Cuatro Nigromantes se acercaron al sarcofago y lo rodearon en círculo, dictaron un hechizo en un idioma que es imposible de pronunciar por la lengua humana. La tapa del sarcofago voló por los aires con gran furia, para terminar aplastando a mí compañero hasta matarlo.



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En el texto hay: fantasia, mundo magico, aventura

Editado: 07.06.2023

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