Punto de vista de Vanko.
"Mí vida ahora parece tener sentido, después de mucho esperar por fin empiezo a comprender todo lo que me está pasando. La profecía de los antiguos elfos es la razón de todo."
–Así es, no hay nadie en este mundo que no sepa de la profecía, pero es tan poco detallista que nadie podría saber con exactitud la fecha o el lugar exacto en que ocurrirían los hechos. Incluso la gente empieza a dudar de su verdad.–
"Mucha gente cree que no son más que escritos elaborados por alguien que sufrió la antigua guerra, un loco tal vez"
–Pero yo tuve algo que ni el rey mismo tenía, una vidente descendiente de las antiguas familias, enviada directamente hacia mí para avisarme del nacimiento del elegido.–
"Te refieres a la medio elfa Mia".
–Así es. Ella aún era una novata, pero su poder para ver el futuro era impresionante.–
"¿Ella te dijo que yo sería el héroe que salvará al mundo?".
–No, las visiones de Mía están ligadas a las personas. No puede ver el destino de quienes aún no han nacido. Ella solo me dijo sobre mí muerte corporal, el resto no fue tan difícil de deducir.–
"¡Haa, me duele la cabeza!."
–Ya hemos hablado mucho tiempo, tu mente ya no lo tolera.–
"Espera, solo una pregunta más".
–No hay tiempo, aprovecharé la oportunidad para dejar algunos conocimientos extra en tu mente. He visto que tienes problemas para manejar tu magia elemental, con los conocimientos que te daré espero que puedas dominar los elementos sin problema. Nos veremos pronto hijo.–
"¡Espera, aún no!"
Siento como mí cuerpo se llena de energía y empiezo a recuperar mí movilidad, mis ojos aún nublados empiezan a formar imágenes.
Estoy en mí cuarto, tendido en el suelo, allí está el escudo de Ael. Esa armar que sirve para proteger mí vida casi me arranca la misma alma.
Supongo que esto es una lección, a partir de ahora debo tener más cuidado con la magia que invoco.
La sangre en el suelo aún está fresca, el tiempo debe haberse detenido como la última vez. Parece que Ael no solo corto mí enlace con el escudo, también me dio algo de poder para curarme. Si él no hubiera despertado en ese momento, mí vida hubiera sido muy breve.
Los nuevos conocimientos que me heredó Ael son muy interesantes, hasta ahora no entendía bien eso de tener que abrir puertas para poder despertar mí magia elemental. En resumen, las puertas son inhibidores naturales para evitar el uso de magia accidental.
Por ejemplo, si un niño pequeño usará magia de fuego, podría terminar quemándose así mismo o a quienes tenga a su alrededor.
Para poder abrir las puertas elementales, solo debo aprender a limitar la cantidad de poder que sale de mí.
Junto las palmas de mis manos y empiezo a liberar algo de maná para formar una esfera de energía. Debo sentir la magia corriendo dentro de mí, entender los caminos que recorre dentro de mí cuerpo. La magia proviene de mí propia alma y recorre mí cuerpo como ríos que fluyen de acuerdo a mí voluntad.
Solo debo canalizarlo para asegurarme que no se desborde y reabsorber la magia sobrante para evitar lo que pasó la última vez. creando un camino de ida y otro de vuelta puedo mantener regulada la cantidad de maná y así evitar que mí poder explote y destruya todo a su paso.
Redirijo maná a mis manos y luego lo regreso a mí alma una y otra vez para acostumbrarme al flujo. Ahora me concentro en el elemento del agua, el más apto para mí. Haciendo ir y venir el maná hace que mí alma empiece a abrir las puertas elementales.
Esto es muy agotador, creo que debí descansar un poco antes de empezar a hacer esto.
"¿Agua?"
Estás parecen ser gotas de agua, será mejor que tenga cuidado si no quiero dormir en una cama mojada, solo me concentraré en abrir la puerta elemental del agua. Deberé practicar constantemente hasta que la puerta se abra antes de arriesgarme a usar cualquier magia elemental.
Por el momento dejaré mí entrenamiento aquí, he logrado un avance importante y siento que muy pronto podré abrir la primera puerta.
Miro la mancha de sangre en el suelo con extrañeza.
"Será mejor que limpie esto antes que lo vea mí madre…"
–Vanko, hora de cenar. Hoy hice estofado de papas–
Rápidamente tiró una sábana para tapar la sangre.
"Ho, qué bueno. Moria de hambre, iré enseguida."
Mí madre ingresa y rápidamente empieza a inspeccionar mí habitación.
–¿Qué me estás ocultando?–
"Pero ¿De qué hablas?"
–Jamás te gustaron mis estofados de papas.–
"Es que, yo… puedo explicarlo"
–Mira todo este desorden.–
"¿Desorden?".
–¿Acaso creíste que no me daría cuenta?, Cuando termines de comer vendrás a limpiar este lugar hasta que brille.–
(Cara de derrotado)