Ael, la profecía de un héroe

Día de compras.

Punto de vista de la adorable Sheila.

Poción de resistencia al fuego de nivel 1, con esta poción no tendrás que preocuparte por ningúna víbora de fuego púrpura. Aceite de daño gélido nivel 2, lanzarlo a cualquier escudo y/o armadura y luego dale un golpe para que esté se parta en mil pedazos. En el revés del frasco dice que también tiene el mismo efecto en ciertos caparazones.

Roca corazón de dragón. Tiene una nota escrita a mano. /No tocar, lo digo en serio/

"Deme una de estas"

–Una roca corazón de dragón. Bien, ¿qué más?. Espera, ¿Estás Segura?–

La cara del viejo vendedor cambió totalmente, pareciera que le tiene pánico a esta cosa.

"Si, tal vez debería llevar dos. Pero son muy costosas, tendré que conformarme con solo una".

–Bien, déjame envolverla para ti, solo no la agites tanto.–

"Pero si apenas la estoy tocando".

–¿Por qué nadie hace caso a mis letreros de advertencia?–

"Oh, ¿qué son estos?"

–Son cristales de maná.–

"No quieras engañarme, conozco perfectamente cómo son los cristales de maná y estos no se parecen en nada, ni siquiera son azules".

–Niña tonta, los azules son los cristales en bruto, no se comparan con la calidad de estos.–

"No lo sé, he vendido muchos cristales que obtuve en las mazmorras, pero nunca vi uno purificado. Estos son mucho más pequeños y rosáceos, no parecen poderosos".

–Increíble, una aventurera que jamás ha usado cristales de maná purificados, no puedo creerlo.–

"Los cristales comunes son muy fáciles de conseguir, pero estos valen una fortuna".

–Toma, te regalo uno. Estoy seguro que después que lo pruebes ya no querrás usar nunca más de los azules.–

"Bien, lo llevaré. Tal vez le encuentre utilidad".

–Puedo notar que hace tiempo que no haces una mazmorra. Tal vez necesites unas de estas.–

"Un mazo de cartas mágicas, es extraordinario. Oí hablar de ellas, son muy raras y poderosas, pero no creo poder pagarlas".

–No te preocupes, me las pagarás cuando regreses de tu incursión.–

"Tienes mucha fe en mí ¿Que te hace pensar que volveré?".

–Las cartas tienen una limitación de un solo uso cada una, si quieres usar todo su poder tendrás que traerme una lista de ingredientes que necesito para hacer mis pociones.–

"Bien, intentaré conseguir tus ingredientes" 

–No te preocupes, solo es una pequeña lista.–

El anciano sacó de sus ropas un pergamino y me lo dio, al sujetarlo en mis manos el pergamino se desenrolla hasta llegar a mis pies.

"¡¿A esto le llamas pequeña lista?!"

–No es tanto, solo está escrito en letra grande.–

"Pero que dices, la letra es tan pequeña que apenas la puedo leer. Uff, está bien, veré qué puedo hacer. Al fin y al cabo no son cosas imposibles de conseguir".

–Sabía que no te negarias.–

"Puedo hacerte una consulta anciano, ¿Que sabes de pociones para modificar el color del pelo?".

–Ya me preguntaba cuando me pedirías eso, muchas elfas no sé sienten a gusto con su cabello liso y grisáceo.–

"No es que no me guste, solo que es tan común. Necesito algo que me diferencie de los demás".

–No se diga más, tengo el remedio perfecto.–

El anciano sacó una caja llena de pequeños frascos de abajo de su escritorio y comenzó a revisarlos. Parece haber de todos los colores, incluso había uno que cambiaba de color a cada rato.

–Prueba con este.–

"Rubio, no gracias. No quiero parecer una humana".

–Oh, entiendo.

Continúa revolviendo frascos hasta encontrar otro.

–Este entonces, no es elfo ni humano y además le dará algunas ondulaciones a tu cabello.–

"Me parece perfecto, me lo llevo".

Yrila y Vanko ya deben haber terminado con lo suyo, será mejor que me apure.

"Muchas gracias, nos veremos pronto".

-

Me pregunto cómo le habrá ido en la prueba, estoy segura que es un chico muy valiente, no creo que se asuste tan fácil. 

Oh, ahí están. 

"Veo que traes contigo la pulsera de cuero, eso significa que ha aceptado las condiciones para entrar a la mazmorra".

"He, ¿quien eres tu?, ¿Sheila?, ¿Que le paso a tu cabello?"

–Veo que lo has notado niño, solo me hice un pequeño retoque.–

"Pequeño, casi no te reconozco".

–A Sheila siempre le gusta llamar la atención, pero en serio, celeste. No había un color más natural.–

"No me molestes Yrila, se que solo estás celosa de mí hermoso cabello".

–Ni un poco.–



#5988 en Fantasía
#1247 en Magia

En el texto hay: fantasia, mundo magico, aventura

Editado: 07.06.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.