Ael, la profecía de un héroe

Los muertos no tan muertos.

Punto de vista de Vanko.

Caminamos despacio sin hacer ningún sonido, mantenemos nuestros sentidos al máximo, el líder ko-en-li y Astrix, tienen sus falcatas desenfundadas, los mangos de las mismas están adornadas con la figura de un dragón de color jade.

Tocó una de las piedras de mí brazalete para hacer aparecer mí espada, Yrila baña nuestras armas con un aceite que otorga daño gélido.

A cada paso nuestras armas subliman un vapor blanco congelante. Con cada ataque mí espada generará un corte y una parálisis alrededor del área alcanzada.

–!Deténganse¡.–

La orden del líder nos paraliza en el lugar, seguido de un largo silencio a la espera de la siguiente orden.

Sheila arma su arco, listo para el ataque. Sus flechas están bañadas en el mismo aceite. Los esclavos forman un círculo alrededor de las alforjas con las provisiones.

Utilizando las habilidades que heredé de Ael, intento sentir la presencia del enemigo. Me concentro en toda el área intentando sentir alguna presencia de maná. Miro a lo lejos y no logro sentir nada, miro al techo y las paredes, tampoco parece haber nada extraño. Miro al único lugar donde creí que nada podría haber.

Una sombra se desliza por debajo de nuestros pies. No, no solo es una, hay varias sombras que pasar por debajo nuestro. Parece que nadie puede verlas.

"¡Están bajo nuestros pies!"

Giro rápidamente mí espada y la entierro contra el suelo. Suena un grito aterrador que parece no venir de ningún lado, hace retumbar toda la cueva. Realizó un rolido en el suelo para escapar de la sombra. Una mano putrefacta emerge de la misma intentando capturar mí pierna.

Sheila rápidamente atina una flecha contra el brazo que salía del suelo, el frío se expande rápidamente dándole un color blanco escarchado.

Los brazos empezaron a salir no solo debajo de nuestros pies, sino por toda la cueva. La advertencia del líder no se hace esperar

–No dejen que sus dientes los toquen.–

Las criaturas van asomando sus cabezas casi esqueléticas, apenas sus ojos y algo de cabello y carne podrida recubrian sus cráneos. La falta de labios dejaba todos sus dientes a la vista. Sus torsos, tenían sectores en donde se podía ver a través de sus costillas, parecían cadáveres vivientes.

El olor putrefacto invade el lugar, provocandonos náuseas y algunas arcadas. Solo el líder parece inmutable a las condiciones ambientales. Haciendo girar sus espadas a una gran velocidad, empieza a mutilar a toda criatura que se cruza en su camino. A sus espaldas Astrix, también armado con falcatas, se mueve en perfecta sintonía con el líder.

Los esclavos sacan escudos y forman una barrera para retener a las criaturas. Mientras por detrás las ataco con mí espada.

Sheila con su arco protege mí espalda de cualquier criatura que me ataque. Yrila revienta la cabeza de uno que trepaba por su pierna de un puñetazo y parte a otro a la mitad con su espada.

No son criaturas habilidosas, pero algunos de ellos están bien armados.

–Car-neee, Car-neee–

"¿También pueden hablar?".

–Hambrree, tengo hambreee–

Se abalanzan sobre nosotros intentando mordernos, parecen interminables mientras más matamos, más de ellos aparecen.

Incluso sus extremidades cercenadas continúan moviéndose a pesar de estar congeladas, parece que el efecto no dura mucho en ellos.

Aquellos a los que les destruyen la cabeza caen al piso y desaparecen. Parece que esa es la forma de derrotarlos. Cambio mí modalidad de ataque, ahora solo atacó con estocadas a la cabeza.

Albion el más anciano de nosotros se detiene a meditar.

–Líder, creo que ya he matado más de una vez a cada criatura.–

–¿Cuál es tu conclusión?–

–Un hechizo trampa, es lo más seguro.–

–Lo imaginé, no dejarán de revivir hasta que se acabe el poder que los creó.–

–Eso podría demorar minutos o tal vez horas, nunca se sabe, debemos encontrar la fuente de su poder antes que acaben con nosotros.–

–Eso suena más fácil de lo que parece, ¿Cómo encontraremos la fuente mientras intentan asesinarnos?–

¿La fuente de su poder? Eso quiere decir que no es más que un simple hechizo de invocación. 

El emblema que me dio Noa (El que protege contra ilusiones) brilla sobre mí mano revelando el dibujo de un ojo. Técnicamente, su poder revela lo que mis ojos no pueden ver. Ya entiendo, por eso yo era el único que podía ver las sombras en el suelo.

Los conocimientos de Ael inundan mí mente brindándome información detallada de cómo usar este nuevo emblema.

Coloco mí mano frente a mí ojo derecho y activo su habilidad especial "visión verdadera".

Una luz brilla al final de la cueva, una silueta que hasta ahora había estado invisible ante nuestros ojos se revela ante mí.

"¡Te encontré!, Sheila protege a los esclavos, ya sé cómo derrotarlos."

–Espera Vanko, ¿Que intentas hacer?–



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En el texto hay: fantasia, mundo magico, aventura

Editado: 07.06.2023

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