Ael, la profecía de un héroe

Visita al sanador.

Punto de vista de la adorable Sheila.

Nos encontramos en la central de los aventureros. Caminé por un largo y silencioso pasillo para encontrarme con un sanador superior, tengo órganos dañados que requieren atención inmediata.

Aún no puedo creer que me haya descuidado de esa manera, fue en error muy tonto, debí anticiparme.

Atravieso unas cortinas y me encuentro con un cuarto lleno de aventureros heridos esperando a ser atendidos. Algunos de ellos tienen heridas bastante graves, incluso miembros amputados.

Un hombre bastante robusto entra con una flecha clavada en el pecho. Los ayudantes del mago sanador, completamente vestidos de blanco, lo llevan de inmediato para iniciar las curaciones.

–¡Traiganlo rápido, no tenemos mucho tiempo!.–

Luego de unos minutos, una luz blanca muy intensa sale del cuarto del sanador. Los gritos de agonía retumban en toda la sala.

El piso de mármol ha quedado lleno de la sangre de aquel hombre, me pregunto si serán capaces de salvarle la vida.

–¡Agarrenlo con fuerza, hay que sacar la flecha para poder sanarlo!.–

–¡Tocas esa flecha y juro que…¡Aaghh! ¡Hijo de…!

–¡Quédate quieto, ya casi sale!–

–¡Los mataré, los mataré a todos! ¡Aaghhh!–

–¡Ya la tengo, hay que cerrar la herida!. ¡Traigan las pociones y las vendas!.–

–¡No para de moverse, así no podremos cerrar su herida!–

–!Dale con el garrote en la cabeza, eso lo calmara¡–

Ante la vista de todos los pacientes, sale volando por los aires a través de las cortinas, uno de los ayudantes, estrellando su espada contra una biblioteca llena de libros de medicina. En su mano tiene una especie de garrote de madera que usaría para noquearlo.

Parece que las técnicas de este lugar aún es muy anticuada, normalmente usarían una pócima para dejarlo inconsciente antes de sacarle la flecha.

Bien, qué más da. Me acerque a un escritorio donde una mujer regordeta de anteojos me recibe.

(Levantando el dedo índice con una sonrisa muy alegre)

"Me da un turno por favor".

La secretaria con un rostro de engreída me mira de pies a cabeza.

–Bien, tú serás la siguiente.–

"¿Cómo?, Si aquí hay gente esperando desde hace mucho tiempo".

–El maestro Polio es el único sanador superior de este mugroso pueblo, por esa razón puede tomarse el lujo de seleccionar a quien atiende primero. Si tienes alguna objeción, puedes irte a otro lado.–

Mire a mí alrededor y noté un cartel pegado al costado de la entrada que decía, "Chicas bonitas con prioridad, atentamente maestro Polio". También tiene el dibujo de una carita tirando un beso, este sujeto debe ser un verdadero pervertido.

La mujer levanta de su escritorio una extraña joya con un enorme cristal verde en su centro el cual coloca en su ojo derecho como si fuera un monóculo.

–Mmmh, no creo que llegues muy lejos con esas heridas.–

"En serio puedes ver qué tan mal estoy con solo verme con ese cristal".

–No es un artilugio ordinario, con el hasta puedo ver el daño que recibió tu alma.–

"¿Mí alma también está herida?"

–Así es, el alma refleja todo el daño que recibe tu cuerpo y la tuya está tan débil como la del hombre que entró recién con esa flecha clavada en el pecho.–

"La sanadora que nos acompañó hizo todo lo que pudo para curarme, pero la herida era enorme".

–Si, pude notarlo. Tu carne sanó, pero no pudo reparar bien los órganos internos. Solo detuvo el sangrado para evitar que murieras, pero tus órganos ya no cumplen la función para los que fueron hechos. Si no son restaurados adecuadamente, no vivirás demasiado.–

"¿Cree que pueda sanarme?"

–Solo puedo decirte, que he visto gente entrar ahí en pedazos y salir caminando a los pocos minutos, como si nada le hubiera pasado.–

"Debe ser un mago excepcional".

–¡Siguiente!.–

El hombre que había ingresado mal herido hace apenas unos minutos, sale caminando como si nada le hubiera pasado. Su herida está curada por completo, si no fuera por el agujero en su ropa, nadie creería que hace un momento tenía una flecha que lo atravesaba.

"Bien, supongo que es mí turno".

Me acerqué algo temerosa a la sala del sanador, nunca me gustó mucho estos lugares. Varias veces escuché que en lugares como este, secuestran personas para luego hacer experimentos. Aunque también he escuchado que hay personas que entran por un simple dolor estomacal y esa misma tarde lo están sepultando.

–Adelante.–

Es un anciano de larga barba, no se parece en nada al pervertido que esperaba encontrar.

"Maestro Polio, es un placer conocerlo".

–Lo siento muchacha, pero te confundes. El gran maestro fue a tomar un refrigerio estará aquí en unos minutos.



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En el texto hay: fantasia, mundo magico, aventura

Editado: 07.06.2023

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