Punto de vista del rey enano Durtor.
Sentado en mí trono acicalando las trenzas de mí barba, espero la llegada de mí hermano Malvul. Ese maldito canalla lleva meses desaparecido, antes solo lo hacía para irse con alguna zorra, pero ahora cada vez que pierdo contacto con él, solo significan problemas.
"¿Por qué demora tanto?".
Mí mensajero, un anciano decrépito con menos pelos en su cabeza que en el resto del cuerpo, retira la mirada de su libro y acomodando sus anteojos me responde.
–Tal vez esté ebrio por ahí o con alguna zorra, cómo de costumbre.–
"Mis informantes perdieron su rastro hace meses, parece que está usando magia para ocultar sus pasos".
–Espero que eso no signifique tener que vaciar las arcas del tesoro real nuevamente, para tapar alguna de sus fechorías.–
Las enormes puertas de acero se abren, un vocero se acerca, golpea su pecho con su puño cerrado como una reverencia.
"¡Habla!".
–Mi señor, su hermano Malvul acaba de llegar.–
"¿Y por qué estoy hablando contigo?, hazlo entrar ahora mismo".
–He, es que… bueno.–
"Ordene específicamente que apenas llegara, fuera traído aquí de inmediato. ¿Dónde está?".
El vocero pone la voz temblorosa y coloca sus manos como si estuviera por defenderse de algún ataque.
–Dijo que se encontraba muy cansado y prefirió primero pasar a tomar un refrigerio.–
"Hijo de p***, le di una orden directa y prefirió irse a un burdel a embriagarse antes de cruzarse conmigo".
Me levanto del trono y junto a mí guardia especial, me dirijo rápidamente al único lugar donde podría estar. Ese mugroso y barato burdel donde todos los enanos del reino suelen perder su tiempo.
-
Al llegar al antro, hago volar la puerta con un impulso de poder mágico.
"¿Dónde está ese canalla? Lo quiero ante mí ahora mismo".
Los enanos borrachos se alborotan y salen corriendo ante mí sola presencia, las esclavas desnudas corren despavoridas por todo el lugar.
Recorrí los pasillos haciendo volar las puertas de las habitaciones una por una. Solo encontré más enanos temiendo por sus miserables vidas y muchas más esclavas desnudas.
Llegando a la última puerta encuentro lo que estaba buscando. Una enorme cama llena de esclavas elfas jugueteando con… ese asqueroso y peludo enano que se hace llamar mí hermano.
–Majestad, tanto tiempo sin verlo.–
"¿Qué demonios estás haciendo?"
–Cerveza y una cama llena de p**** desnudas, acaso debo hacerte un dibujo.–
"Sabes que no me refiero a eso".
–Ya, relájate. Se te ve muy tenso. Aprovecha y únete a la fiesta, no encontrarás otras bellezas como estás en todo el reino–
"Déjenme solo con él".
–Espera, apenas las estoy conociendo.–
"¡LARGO!"
Las elfas escapan de la habitación al oír mí orden. Por debajo de las sábanas escurre una enana pelirroja de la cual aún no me había percatado.
–No te lleves mí cerveza, maldita p***.–
La enana alza un pequeño barril en su hombro y huye de la habitación.
–Maldita zorra.–
"¿Terminaste de jugar?. Ahora dime ¿Dónde has estado, maldito infeliz?"
–Por ahí, por allá. Ya me conoces, solo fui a conocer mujeres a otras tierras.–
"¡No me tomes por idiota!".
Tomé mí hacha y la clave ferozmente en la cabecera de la cama a centímetros de su cabeza.
–Hey, tranquilo. Recuerda que soy tu querido hermano y el segundo al trono.–
"Deja de jugar y habla. ¿Qué diablos estuviste haciendo todo este tiempo?".
–Solo hice lo que nuestro pueblo está reclamando hace mucho tiempo. Intentar recuperar algo de nuestro orgullo.–
"¿Declarándole la guerra al rey humano Caspian?". Acaso eres idiota, no tenemos el poder para enfrentar su imperio, nos aplastarán cómo a insectos".
–Tranquilo, sé lo que hago.–
"No, no lo sabes. Por eso nuestro padre me eligió a mí como su sucesor, tú no eres apto para llevar el peso de la corona".
–Solo te eligió a ti por ser el primogénito, no por ser mejor que yo.–
"Tu, no sabes nada".
–No hermano, tu eres el que no comprende. He encontrado una oportunidad para desafiar a Caspian y a sus invencibles ejércitos.–
"Cierra la p*** boca. Si solo se llegará a correr el rumor de que intentas un levantamiento contra el rey nos harán matar como ganado".
–No hay que tener miedo, ya no. Con mí plan…–
"No quiero escuchar tu ridículo plan. La última vez que intentaste una alianza en secreto con los Orcos".