Capítulo 12: Bromas y Risas en Iskanara
La tarde se deslizaba lentamente sobre Iskanara, con el sol reflejándose suavemente en las aguas del océano. Aunque la tensión entre los Väelith y los Arthea persistía, algo peculiar ocurría en aquel rincón de la costa. Varion y Kaelis, dos almas completamente opuestas, se encontraban juntos, riendo y haciendo bromas, lo cual era un fenómeno raro. La mayoría de las veces, Kaelis estaba metida en algún tipo de conflicto, ya fuera con los Väelith o con las normas de Iskanara, mientras que Varion solía tomarse la vida de una manera mucho más relajada, pero hoy, ambos parecían disfrutar de un respiro.
"¡Vamos, Kaelis! ¿De verdad crees que eso podría asustar a alguien?", dijo Varion, soltando una carcajada mientras sostenía una piedra pequeña en la mano, que había recogido del suelo.
Kaelis, que estaba a su lado, se dio vuelta y, con una sonrisa traviesa, respondió: "¿Quién dice que iba a asustar? Solo quería ver tu cara cuando te la lanzara a la cabeza."
Varion levantó las manos en un gesto exagerado de falsa alarma. "¿Y qué? ¿Esperabas que me cayera desmayado al suelo? Lo que pasa es que no estás tan acostumbrada a que las bromas sean tan... suaves."
Kaelis se cruzó de brazos, haciendo una mueca mientras observaba a Varion con una mezcla de diversión y burla. "Te crees gracioso, ¿eh? Pero ya verás cuando te toque a ti. No me detendré hasta que caigas en mi trampa."
Varion dio un paso atrás, levantando ambas cejas con falsa preocupación. "¿De verdad crees que podrías atraparme? Si algo te he enseñado, Kaelis, es que soy mucho más rápido de lo que parezco. ¡Te sorprendería lo ágil que soy!"
Kaelis se quedó pensativa por un momento antes de sonreír con astucia. "¿Ah sí? Entonces, ¿por qué no me demuestras lo ágil que eres ahora? Estoy esperando."
Varion, sin pensarlo dos veces, comenzó a correr hacia la orilla, solo para frenar bruscamente a medio camino, mirando atrás con una sonrisa de satisfacción. "¡Te gané, Kaelis! ¡Te dije que soy más rápido de lo que parezco!"
Kaelis, irritada pero divertida, lo siguió rápidamente, corriendo hasta alcanzarlo con facilidad. "¿Ves? Aquí va tu lección de humildad, Varion."
Ambos se detuvieron en la orilla, riendo sin poder contenerse. Había algo en la forma en que sus bromas fluían tan naturalmente que era difícil imaginar que alguna vez hubieran sido enemigos. La tensión de la guerra y las viejas disputas entre los Väelith y los Arthea parecían desvanecerse mientras se divertían.
"¿Te das cuenta de lo ridículo que es todo esto?", dijo Varion mientras se sentaba en la arena, todavía sonriendo. "Un momento, estamos riendo como si no importara nada, y al siguiente, nos estamos enfrentando como si nuestras vidas dependieran de ello."
Kaelis se dejó caer a su lado, mirando las olas que se estrellaban suavemente contra la orilla. "Sí, lo sé", respondió con un suspiro. "Es raro. Me molesta que todo esto esté pasando, pero a veces... es bueno reírse. Aunque no deberíamos, ¿verdad?"
Varion se encogió de hombros. "¿Por qué no? Todos necesitamos un descanso de la tensión constante. Es como si, por un momento, pudiéramos olvidarnos de todo el drama y ser solo... nosotros."
"Nosotros", repitió Kaelis con una pequeña sonrisa. "Nunca pensé que diría eso, pero en este momento, siento lo mismo."
Varion se levantó de la arena con energía renovada y le tendió una mano a Kaelis. "Entonces, ¿qué me dices? ¿Una revancha?"
Kaelis miró la mano de Varion por un momento antes de tomarla y levantarse. "¿Revancha? Solo si prometes que esta vez, no vas a correr."
Ambos se miraron, sus sonrisas cómplices mostrando lo que, de alguna manera, era un entendimiento mutuo. Sin decir una palabra más, comenzaron a caminar por la orilla, dejándose llevar por la suave brisa marina.
"Sabes", comentó Kaelis mientras se inclinaba para recoger una concha que había encontrado en la arena, "me pregunto cuánto tiempo más pasará hasta que todos se den cuenta de que no somos tan diferentes después de todo."
Varion la observó durante un segundo, algo pensativo. "No lo sé, pero... tal vez eso sea lo que hace falta. Tal vez todos necesitamos aprender a reír más, a dejar de lado tanto odio y resentimiento."
"¿Crees que lo harán algún día?" Kaelis preguntó, mirando el horizonte.
Varion suspiró. "No estoy seguro, pero no podemos esperar a que lo hagan. Si nos quedamos esperando, nunca ocurrirá. Tal vez sea más fácil empezar con pequeños pasos, como este."
"Sí", dijo Kaelis, asintiendo lentamente. "Pequeños pasos."
De repente, Varion se detuvo y señaló hacia el agua. "¡Ah, mira! ¡Un delfín!"
Kaelis se giró rápidamente, y ambos quedaron en silencio por un momento, observando cómo el delfín saltaba y nadaba cerca de la orilla. Era un espectáculo hermoso, y por un breve instante, todo lo demás parecía desvanecerse.
"Es impresionante", murmuró Kaelis, sin poder evitar una sonrisa.
Varion asintió, su expresión más tranquila de lo habitual. "A veces, la belleza está en las cosas más simples, ¿verdad?"
"Sí, y a veces, también lo está en las personas", dijo Kaelis, con un toque de sinceridad que rara vez mostraba.
Ambos se quedaron allí durante unos minutos más, disfrutando del momento, hasta que Kaelis, de repente, rompió el silencio con una risa. "Bueno, Varion, supongo que he tenido suficiente de tu compañía por hoy. ¡Me voy antes de que me sigas retando otra vez!"
Varion, con una sonrisa pícara, la vio alejarse. "No tan rápido, Kaelis. ¡Nos vemos pronto! ¡La revancha no ha terminado!"
Y así, en ese instante, algo que parecía tan complicado y lleno de odio, se transformaba en una extraña pero genuina amistad. Una amistad que, quizás, podría ser el primer paso hacia algo mucho más grande para todos los involucrados.