Capítulo 19: Propuesta Bajo la Luna - El Vínculo de los Pueblos
La luna llena iluminaba el cielo despejado de Iskanara, reflejando su luz plateada sobre las aguas tranquilas del océano. La brisa nocturna acariciaba suavemente las mejillas de Siria, quien estaba de pie en la cima de una colina, observando el horizonte. La ceremonia con los Ithara y los Erysha había sido un éxito, un paso simbólico hacia la unificación de los dos pueblos, pero algo en su interior sentía que el momento histórico aún no había llegado a su clímax.
Calyon se acercó en silencio, su figura destacándose en la penumbra. A pesar de la altura de la montaña, el viento no parecía ser un obstáculo para él, su presencia siempre serena, como el mar que había conocido toda su vida. Con una mirada fija en Siria, parecía que las palabras que había estado guardando durante días finalmente encontrarían su espacio.
"Siria", comenzó, su voz grave cortando la quietud de la noche, "he estado reflexionando sobre nuestra alianza... y creo que, para consolidar la unión de nuestros pueblos, sería apropiado hacer un paso más."
Siria giró lentamente hacia él, sus ojos ámbar brillando bajo la luz de la luna. La forma en que Calyon hablaba no era nueva para ella, ya que siempre había mantenido una distancia emocional, especialmente después de las tensiones previas. Sin embargo, había algo en su tono esta noche que hizo que su corazón latiera un poco más rápido. Había algo detrás de sus palabras, algo que no estaba completamente claro.
"¿Un paso más?" repitió Siria, inclinando ligeramente la cabeza. "¿Qué quieres decir exactamente, Calyon?"
Él dio un paso hacia ella, su postura orgullosa, pero con algo de vulnerabilidad en su mirada. "Te estoy ofreciendo mi mano en matrimonio, Siria. Como parte de nuestra alianza. Así, nuestros pueblos quedarán unidos de forma aún más sólida."
Las palabras flotaron en el aire, y Siria lo miró fijamente, sin dar señales de sorpresa. El silencio entre ambos creció denso, pero era una calma tensa, como el murmullo del océano antes de una tormenta.
Siria sabía lo que había detrás de sus palabras. Sabía que para Calyon, la propuesta era un acto político, una necesidad para asegurar la estabilidad entre los Väelith y los Arthea. Pero también había algo en su mirada, algo que había estado escondido durante tanto tiempo, que no podía ignorar.
"No me engañes, Calyon," dijo Siria, con un tono suave pero firme. "Sé lo que significa esta propuesta. Sé que es por la unión de nuestros pueblos, pero también sé que hay algo más."
El silencio se alargó, y Calyon la miró sin apartar la vista. La intensidad de la luna reflejada en su rostro resaltaba sus ojos azules profundos, que brillaban con una mezcla de confusión y determinación. Siria había visto ese brillo antes, en los momentos más honestos entre ellos, y lo conocía bien. Sabía que Calyon no solo estaba cumpliendo con una obligación.
Calyon suspiró, como si las palabras que a punto de decirse fueran difíciles de pronunciar. "Es cierto... No es solo por la alianza." Se acercó un paso más. "Desde que comenzamos a trabajar juntos, desde que luchamos codo a codo contra los Threx, he empezado a ver las cosas de otra manera. Mi... mi respeto por ti ha crecido, Siria. No solo como líder, sino como persona."
Siria tragó saliva, sintiendo una oleada de emociones que había intentado suprimir durante tanto tiempo. Había algo en Calyon que la desarmaba, algo en su forma de hablar, en su honestidad cruda que desbordaba todo lo que ella había esperado. Sin embargo, ella sabía que no podía dejarse llevar por la marea de sus sentimientos, al menos no todavía.
"¿Entonces estás diciendo que esto no es solo por los pueblos? Que esto... es lo que realmente sientes?" Siria preguntó, con el corazón acelerado, sus ojos fijos en él. Sabía que estaba arriesgando la seguridad emocional que tanto había protegido, pero su alma pedía respuestas.
Calyon no dudó, aunque sus ojos brillaron con una vulnerabilidad que rara vez mostraba. "Sí, Siria. Es lo que siento. Pero también sé que, como líder de los Väelith, mi propuesta tiene un significado mucho mayor. Estoy ofreciendo mi mano no solo como una forma de unirnos, sino como una forma de asegurar que, juntos, nuestros pueblos prosperen. Pero... no puedo negar lo que hay en mi corazón."
El aire entre ellos estaba cargado de tensión, y el sonido del viento parecía volverse más suave a medida que las palabras se asentaban en sus corazones. Siria lo miró, los ojos entrecerrados. Estaba lejos de ser ingenua, y su fuerte voluntad siempre la había llevado a desconfiar de las intenciones ajenas. Pero algo en Calyon, en su sinceridad, comenzó a romper las barreras que ella misma había levantado con tanto cuidado.
"Entonces, ¿es un matrimonio por amor o por deber?" preguntó ella, sin poder evitar la ironía en su voz.
Calyon dio un paso más cerca, alcanzando la distancia que los separaba. "Es... un matrimonio por ambos motivos. Pero, sobre todo, porque te respeto, Siria. Porque en todo este tiempo, has demostrado ser mucho más que una aliada. Eres una líder, y en ti he visto algo que nunca imaginé encontrar."
Siria respiró profundamente, su pecho se alzó con la carga de una emoción que aún no podía procesar completamente. La propuesta de matrimonio era más que un simple acto político, y algo en su corazón comenzaba a aceptar que Calyon realmente la veía más allá de su papel como la líder de los Arthea.