El camino se me hizo eterno, y nunca mejor dicho.
Estaba justo en el asiento de en medio y al menos ver la carretera me entretenía, ver el paisaje pasar de una manera veloz me relajaba por completo. Owen estaba hablando con Dan mientras West estaba realmente callado a mi lado, ni siquiera habíamos intercambiado palabras cuando me subí al coche y me senté junto a él, aunque estaba agradecida de no tener que hablar mucho con ellos, prefería una noche tranquila. De repente comenzó a sonar en el coche "Night Changes" y todo se volvió menos tenso por mi parte, esta canción siempre me había gustado y me relajaba por completo con esa melodía.
Mi mirada se posó en Owen inevitablemente, estaba sonriendo de algo que había soltado Dan y me detuve a observar detenidamente. Sus facciones eran prácticamente perfectas, esas pecas por encima de la nariz que adornaban de una manera especial su rostro eran como las pequeñas estrellas que alumbran la noche oscura, sus ojos eran del color del cielo cuando está nublado, ese que está cuando parece que todo va a llover y torcerse de una manera inesperada. Esa sonrisa que se arqueaba de una manera perfecta... Entendía a aquellas chicas que estaban coladitas por él porque realmente era muy atractivo, además tenía un cuerpo atlético y tonificado. Pero supongo que el físico al fin y al cabo no lo es todo. Yo nunca podría estar con alguien por simplemente como se ve, por su apariencia física. Yo me dejo llevar por lo que esa persona me hace sentir, por lo que me transmite cuando estoy con ella. Que me haga sentir diferente. Que mi mundo se paralizase por completo cuando estoy junto a esa persona…
No sé en qué momento me quedé absorta en su sonrisa, creo que fue la canción que me atrapó de alguna manera y aún no sé por qué sonreí. Pero lo hice, ese era el problema. Sabía que este chico era un problema en mayúsculas, pero tampoco podía esconder que de alguna manera u otra me llamaba la atención. Tenía algo que me atraía hacia él, como si esperase que cambiara su forma de ser. Pero no lo haría, él es imbécil y eso nunca va a cambiar. A veces era asqueroso. Entre ellos tres tienen como meta enrollarse con el máximo de tías posibles del instituto, sí, son repugnantes. Por eso este acercamiento no me gustó desde un principio, sabía que esto solo era un juego para Dan y aunque para mi mejor amiga también lo era me daba miedo que saliera lastimada de todo esto. Porque todo lo que ellos tres tocaban lo destrozaban por completo. Como si tuviesen una mano negra que marchitaba todo a su alrededor.
El camino fue silencioso casi por completo, eso sí, sin dejar atrás las tonterías que soltaban de vez en cuando, de eso no escatimaban ninguno de los tres.
—¿Cuál es tu objetivo de hoy West?—soltó Owen rompiendo el silencio por completo.
—Shade Grown. Lista, guapa y unas curvas que incluso podrías surfear en ellas—insinuó.
¿Esto era en serio? ¿Acaso examinaban a las chicas antes de todo? ¿Como una especie de presa a la que cazar? Estos chicos conseguían impresionarme cada vez más.
Gracias a dios por fin llegamos al restaurante, me bajé en cuanto el sonido del motor paró. Necesitaba respirar en aquel momento porque esta situación estaba pudiendo conmigo. Quería que esta noche acabara lo antes posible y ni siquiera había empezado. Esto iba a ser peor de lo que imaginé, y eso que ya me había imaginado lo peor.
Entramos en el restaurante y comencé a saludar a todos los trabajadores, como dije, es mi segunda casa. Nos sentamos en una mesa del fondo y le hice señas a Marlene para que se sentara conmigo, pero no me hizo caso. Ella se sentó al lado de Dan, incluso vi cómo le miraba con unos ojos brillantes y me quedé perpleja ante ello.
A veces creo que lo hace a propósito, lo de pasar de mí…tiene un don para ello.
Puse mi mejor cara, aunque sabía que parecía que estaba estreñida y me senté justo en la esquina, con la mala suerte de que Owen hizo lo mismo justo enfrente de mí. Premio doble. Estaba incómoda, no lo voy a negar, siempre tenía esa mirada tan…intensa y no paraba hasta que la otra persona apartase su mirada de él. Una especie de juego que te acababa atrapando, porque su mirada era tan intensa que difícilmente conseguías aguantar durante mucho tiempo.
Pedimos la cena y yo pedí el plato estrella, espaguetis a la carbonara con trufa. Simplemente exquisito. Nunca había probado algo tan delicioso en mi vida. Era como tocar el cielo a través del paladar. Mientras comía con mi cabeza apuntando el plato para no tener que observar cómo mi mejor amiga y Dan se tiraban los trastos, noté como si alguien estuviera mirándome fija e intensamente, me sentía vigilada y todo en mi cuerpo comenzó a ponerse tenso. Sentí como me ruborizaba cuando lentamente levantaba mi cabeza y le vi observándome detenidamente. Casi ni parpadeaba.
—¿Quieres un autógrafo?—dije borde y tajante.
El comenzó a arquear su boca con una sonrisa mientras apartaba la mirada hacia un lado y luego volvía hacia mí. Mi respiración se cortó cuando lo hizo.
—Me encantaría un autógrafo tuyo—dijo mientras me miraba fijamente—Veo que hoy estás espléndida. ¿De dónde has sacado tu ropa?¿es que te gusta salir en pijama a la calle?—soltó una carcajada mientras miraba a West y Dan que se reían junto a él.
Yo rodé mis ojos de nuevo y miré a Marlene con ganas de asesinarla por la escenita que estaba viviendo.
—Primero, a ver si aprendes a diferenciar entre un chandal y un pijama, y segundo, al menos yo no conjunto negro con azul marino. Es literalmente horrible—insinué.
¿A quién se le ocurriría combinar estos dos colores? Era una combinación abominable y monstruosa que con tan solo verla me sangraban los ojos.
Owen se quedó mirándome callado durante un rato revolviendo su lengua por el interior de su mejilla, no estaba acostumbrado a que alguien intentara quedar por encima de él y eso le ponía de los nervios. Por otro lado, Marlene y Dan ya estaban comenzando a ponerse un poco intensos, comenzaron con miradas y luego manitas por debajo de la mesa. Totalmente desagradable.