Aeternum

Capítulo 19

Alysa.

¿En quién piensas cuando miras a la luna? Una pregunta que me había tomado totalmente por sorpresa. Con un trasfondo mucho más complicado de lo que parece. La luna significa perfección, eternidad, algo mágico que la naturaleza es capaz de darnos, es ese privilegio ante los ojos de cualquiera que es capaz de hacernos sentir un placer visual. Es ese momento de oscuridad en el que realmente se ve esa luz capaz de iluminar todo haciendo que esta sea mágica, por tener esa capacidad de brillar por sí misma y alumbrar todo a su paso. Y por ser capaz de iluminar vidas que están inmersas en la oscuridad de la noche.

¿Cómo una pregunta tan simple puede ser tan complicada de responder?

—Pensaba en...—titubeé.

No sabía realmente qué decir, mi mente todavía era incapaz de procesar lo que Owen acababa de decirme. «yo no puedo dejar de pensar en ti ni un maldito segundo, manchitas...» Joder esto no podía estar pasando, Owen solo piensa en sí mismo, ¿cómo podía estar pensando en mí? Esto era una completa locura que me había tomado por sorpresa, él siempre va de flor en flor y nunca ha sido capaz de mantener una relación estable con ninguna chica, cada día estaba con una distinta así que esto debía de ser una tomadura de pelo. Seguro que es lo que les dice a todas...

Owen todavía con su cigarro en la mano me miraba esperando una respuesta que era incapaz de formular.

—A veces las palabras no son capaces de expresar lo que sientes, eh.

Yo me giré para poder observarle bien, cruzando mis brazos, indignada, más bien confusa. Sí esa era la palabra que describía perfectamente lo que estaba sintiendo, estaba realmente confusa. Me entendía, era capaz de entenderme y eso conseguía frustrarme. Tenía demasiada razón, las palabras dicen mucho, pero hay veces que ni siquiera pueden expresar eso que te tiene perdida, son incapaces de transmitir todo lo que necesitas explicar porque esos sentimientos no salen por palabras sino por sensaciones, o mi preferida, por silencios...

—¿Por qué? ¿Por qué me haces esto?—Dije casi a punto de volver a romperme, pero no podía, no podía hacerlo más porque necesitaba estar bien, por mi madre. Volver a derrumbarme ante él no sería una buena idea porque ya estaba lo suficientemente jodida como para volver a cometer el mismo error.

Él se acercó hacia mí y me agarró del mentón, luego pasó su índice por el nacimiento de mi pelo mirándome directamente a los ojos.

—Cariño, yo no determino lo que mi corazón siente—murmuró.

Sentí como una presión del pecho que me tenía atada se liberó al instante, miré sus ojos que brillaban por la luz de la luna y supe que decía la verdad, lo decía serio y seguro de sí mismo.

Emití un suspiro que llenó por completo todo mi cuerpo, porque sentí de nuevo esa conexión de la que tanto me costó escapar.

Mirar a sus ojos era como ver las estrellas a cualquier hora del día, y es que las pecas de su rostro completaban la galaxia.

—Las personas como tú no son capaces de sentir.

¿Trataba de engañarme? Puede ser, pero no quería ver la realidad que me rodeaba. Porque estar destruida me había enseñado a no confiar en nadie, porque cualquiera puede apuñalarte y Owen ya me lo había dejado más que claro.

—¿Personas como yo?—dijo arqueando una de sus cejas. Confuso.

—Egoístas—dicté seria, intentando controlar mi reacción instintiva hacia él. Porque era capaz de hacerme temblar.

Owen relamió sus labios sin dejar de mirarme fijamente.

—Si ser egoísta significa querer poder tenerte pues sí, soy un egoísta.

Esto me hizo suspirar. Mi corazón palpitaba fuerte e incluso llegué a pensar que saldría de mi pecho sin previo aviso. Bombeó tan fuerte que noté la sangre recorrer mis venas. Owen significaba volver al pasado y con él demasiados recuerdos. Porque dolía. No puedo negar que siempre estuve atraída por él, porque era el único que de verdad conseguía entenderme. Pero su presencia traía consigo años de dolor y de penumbra, estar junto a él significa tirarlo todo por la borda y sumergirme en unas aguas infinitas.

—Owen...—mi voz temblaba y ni siquiera pude seguir la frase porque era incapaz. Su cuerpo se pegó de nuevo al mío y me miró directamente a los labios sin decir nada y sonriendo de esa forma ladina tan característica de él al ver que no era capaz de hablar por su culpa. Porque era él el único capaz de dejarme sin palabras.

—Voy a besarte—dictó seguro.

—¿Qué?

Tragué grueso al oír lo que acababa de salir de sus labios. Él suspiró profundo agarrando mi rostro.

—Pues que voy a besarte, Alysa—murmuró justo antes de que sus labios se encontrasen con los míos formando una sintonía perfecta.

Cuando sus labios tocaron los míos supe que estaba jodida. Sus besos eran intensos y profundos tanto que eran adictivos y el roce de sus labios conseguía desatar una locura que creí que no existía en mi interior. Estaba claro, este chico era el único capaz de joder mi vida, pero, ¿y si estaba destinada a ser destruida por él? Cada beso, cada caricia era capaz de transportarme a cualquier lugar del mundo, conseguía nublarme la vista y traía consigo un sentimiento inigualable.

Owen se separó a escasos centímetros de mi boca con su respiración agitada y acarició mi rostro despacio mientras lo observaba detenidamente, analizando cada detalle de este.




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