Capítulo 3. Me gustas

Nunca habían sido lo suficientemente cercanos como para llamarse verdaderamente amigos, pero, el no obtener respuesta la molestaba un poquito, pero no del sentido de por ello enfurecer, no, era más profundo, algo en el pecho le molestaba, así que, el último día de clases tan solo horas antes de la graduación llego a la mansión con la única idea de hablar con él. Algo totalmente imposible al escuchar de voz de Sophia que Logan ni siquiera se encontraba en el país. 

— ¿Pero ¿cómo? — Pregunto ella con un tono de desconcierto al escuchar tal noticia. 

— Solo lo decidió, dijo que ya había solucionado tu problema — Eso era, él tan solo se había desecho de ella, total solo era la nieta de la amiga de su abuela a la cual tenía que ayudar — Cariño, espero que ahora te encuentres bien — ¿Cómo lo iba a estar? Si la había dejado confundida, llena de dudas, las cuales habían comenzado a hacer estragos en todo su ser, para al final darse cuenta de que el solo lo veía como un favor hacía ella. 

—Estoy bien — Dijo en tono frío — Cuando lo vuelva a ver dígale de mi parte que le agradezco la ayuda... 

Y se había alejado de aquel lugar tan rápido como había llegado, con un dolor punzante en el pecho mientras subía al auto de Noah quien se había encargado de llevarla hasta aquel lugar. 

— Perdón la demora — Dijo ella limpiándose el rostro suspirando en tanto miraba al chico. 

— No te disculpes... — La respuesta había salido en automático, mientras sus ojos la miraban detenidamente, percatándose de las pocas lagrimas que habían salido de sus ojos, algo que en verdad lo molestaba — Deberíamos apurarnos, casi es hora de celebrar nuestra graduación — Lo último lo había dicho con la intención de alegrar a la rubia, obteniendo como respuesta un simple asentamiento de cabeza. 

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Verde, azul, dorado, Violeta, daba igual, aunque la abuela Isabella parecía más emocionada que Afrodita por la fiesta, a la rubia no podía ocultar la tristeza en sus ojos, la cual ni ella misma sabía por qué sentía. 

— El azul es precioso — Lo era, en definitiva, pero a la rubia no convencía, ella necesitaba algo más, ya que después de pensárselo no tenía sentido llorar por alguien como el pelinegro que no valoraba lo mucho que se preocupaba por él, al final nunca lo había hecho, ¿no? 

— No abuela, me gusta el color melocotón —Dijo Afrodita mirando por el espejo el elegante vestido en el armario — Es muy bonito...— Algo de ese color la llamaba, aunque nunca había sido su favorito ya que según ella la hacía ver demasiado niña. 

— ¿Te recuerda a alguien? — Pregunto Isabella sonriente. 

— ¿Debería?... — Una pregunta tonta e hipócrita sabiendo que así era, pues no podía evitar recordar que la última vez Logan le había dicho de forma bastante indirecta lo bonita que se veía. 

— Él dijo ¿cierto? — Era bien sabido que su abuela la conocía mejor que nadie, y nada absolutamente nada pasaba por alto sin que ella no lo notará. 

— No... — Era muy mala para mentir y era evidente — Pero, aunque así fuera que importa — Se dijo mientras intentaba convencerse a sí misma  

— ¿Entonces por qué te importa tanto? — Esa era su más grande duda ¿Por qué le importaba?, si había un chico guapo amable y atento que pronto pasaría por ella para asistir a su baile de graduación el cual había esperado tanto, donde tantas veces había soñado por ser besada por él, aunque ahora eso ya no le resultaba tan buena idea. 

— Ya abuela, pronto vendrá Noah — Dijo Afrodita mientras su abuela la seguía ayudando a vestirse olvidándose por completo de su pequeña charla. 

Al final si había usado el vestido melocotón, con unas zapatillas altas y del mismo color, su cabello rubio recogido en una coleta alta le daba un aire muy sofisticado, sin duda esa chica le hacía honor a su nombre. Pronto llego el chico, llegado hasta la puerta de su casa para llevarla. 

— Nos vemos abuela — Se despidió Afrodita mientras le daba un beso en la mejilla. 

— Ve por él cariño!! — Respondió ella en tono animado en tanto le sonreía, algo que ella por supuesto correspondió. 

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La fiesta era más amena de que lo que había pensado, la música sonaba por todos lados y las luces de distintos colores le provocaban mareos, algo de ese lugar no le llamaba tanto la atención, pero no podía describir por qué él lugar no le parecía tan divertido al menos a ella. 

— ¿Quieres una soda? — Pregunto Noah con una sonrisa mientras recibía un asentamiento de cabeza, otra vez. 

La rubia se sentó a esperar a que el chico regresará, aunque su mente no dejaba de divagar por ciertos recuerdos que por más que lo había intentado, no podía ni quería borrar. 

— Afrodita... — Dijo el chico regresando, tomándola por sorpresa — ¿Podrías dejar de pensar en él? — Se atrevió a preguntar con una mueca en el rostro. 

— No puedo — Ya lo suponía, que eso que tal vez ella había sentido por él ya no existía. 

— Pero él no te quiere, se fue, en cambio ahora tú y yo podemos ser lo que no pudimos — En otra ocasión tal vez esa oferta había sido tentadora, pero ahora ya no, porque sus sentimientos habían cambiado. 

— ¿Por qué ahora? — Pregunto imaginándose casi la razón de todo aquello. 

— Porque... — Lo dudo — Lo que se decía de ti... — Ni siquiera o había dejado terminar cuando ella ya estaba de pie, lista para irse. 

— Espero te diviertas — Dijo ella, en tanto él la tomaba del brazo. 

— Una oportunidad... — Pidió él con descaro. 

— Nunca debí salir contigo y defenderte, él no merecía eso — Dijo Afrodita soltándose para así poder salir corriendo del salón, recordando lo que su abuela había dicho “ve por él”. Las miradas de todos los demás estudiantes estaban atentas, mientras algunos casi lloraban de emoción al ver tan emotiva escena donde ella indirectamente declaraba sus sentimientos por Logan Adams.